Recuérdame [CAMREN]

Capítulo 10

Camila Pov

-Ven aquí Camila, por favor-El médico llamó mi atención, estaba hundida en mis pensamientos. Ambos salimos de la habitación de Lauren y yo cerré la puerta detrás de mí.

-¿Qué sucede?

-Podemos darle el alta hoy-En mi cara se dibujo la sonrisa más grande de todas.

-Dígame que habla en serio.

-Es oficial, voy a hacer la orden para que puedan irse hoy en la tarde.

-Ay, muchas gracias en serio-Llevé mis manos a la boca, aun no caigo.

-No hay de qué, espero que puedan estar ambas mejor.

-Gracias en serio.

Él me sonrió de vuelta y entré a la habitación. Lauren miraba fijamente su celular. Cerré la puerta despacio y me acerqué emocionada a su lado.

-¿Qué te pasa mujer?-Preguntó aun seria.

-¿Quieres largarte de aquí?-Ella me miró.

-Pues sí, esto es un asco.

-Pues hoy vuelves a casa Jauregui-Entonces por primera vez en literalmente años la ví sonreír en serio.

-Díme que no estás jugando con esto.

-No lo hago.

-¡Gracias!-Gritó emocionada y me abrazó, por supuesto correspondí gustosa. Fue mucho tiempo sin sus abrazos, solo que no duró mucho-Perdón, me emocioné demasiado.

-Lo noté, no te preocupes.

Sin más en un par de horas estaba en el auto, por mientras yo manejaba hasta mi apartamento.

-¿Dónde es?-Dijo curiosa.

-Main Street 261, en el último piso.

-¿Es un Penthouse?-Asentí sin quitar mi mirada de la carretera-¿Cuándo te mudaste a un Penthouse?-La miré rápidamente.

-Nunca lo hice, lo compramos cuando nos casamos Lauren.

-Ah-Miró por la ventana con curiosidad cómo si de una niña pequeña se tratase-Oye-Llamó mi atención-San Francisco es lindo-Sonreí.

-Lo es, además es bastante urbanizado, en cierto punto se nos hizo más cómodo que Miami.

-Hoy necesito hacer algunas preguntas.

-Bien, responderé las que pueda.

-Pero cuando lleguemos al apartamento-Reí.

-Cómo quieras.

Estacioné el auto y ambas bajamos. Tomé las pocas cosas de Lauren y entré al loby. El portero estaba sorprendido de ver a Lauren caminar por ese pasillo. Creo que ese hombre nunca tuvo fé en que ella estaría bien. Subimos por el ascensor, marqué el último piso, y cuando las puertas se cerraron ella se movió incomoda en su lugar.

-¿Estás bien Lolo?

-Sí, y por favor no me llames así.

-Perdón, ¿Segura estás bien?

-Es solo que tengo algo de miedo a los ascensores.

-Que raro, antes de todo no le temías.

-Es que de pequeña me quedé atrapada en uno.

-Yo también he quedado encerrada, solo que completamente sola.

-No quisiera estar en tu lugar en ese momento.

-Créeme que no-Las puertas se abrieron y tomé la llave abriendo la puerta principal.

Empujé la puerta y pasé. Dejé mi bolso en el sillón como de costumbre y Lauren pasó boquiabierta.

-¿Tienes todo este palacio para tí?

-Teníamos juntas-Me dí la vuelta, mientras la miraba a los ojos-Ahora tenemos.

-No te equivoques Camila, solo estoy contigo aquí hasta que consiga a dónde irme y volver a trabajar-¿Quieres dejar de lastimarme por favor?

-Bien, como quieras. ¿Quieres algo de comer?-Caminé a la cocina.

-Un té y una tostada estaría bien.

-Está bien, sientate, ponte cómoda, es tu casa-Lo último lo dije más bajo.

Preparé la mierienda para ambas y la serví en la mesa. Luego me senté enfrente.

-¿De qué querías hablar?-Le dí un sorbo a mi café.

-Hablé con mi mamá, y le hice varias preguntas-Asentí-Ella me dijo que debía preguntarte a tí. Así que necesito saber.

-Díme.

-¿Por qué perdimos un bebé?-Suspiré. Realmente no sé si me lastima con gusto o es sin querer.

-¿Es necesario que hable?

-No, pero me gusta cuando mis preguntas tienen respuestas-Continuó comiendo.

-Bien. Lo perdimos por culpa del accidente, fue un movimiento demasiado brusco y por demás cosas que no entiendo.

-¿No has pensado dejar de culparte por el accidente? No es por nada pero deberías superarlo. Ya fue hace bastante tiempo, ¿No lo crees?

-Es difícil, fue algo bastante horrible para mí.

-¿Por qué queríamos un bebé?

-Una vez me preguntaste si quería formar una familia contigo, mi respuesta fue positiva y luego empezamos un tratamiento.

-¿Yo dije eso?

-Sí Lauren-La miré fijo y ella desvió su mirada de la mía.

-¿Y por qué yo?

-Soy estéril.

-¿En qué sentido?

-No tengo útero.

-¿Qué pasó con él?

-Cáncer-Respondí sin problemas.

-¿Tuviste cáncer?

-Hace muchísimos años, era pequeña, así que no sé cómo es menstruar.

-Quién pudiera...

Me abombardeó con preguntas por el resto de la merienda. Cuando terminé fui a bañarme.