Capítulo 4

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Lauren Pov

Mis ojos se sentían pesados, aun quiero dormir. Pase mis manos por mi cara, suspiré y miré el reloj en la mesita de noche. Diez de la mañana, lastimosamente debo levantarme. Me dí la vuelta buscando a Camila, pero no la encontré.

Me senté en la cama intentando despabilarme un poco más. Abrí la ventana y la persiana dejando que la luz entrase. Acomodé mi playera corta y salí de la habitación. Caminé por el pasillo hasta la puerta de la habitación de Emily, necesitaba comprobar si había despertado o no.

Abrí la puerta con cuidado encontrando a Camila y Emily dormidas en la misma cama. La escena era simplemente preciosa. Aunque parecián algo apretadas aun dormían tranquilas. La morena abrazaba a la pequeña contra su pecho mientras que la pequeña la rodeaba con sus bracitos como podía. Prendí mi celular y tomé una foto de ambas. Sonreí al verla nuevamente.

Sin más comencé a acariciar la cabeza de Camila con calma.

-Camz...-Susurré-Me dijiste que tenías que llenar las planillas-Ella abrió sus ojos con pesadez y me miró.

-Hola-Dijo bajito.

-Hola, tienes trabajo por terminar.

-Lo sé-Bufó. Se desprendió de los bracitos de Emily y muy lentamente salió de la cama. Dejó un beso en su frente y salimos de la habitación.

Entré a la cocina y comencé a preparar el café para ambas. Sus brazos rodearon mi cintura y apegó su cuerpo al mío.

-Deberías ponerte unos shorts.

-Estoy cómoda en ropa interior-Acarició mi abdomen.

-Como quieras-Dejó un beso en mi hombro-Voy por mi computadora.

-Está bien.

Serví el café en cada taza respectivamente y lo puse en la mesa. Ella dejó su computadora en la misma y se sentó. Me senté a su lado y puse mi mano sobre la suya, ella me dirigió una mirada.

-¿Desde cuando trabajas los fines de semana, Camila?

-Desde que soy la jefa de tres inútiles-Frucí el ceño-Verás, cuando me ascendieron, me ascendieron a la que es la parte "más importante" de la empresa-Hizo comillas con sus dedos-Hablando en terminos económicos. Lo que los jefes no se han dado cuenta aun, es que hay tres monos en esos puestos.

-¿Y cómo llegaron hasta allí?

-Pues eso me pregunto yo. Dos de ellos toman café durante toda la mañana y el último solo intenta ganarme amorosamente hablando, por suerte, obedece como un perro a mis ordenes.

-Por lo menos uno de ellos sirve.

-Créeme que no, con tan solo uno trabajando no me es suficiente para hacer mi trabajo y el de ellos.

-Entiendo, avisalo a tu jefe, no te dejes pisar, Camz.

-Eso haré, pero el lunes. Hoy debo terminar con esto-Comenzó a terminar su trabajo mientras ambas desayunabamos-Perdón por no ir a dormir contigo anoche.

-Está bien, preciosa, ¿Qué sucedió con Emily?

-Anoche fui a acostarla, la arropé, todo normal hasta ahí. Luego lave los platos, al terminar escuché un llanto y fui a verla. Estaba lloviendo muy fuerte, y hasta truenaba fuera, yo no me dí cuenta y pensé que estaría bien. No lo sabía y le tenía miedo al ruido-Sonreí de forma triste.

-Pobrecita.

-Me quedé con ella hasta que se durmiera, y terminamos ambas en las mismas condiciones-Reímos-Sabes...Hablamos de muchas cosas.

-¿De qué?-Suspiró y sonrió, luego volvió a mirarme.

-Primero le conté el cuento del dragón y el unicornio-Sonreí.

-Es mi cuento favorito.

-El mío también-Ella me tomó de la barbilla y me besó de forma dulce, de esa manera que solo ella puede. El cuento del dragón y el unicornio es básicamente la historia de cómo nos conocimos, versión apta para todo publico. Es decir, omitimos las escenas...¿Cómo decirlo? Subidas de tono-Después me preguntó si la íbamos a devolver-Mi sonrisa se borró.

-¿Por qué preguntó eso?

-No tengo idea, tal vez sea algo que todos los niños pregunten-Volvió a sonreír-Adivina qué me preguntó después.

-No tengo idea, Camz-Se levantó de la silla y se sentó en mi regazo y cruzó los brazos en alrededor de mi cuello.

-Me preguntó qué soy yo para ella-Su sonrisa temblaba y sus ojos brillaban-Adivina que me dijo-Sonreí.

-No, quiero que lo digas tú-Sus ojos estaban llenos de lagrimas que intentaba contener-Dilo, Camz.

-Me preguntó si yo era su mamá...

-¿Y tú que respondiste?

-Qué si ella quería podía serlo...Dijo que sí-Rompió en llantó finalmente y la abracé mientras que acariciaba su cabello. Lloraba en mi hombro, entendía su sentimiento, era demasiado para ella. Además, era un tiempo demasiado corto en el que todo estaba ocurriendo. A lo largo de los años, Camila se había convencido completamente de que jamas llegaría a ser madre, a pesar de que esa realidad le duela. Luego de unos segundos sus lagrimas cesaron y se separó de mí.

-Te amo, felicidades-Nos unimos en un beso calmo y ella se sentó sobre mis piernas.

-Puede ser que te llegue a decir papá-Exploté en una carcajada.

-¿Cómo es eso?

-Ella creyó que tendría padres heterosexuales. Le dije que ella era especial porque tenía dos mamás.

-Me parece una buena respuesta, pero aquí no se encuentra el padre de la pequeña criatura-Reímos. Ella se levantó de mi regazo y volvió a su silla-Voy a ir a cambiarme-Me levanté y caminé por el pasillo hasta mi habitación. Abrí los cajones y tomé una playera y unos shorts, tomé un sostén y me vestí. Comencé a peinar mi cabello para desenredarlo, tomé una coleta de pelo y la dejé en mi muñeca como una pulsera. Volví al comedor y terminé de peinar mi cabello-¿Necesitas ayuda con algo más?

-Shh-Pidió silencio-¿Lo oyes?-En el completo silencio del departamento dejaba que se escuchara un pequeño y casi inperseptible sonido.

-¿Está llorando?

-Eso creo-Se levantó de silla y nos dirgimos a su habitación. Abrimos la puerta y ahí estaba hecha una bolita llorando-Estoy aquí Emily-Se sentó en la cama a su lado y ella la abrazó.

-No te vayas, por favor, mamá-Sollozaba contra su pecho mientras que Camila acariciaba su cabello. Se había encontrado completamente sola en su habitación sin ella. Me senté en la cama a a la par suya.

-Nadie va a dejarte, princesa. Te lo prometo.

-¿Dónde fuiste?

-Estábamos desayunando en el comedor, solo queríamos dejar que durmieras un poco más. No vamos a ir a ningún lado sin tí-Emily intentaba dejar de llorar mientras nosotras la consolabamos. Sin duda sería trabajo difícil en algún punto con esta niña.

Recuérdame [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora