Capítulo 32

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Lauren Pov

Quince semanas

-¡Mamá!-Hoy había conseguido irme antes, con lo cual no está acostumbrada a la recoja de la escuela los viernes. Corrió hacia mí y yo me agaché a su altura envolviendola en un abrazo-Viniste.

-Hoy pude salir temprano, princesa, ¿Me extrañaste?

-Sí-Acarició mi espalda con calma con sus manitos-Mucho mucho.

-¿Cómo?-Se separó de mí.

-Así de mucho-Abrió sus brazos lo más que pudo y yo reí-Me gusta tu risa, mami.

-Mamá dice que tengo risa de bebé.

-¿Y cómo es la risa de bebé?

-No lo sé-Me incorporé y tomé su mochilita colgandomela del hombro.

-¿Y cómo puedo saber?

-Tal vez algún día lo sepás-Respondí sin pensar.

-¿Entonces voy a tener un hermanito?-Me paré en seco.

-No lo sé, ¿Tú quieres un hermanito?

-No-Fruncí el ceño.

-¿Y por qué no?

-Porque no-Tengo que llamar a Caroline.

-¿Quieres almorzar con los abuelos?

-¡Sí!-Gritó emocionada. Abrí la puerta del auto y ella se subió. Abroché su cinturón de seguridad y me metí en el auto. Arranqué y saqué el auto del lugar donde lo había dejado estacionado.

Comencé a manejar a la casa de mis padres y prendí la radio. Intentamos acostumbrar su oído lo más posible al español, para que al menos lo entienda. Me dolía ya no poder cargarla, y sé que ella lo nota. No puedo hacer esfuerzo de más, con lo que pesa Emily estaría corriendo un riesgo, y no quiero que sea así.

Gracias a la cantidad de tiempo que pasamos juntas reforzamos nuestra confianza. Aunque empieza a sospechar de que algo no va con normalidad. Se da cuenta de que estoy más hinchada, no mucho, pero también me ve que cuido mi alimentación, más que de costumbre. Para una niña de cuatro años no tiene sentido que su madre viva a cosas sanas y que engorde.

Ya no la cargo, estoy engordando, le pido más delicadeza al momento de acercarse a mí, mi ropa también ha cambiado. Ya no uso nada ajustado tampoco. Nota cambios en mi corportamiento porque ya me conoce.

Lo peor es que esta es la parte dónde ya casi no lo puedo ocultar, ya tengo una leve pancita, que se nota que no es solo comida. Lo que más me duele es ocultarselo a mi hija, pero los niños se encariñan, y si llegara a perderlo, no quiero que le afecte. Es muy pequeña todavía. Además, todavía no sé cómo se lo vamos a decir.

-Hoy en la tarde viene mamá cuando salga de trabajar.

-Okay-Contestó indiferente. Llegamos y estacioné el auto, ella desabrochó su cinturón y se pegó a la puerta con desesperación.

-Tranquila, amor-Me bajé del auto y abrí la puerta trasera dejandola salir. Mi madre salió de su casa y se agachó con los brazos abiertos. Emily se estampó contra ella en un abrazo lleno de cariño. Aunque solo vea a sus abuelos una vez por semana ella los extraña como si no los hubiera visto por años. Me acerqué y ví como ella acariciaba su cabello como lo hacia conmigo cuando era pequeña.

-Te extrañé, abuela-Ella sonrió.

-Yo también, Emie-La cargó sobre su cintura y me miró-Hola, ratoncita-Dejó un beso dulce en mi mejilla.

-Perdón por no venir, es que saben que los viernes tengo más trabajo.

-No te preocupes, como siempre viene a recogerla Camila, a tí casi no te veo.

-Es que a ella le queda de paso.

-Has engordado-Me señaló-¿Qué estás comiendo?

-Abuela-Llamó su atención y mi madre se la dió-¿Por qué tiene más panza?

-¿Por qué tienes más panza, Laur?

-Es que estoy comiendo de más-Respondí sin pensar, era mi respuesta para evitar hablar del embarazo.

-Pero tú sólo comes verduras-Entré en pánico.

-Ya has hablado demasiado de mí Emily Jauregui Cabello, hablale a la abuela sobre tí mejor-Mi madre rió y entramos a casa. Mi padre me recibió con los brazos abiertos, envolviendome en un abrazo de oso.

-¿Qué hiciste hoy en la escuela, Emie?-Preguntó mi madre.

-Jugué con Louis y hice un dibujo.

-E hice, amor-La corregí.

-¿Te gustá Louis?-Mi hija puso una cara de asco inmediatamente.

-¡No!-Gritó.

-¿Por qué no?-Preguntó mi padre.

-Louis es mi amigo.

-¿Y hay algún niño que te guste?

-Mamá, déjala, es muy pequeña para que ya le preguntes por novios.

-¿Novios?

-Cuando le das un beso en los labios a un chico es tu novio-Intenté simplificar una definición lo mejor posible para ella.

-¿Cómo tú y mamá?

-Exacto-Acaricié su mejilla.

-¿Tú quieres un novio?-Mi hija negó-¿Y por qué no?

-Los niños son feos, además las niñas son más lindas-Me atraganté con mi propia saliva-Excepto Louis, él es bueno.

-De alguna forma le heredaste tu lesbianismo-Dijo mi padre en chiste y Emily me miró confundida.

-¿Qué es eso?

-Nadá, princesa-Desarmé las coletas en su cebllo rubio cenizo, dejando que estuviese más cómoda con el pelo suelto-Te amo-Dije cerca de su rostro y acaricié su mejilla con la yema de mis dedos.

-Yo también, mami-Me tomó de las mejillas y dejó un beso en mi nariz, a pesar de que estaba siendo cargada por mi madre. Me encanta que sea cariñosa, también cuando me mira con esos ojos azules tan intensos pero incentes que tiene. Parecen del color del hielo.

Recuérdame [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora