Capítulo 22

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Lauren Pov

Pasé mis manos por mi cabello por última vez. Cerré el agua dando por terminada mi ducha, mis ojos me son molestos gracias al agua en mis pestañas. Abrí la cortina de baño y envolví mi cabello en una toalla.

Es de media mañana. Tomé la otra toalla y envolví mi cuerpo en ella. Pisé la alfombra y de inmediato sentí el frío del piso debajo de esta. Emily no se siente del todo bien hoy, parece que está enferma.

Comencé a secar mi cuerpo con la toalla que posteriormente había utilizado para envolverme en ella. La misma idea retumba en mi cabeza, no puedo decir que no me gusta, me hace demasiada ilusión. Solo hay un detalle: tengo miedo.

La preocupación volvió a invadirme. Me da demasiado miedo cagarla, no quiero lastimarla, no lo merece. Pusé pasta en el cepillo de dientes y comencé a lavarmelos. Odio tanto no poder quitar un pensamiento de mi cabeza cuando me persigue.

Podría salir mal, podría yo salir lastimada, ella también puede terminar de la misma manera. Ya ha sufrido demasiado, estaría pidiéndole volver al pasado, y le duele recordarlo. Si tomo el riesgo de decirle hay dos posible resoluciones: Que reaccione bien, o que reaccione mal. Si sale bien estaremos ambas felices y solamente tendré que enfrentarme a las consecuencias del hecho en si mismo. En cambio, si sale mal ella saldrá lastimada, la dañaría otra vez. No quiero que eso pase, y menos ser la que lo provoque.

Terminé de cepillar mis dientes y dejé el cepillo de dientes en su lugar. Me giré encontrando el espejo de cuerpo completo en la esquina del baño. Observé mi reflejo unos segundos, en mi cara se nota mi preocupación, ¿Eso son marcas de arrugas? Me acerqué preocupada. Mierda, debo buscar alguna crema que me ayude a evitar la formación de estas antes de que sea demasiado tarde. Tengo veintiocho, ¿Que las marcas de expresión de los treinta no podían esperar más tiempo?

Quité la toalla de mi cuerpo y me miré de arriba a abajo. Pasé mis manos por mi cuello, bajando hasta mis pechos. Me giré y observe mi culo, al menos está parado. Aun tengo una buena cintura, y mis piernas no han cambiado al pasar los años afortunadamente. Observé la curva que conectaba mi abdomen con mi pelvis. No soy la persona más delgada, ni tengo el abdomen plano, y esos rollos me empiezan a dar terror. Debo empezar a dejar de comer tanta porquería y hacer más ejercicio, Emily me ha consumido desde que llegó en esa parte de mi vida.

-Lo siento, Lo, llamé porque creí que estabas aquí pero no contestaste-Camila me miraba apenada-¿Te encuentras bien?

-Sí-Intenté dar la sonrisa más sincera posible.

-No te creo, ¿Qué te preocupa?

-¿Emily cómo está?

-Se siente un poco mejor, luego voy a tomar su temperatura, ahora responde mi pregunta-Cerró la puerta detrás de ella, encerrándonos a ambas. Se acercó y se puso detrás de mí abrazandome por la cintura.

-¿Te gusto?

-Más que gustarme, me tienes enamoradísima desde que te ví por primera vez-Rodé los ojos.

-No, cursi, si te gusta mi físico-Ella rió-Te hablo en serio.

-¿Cómo no me vas a gustar? ¿Te has visto? Estas Lolitas hermosas no las tiene cualquiera-Apretó mis pechos. Para ella son Lolitas en lugar de pechos-Además tienes buen culo-Precionó su sexo contra mi culo.

-¿En serio crees que estoy bien?

-Lauren, ¿Acaso tienes quince de nuevo? Eres un mujerón.

Recuérdame [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora