Capítulo 34

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Lauren Pov

Diesisiete semanas

Camila observaba mi vientre cada vez más notorio mientras acariciaba con la yema de sus dedos. Acababamos de terminar de tener sexo. Básicamente ella estaba recostada boca abajo entre mis piernas observandome dónde se supone que está el bebé.

-¿Le hablas?-Soltó de repente.

-A veces.

-Del uno al diez, ¿Cuántas?

-Dos o tres-Frunció el ceño.

-¿Puedo hacer los honores?

-Claro-Acaricié su cabello con calma mientras veía como dejaba besitos por todo mi abdomen.

-Hola, hijo, soy mamá. No le des muchos problemas a tu mami, eh, ella te quiere mucho y no quiere que nada te suceda-Me enternecí por lo que había dicho.

-Sólo un detalle, Camz-Acaricié su mejilla-Simpre el primero es una niña.

-Pero estoy segura de que es un niño.

-El primer Jauregui en el vientre siempre es una niña.

-¿Y tú cómo le pondrías a tu niña, Jauregui?-Reí.

-Aun no lo sé, pero todavía no quiero decidirlo.

-Sí, tú ya sabes el sexo.

-Podría equivocarme-Suspiré-¿Sospecha mucho?

-No sé si "sospecha"-Hizo comillas con sus dedos-Pero tiene claro que las cosas no son igual que siempre-Me desplomé en la cama.

-Mierda-Acarició mi vientre subiendo hasta mis pechos.

-Relajate, Lauren, todo va a estar bien-Sin despegar la mirada del techo hablé.

-¿Cómo preten...?-Fui interrumpida por una lametada que dió por toda la extención de mi sexo, a cambio lancé un gemido.

-Si se te quita el malhumor con que te consienta, mejor-Me miró a los ojos para luego apretar mis muslos. Me senté en la cama.

-No lo sé, ¿Qué tienes en mente?-Sonrió y sacó del cajón un lazo.

-Tus ojos denotan exitación-Me miró de arriba a abajo-Manos a la espalda, sumisa-Obedecí, dejándo mis manos juntas en mi espalda baja.

-¿En serio no estoy soñando?

-De rodillas y abrete de piernas-Mordí mi labio y terminé por sentir como ataba mis muñecas con el lazo.

El simple hecho de estar en una situación como esa ya me había mojado por completo. Camila solo vestía su tanga de encaje de color negro. Tomó mi barbilla y con un dedo hizo que la mirase, me besó de forma dulce y luego se separó. Formó una coleta con mi cabello y lo ató con una liga. Luego se puso a la altura de mi cuello para comenzar a besarme.

Sentí cada uno de sus besos húmedos, hasta cuando me mordía con intensión de dejar marcas. Acariciaba mis clavículas con sus dedos al igual que mis hombros. Descendió hasta mi pecho derecho y pellizcó mi pezón, haciendome gemir. Tiró del mismo lo más posible de modo que mi humedad aumentaba entre mis piernas.

-Si cierras las piernas te juro que te ato los pies y te dejo así toda la noche-Asentí.

Volvió a pellizcar mi pezón nuevamente, le encantaban. Comenzó a besar mi otro pecho mientras comenzaba a chupar mi pezón mientras seguía jugando con mi pecho derecho. Lo tomó entre dientes y lo estiró como si fuera de goma. El dolor me hizo mojarme aun más.

Se separó de mí luego de estar un buen rato entretenida y se ubicó detrás de mí. Me tomó de la coleta de cabello y me recostó boca abajo en la cama. La posición me dejaba, ahora completamente, sin chances de poder moverme. Con las manos atadas y el culo en alto tenía una visión perfecta de lo que me había generado.

Mi humedad escurría por mis piernas, manchando el interior de mis muslos. Camila lo notó y lamío cada gota que bajada por ellos. Pasó dos de sus dedos por mi sexo, pero sin tocar mi clítoris, que solo sirvieron como una provocación, haciendo que gimiera por su acción.

-Camz...por favor-Le susurré.

-¿Por qué? ¿Me quieres rogar?

-No aguanto-Dió una fuerte nalgada haciendome gemir-Más-Le supliqué.

Camila repitió su acción varias veces hasta que ya no sentía mi culo del ardor. Esta mujer puede llevarme al límite, siempre que lo quiera. Me tomó de los muslos y separó aun más mis piernas. Prácticamente me dejó abierta de par en par.

Pasó sus dedos nuevamente por mi sexo sin introducirlos y los llevó a su boca. No puedo verla, pero lo sé por el sonido que hizo al chuparlos. Sin previo aviso hundió dos dentro de mí y comenzó a moverse con rápidez, sin darme tiempo a absolutamente nada.

Me tomó de la cadera para tener un mejor agarre sobre mí. Con su otra mano comenzó a acariaba mi clítoris acelerando mis pulsaciones. Al cabo de unos minutos me corrí como no lo hacía hace mucho. Literalmente estaba desplomada en la cama, con el culo cual monumento en lo más alto de la cama y mi sexo chorreado del orgasmo.

Camila me tomó de los muslos y me limpió con la lengua. Sin desatarme me incorporó en la cama volviendome a dejar sentada y con las manos en la espalda baja. Gracias a que era tela, y que no había apretado mucho el nudo, no sentía que me molestase en lo más mínimo. Se sentó frente a mí con una sonrisa en el rostro.

-¿Te gustó?-Sonreí. Me incliné para besarla y ella me correspondió gustosa.

-Mucho, pero ¿Por qué no me desatas?

-Es que es tu turno-Jugó con el elastico de su ropa interior-Estoy empapada, y tengo dos opciones.

-Habla.

-Que tu hagas de las tuyas, o que me observes mientras yo me ocupo.

-Prefiero observarte-Sonrió con picardía.

Quitó su ropa interior y se recostó abierta de piernas frente a mí. Llevó dos de sus dedos a su sexo y comenzó a estimularse. Sin duda era una de las vistas más lindas que uno pudiese tener de ella. No le fue muy complicado ya que llevaba bastante rato exitada.

Cada movimiento acelaraba mis pulsaciones al solo verla. Estaba tan cerca que podía simplemente dejarme caer y aterrizar con la boca entre sus piernas. Preferí quedarme observandola, la Camila de la época en la que nos conocimos, no hubiera dejado jamas que la viese haciendo algo así.

Sus pechos subían y bajaban gracias a su respiración agitada y cada vez más acelerada. Hundía tres de sus dedos en ella con desesperación, quería ahorrar tiempo. Si Emily despertaba y se le ocurría aunque sea intentar entrar en la habitación no sabría que contestarle.

Fueron largos los minutos hasta que llegó a la cima. Retiró sus dedos y se recostó apoyada sobre sus codos, dejandome ver la imágen que se repetía cada que la hacía llegar yo. Acercó sus dedos a mi boca los cuales chupé limpiándolos.

-Gracias, mi vida-Le dije cuando me desató-Sé que esto no es de tus cosas favoritas.

-Y no sé si te volveré a hacer algo así, más ahora que estás embarazada-Fruncí el ceño.

-No seas llorona, Camila.

-Si te nalgeo hasta que no te puedas sentar por tí está bien, pero llevas a mi hijo o hija dentro, cuando salga te podré maltratar para peor si quieres.

-¿Me estás diciendo masoquista?

-No-Comenzó a vestirse-Te estoy diciendo pasiva y sumisa-Lancé una carcajada y coloqué mi playera.

-Pasiva eres tú.

-Y sumisa tú-Rodé los ojos, no encuentro fallas en su lógica.

Recuérdame [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora