~Especial 1K~

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-¿Estás nerviosa?-Normani miró a Camila algo preocupada.

-Un poco, pero solo porque quiero que todo salga bien-La morena vestía su vestido blanco junto con unos tacones del mismo color. El corset apretaba sus pechos realzandolos lo más posible, ese era su deseo al momento de buscar un vestido, ser un poco menos plana por una vez en su vida. El escote no cubría sus hombros, y el corte sirena realzaba sus curvas.

-Estás hermosa, Lauren va a caer a tus pies-La morocha rió por la ocurrencia de su amiga. Corrió de su cara uno de los mechones de cabello que escapaban del moño desordenado en su cabeza. Se sentía más que feliz, no podía controlar ni siquiera los musculos de su cara de tanto sonreír. Su sueño desde pequeña siempre había sido casarse con un hombre, ahora lo único distinto a su ilusión era el género de la persona con la cual uniría su vida.

Miró la hora en su celular y anotó mentalmente que solo bastaban curenta minutos para que ese sueño hecho realidad se cumpliese.

Al otro del apartamento una muy inquieta Lauren intentaba calmar su respiración con la ayuda de Ally. Se movía de un lado al otro, visitaba todas las esquinas del mismo curto intentando liberar tensión.

-Lauren hace meses que venimos planeando esto, no te puedes arrepentir ahora-A comparación de Camila el vestido de Lauren tenía un corte distinto. Era un vestido completamente princesa, un poco menos exagerado obviamente, pues lo último que hubiese querido la ojiverde sería verse como una. La oiverde se dió la vuelta mirando a su mejor amiga completamente aterrada.

-¡No estoy arrepentida, estoy nerviosa, Allyson!

-Necesito que te calmes.

-¡¿Cómo mierda hago eso?-La más pequeña la tomó por los hombros sentandola en la silla.

-Respira en calma. Inhala...Exala...Ihnala...Exala-Ambas repetían lo que la más bajita decía, con eso Lauren logró calmarse un poco.

Sus nervios surgían de la idea de no saber que estaba haciendo. Camila es única, y ella lo sabe. Ha sido parte de su vida por dos años, sin duda dos de los más lindos. La realidad es que jamás se había imaginado en ese lugar, a punto de casarse.

No era una idea que se hubiese cruzado por su cabeza ni un solo momento en su vida, obviado su infancia. Lauren siempre había considerado eso bastante extraño. ¿Para que firmaría un papel o se pondría en frente de muchísimos invitados para solo "unirse" a la vida de alguien? Siempre consideró que era algo ridículo. ¿Cuál es el sentido? Si para casarte tienes que conseguir que esa persona sea tu pareja, no hay mucho más que hacer después.

Volviendo a la actualidad, la ojiverde amaba y ama esa libertad de salir con quién ella quisiera, acostarse con cualquier mujer si así lo desea, besar a la que se le cruce en frente si es que se lo permiten. Al conocer a Camila eso dió un giro brusco. La morena si buscaba algo con alguien, sin duda tenía que ser algo serio, y ella no estaba para eso.

El problema para Camila era conseguir una pareja y luego de eso tener relaciones sexuales, así la habían educado, incluso después del matrimonio. Para ella fue algo difícil presentar su bisexualidad a su familia tan cerrada de mente. Sin duda intentaba ser desestructurada y olvidar todo esa educación tan ortodoxa que habían metido en su cabeza. Por suerte para Camila sabía qué debía callar y qué no, y en el momento exacto.

Ese 16 de noviembre firmarían los papeles de matrimonio. Ya no había vuelta atrás. Diez minutos antes se encontraban en las puertas del juzgado. No se les había permitido verse desde hacia más de veinticuatro horas. La idea era que no puedieran decirse nada hasta que se viesen en el momento de firmar los papeles.

Recuérdame [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora