Capítulo 1

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Camila Pov

Mordí su labio inferior cuando el beso acabó. Ella juntó nuestras frentes, volvió a besarme de forma corta para luego tumbarse en la cama. Suspiró y cubrió su cuerpo con las sábanas. Se giró mirándome con ternura.

-Me duele la muñeca-Reí.

-¿De qué?-Me acosté hacia su dirección, crucé mi brazo por su cintura. La acerqué a mí y me abrazó de la misma forma. Escondía su cabeza en el hueco entre mis pechos.

-De meterte los dedos-Volví a reír.

-Descansa tus muñecas entonces-Sus dedos acariciaron mi espalda con calma. Cuando está preocupada suele hacer eso-¿Qué pasa, mi amor?-Suspiró de forma pesada y besó mi pecho.

-Estoy algo inquieta-Acaricié su cabello.

-¿Pasó algo en tu trabajo?

-No, solo el mismo idiota de siempre.

-¿Entonces qué es?

-Algo que me ronda en la cabeza hace meses.

-Ay, pero mi vida-Nos miramos a los ojos-Por favor, ¿Qué sucede?

-Es que...Me cuesta cambiar de opinión.

-No, te cuesta aceptar cuando cambias de pensamiento.

-Sí, eso-Toqué la punta de su nariz y ella la arrugó.

-Dime, por favor.

-¿Tú quieres adoptar?

-¿Un perrito?

-No.

-¿A qué vas?-Creo saber a que se refiere, pero necesito que me diga las cosas por completo.

-Un niño-La miré y ella se escondió en mi pecho nuevamente, se moría de vergüenza cada que debía decir su nueva opinión.

-¿Quieres adoptar a un niño?-Asintió.

-¿Tú quieres?

-Sí, Lolo-Enredé mis dedos en su melena castaña-No entiendo por qué no me lo habías dicho.

-Tenía miedo de que reaccionaras mal-Dijo con un hilo de voz.

-Estás muy tímida-Me incorporé en la cama y ella también lo hizo-¿Dónde está mi Lolo segura de sí misma?-Sonrió y me robó un beso.

-Aquí-Me tomó de la cintura acariciando la misma-Te amo, un montón. Gracias, en serio.

-Yo te amo muchísimo más, y no es nada.

-¿Puede ser una niña?

-Claro, hasta te iba a plantear eso.

-No son necesarios los hombres en nuestra vida-Ambas explotamos en una carcajada sonóra.

Hoy era un jueves en la noche, en nuestro departamento. Robin dormía en la puerta de nuestra habitación, lo habíamos entrenado para que si las puertas estaban cerradas no las abriese. No sé las demás parejas, pero a nosotras no nos gusta que nos interrumpan, y Dinah lo sabe muy bien, sí dudan pueden preguntarle cuántas veces Lauren la golpeó por esconderse en el armario.

Y ahora te hablo a tí, Dinah Jane, dejá de querer grabar tus películas porno con nosotras como protagonistas. Si quieres montarte una, hazlo con Normani. Ya que ha surgido la anécdota, la cuento, estábamos tranquilas en unas vacaciones con las demás chicas. Cada una compartía habitación con su pareja, como resultado nosotras convivimos en la misma habitación. Una tarde decidimos entre todos que no haríamos nada, y para Lauren nada significa coger, así que nosotras estábamos en lo nuestro cuando escuchamos un golpe. La ojiverde se levantó y fue caminando hasta el armario, yo me tapé con las sábanas. Lo siguiente que se escuchó fue un "No te creí así de pasiva, Laurenzo". Jauregui la sacó a patadas en el culo literalmente de la habitación.

Se quedó dormida en mi pecho. Acaricié su rostro con calma, sus pequeñas pequitas cada vez eran más y más claras. Sus cejas pobladas eran prolijas y sus pestañas eran preciosas y largas. Podía estar pisando los treinta, pero ella es distinta. ¿Han visto esas mujeres que cuanto más maduras más hermosas? Pues ella es una de esas.

Descansé mi cabeza en la almohada y esperé hasta quedarme dormida. Al otro día teníamos que ir al trabajo, pero al llegar charlamos un poco más a fondo sobre el tema. No teníamos ningún inconveniente a la hora de tener un niño. Tenemos espacio, una economía estable, y mucho amor para dar.

Luego de una semana de decisiones sobre el tema nos dispusimos a buscar un lugar en el cual poder adoptar una niña.

Una señora de unos cuarenta años se sentó en el escritorio frente a nosotras. Parecía calmada y hasta feliz, pero sin dejar de mostrar una cara seria y algo profesional.

-¿Entonces buscan adoptar una niña?-Asentimos-¿De qué edad?

-Entre unos dos o tres años-Contesté. Lauren seguía callada, aun no se atrevía a hablar del todo.

-Solo queda una. Es algo tímida, le cuesta un poco tomar confianza, pero es muy bien portada y cariñosa.

-¿Podemos verla?

-Claro, hasta podríamos firmar los papeles de adopción si ustedes lo quieren así. Debo decirles que por al menos el primer año cada un cierto tiempo tendrá que ir a su casa un asistente social. Es solo por rutina y para asegurarse de la correcta adaptación de la niña a ustedes. No todos lo toman bien, es un cambio muy brusco para ellos y más desde tan pequeños.

-Sí, no hay problema-Nos levantamos y comenzamos a caminar por todo el establecimiento siguiéndole.

En todas las esquinas había grupos de niños jugando de todas las edades. Eran varios pisos en los cuales habían habitaciones enormes con muchas literas. A veces me costaba pensar en que hubiera pasado si yo hubiera estado en esa situación con Sofi.

No era secreto que muchas veces nuestros padres habían considerado la idea de ponernos en adopción con tal de darnos la posibilidad de una mejor vida. Se habían podido recuperar de esa situación tan horrible y ahora mi papá está más holgado económicamente.

La directora del orfanato miraba en todas las habitaciones buscando a la niña. Cuando llegamos a la última del pasillo ahí estaba. Sentada en una esquina, completamente sola. Sostenía con ambas manos una muñeca bastante maltrada, estaba empeñada en despeinar el cabello sintetico de esta con sus dedos, sin éxito alguno.

-Emily-La pequeña miró a la directora-Ven aquí, por favor-Obedeció en silencio-Ella son Lauren y Camila, están buscando una niña para adoptar de tu edad-Me agaché a su altura y ella se escondió detrás de la pierna de la mujer.

-Soy Camila, ¿Tú cómo te llamas?

-Emily-Dijo con un hilo de voz.

-Eres preciosa-Sus ojitos azules me miraron con curiosidad, pero no respondió-¿Cuál es tu color favorito?

-Violeta.

-A mí también me gusta ese color, es bonito-Asintió-¿Te gustaría que nosotras te adoptáramos?-Ella asintió tímidamente. Salió de su escondite y se me acercó un poco más. Sus ojitos subieron a mirar la cara de Lauren, pero luego volvió a mirarme a mí directamente a los ojos-¿Quieres irte con nosotras hoy?

-Sí-Contestó bajito y luego extendió sus bracitos. La tomé y la cargué sobre mi cadera. La mujer sonrió. Luego de un rato firmamos los papeles de adopción, tomamos las pocas pertenencias de la niña y nos fuimos al departamento con ella.

Recuérdame [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora