Lauren Pov
Sentí el llanto de Selene despertarme, me paré de la cama y la tomé en brazos del catre. La acuné con cuidado. Miré la hora en mi celular, todavía faltaban veinte minutos para que sonara mi alarma. Testeé el pañal con mi mano, así que supuse que tendría hambre. Quité mi playera de pijama y ella se predió a mi pecho al segundo.
Se le notaba con sueño por como parpadeaba más lento de lo habitual. Ahora por suerte sólo se despierta dos veces en la noche, o tres en el peor de los casos. Tengo la suerte de que no se haya enfermado hasta ahora. Peiné su cabello con mis dedos. Era impresionante la cantidad que tenía en su cabeza con sólo cuatro meses. Aunque sin duda, lo que más me gusta son los rulitos que se le hacen, de bebé mi pelo era lacio.
Luego de eso fui a la habitación de Emily. Ella y Camila dormían abrazadas en la misma cama. Mi hija tenía la cabeza en su pecho mientras que la morena la envolvía con sus brazos de forma protectora. Tomé mi celular y les tomé una foto. Selene hizo un ruido con la boca y puse mi dedo en mis labios pidiendole silencio, ella sonrió. Me agaché como pude y comencé a llamar a Camila.
-Hola-Dijo al abrir sus ojos.
-Hola, necesito que te ocupes de Sel mientras me baño-Asintió-Perdón por lo de anoche, estuve mal. Cámbiale el pañal por favor.
-Está bien, yo también tengo un poco de culpa-Ella se sentó en la cama y le pasé a Selene. Luego la tomé de la barbilla e hice que me mirara, la besé de forma dulce y me fui a bañar. Después de estos tres, casi cuatro meses de estar en casa con la bebé, hoy es mi primer día de trabajo.
No es que no esté emocionada por ello, amo mi trabajo, por eso estudié la carrera de abogacía y la ejerzo. Sólo que el dejar a mi hija en mi casa con una niñera, es algo nuevo para mí. No sé cómo explicarlo. Selene tiene un lazo sentimental conmigo que con Emily no tengo, soy la madre de ambas, pero por alguna razón me cuesta más dejar a Sel lejos de mí.
Ella es... especial. Es muy quisquillosa con quién la carga, no es de esos bebés que le tiran los brazos a todo el mundo para que los carguen, no. Ella prefiere que yo la tenga, y si no le gusta quién la carga, va a llorar y no para hasta que vuelve conmigo, es prácticamente automático en ella.
Sólo sé que no quiero dejarla con nadie que no sea yo, pero tengo que poder hacer esto. Tengo que poder estar un par de horas fuera de mi casa. Salí de la ducha y envolví mi cuerpo en una toalla.
Abrí la puerta y fui directo al armario. Saqué mi ropa de trabajo que había estado en desuso por bastante tiempo, no quiero ponerme nada señido. Una cosa es una embarazada con una falda tubo, y otra es una mujer en proceso de post parto con la misma falda, olvidenlo. Tomé un vestido que había estado utilizando el último tiempo y me lo puse.
Como seguía sin convencerme, me reprimí mentalmente por ello, pero tomé mi faja y me la puse, se veía mejor, y si me molestaba podría quitarmela, hasta me hacía sentir más segura. El vestido me quedo un poco mejor, obviamente, hasta que no baje de peso no voy a ser la misma que antes del embarazo, pero debo conformarme por mientras.
Fui hasta el cuarto de Emily y Camila seguía concentrada en entretener a Sel. La tomé en brazos y me senté a un lado de Emily, corrí un mechón de su cabello y besé su mejilla, ella ni siquiera se inmutó. Tocaron el tiembre y me maldije mentalmente por no haberle dicho a la niñera que no tocara el timbre porque eran aun las seis treinta de la mañana.
Bajé las escaleras rápidamente con la dulce criatura en brazos. Abrí la puerta y una chica de unos treinta y tantos años apareció. Vestía unos leggins y una playera aparentemente cómoda.
-Buen día, Elisabeth.
-Buen día, señora Jauregui. Puede llamarme Beth-Observé su cabello rubio atado en una coleta.
-Como ya te dije, los biberones están en el refrigerador, los pañales en la segunda puerta a la izquierda es la de su cuarto. Están la mayoría de cosas ahí para cambiarle el pañal y todo, duerme en el catre de mi habitación, es la última puerta al final del pasillo.
-Está bien, ¿Cuándo fue la última vez que...?
-Le dí pecho hace media hora y mi esposa le cambió el pañal hace diez minutos.
-Perfecto.
-Vuelvo en la tarde. No dudes en llamarme por favor, si no atiendo dejame un mensaje de texto-Abracé a Selene con fuerza. Ella apretó sus manitos contra mi blusa como tiene costumbre-Mamá te ama, ¿Sí?-Le susurré-Portate bien por favor.
Le entregué a mi hija a la niñera. Tomé mi bolso y mis carpetas junto con mis llaves. Miré antes de cerrar la puerta como mi hija me miraba confundida. Cerré y dí una vuelta de llave. Suspiré contra la puerta, me sentí mal por dejarla sola, por permitirme alejarme de ella. Sólo puedo escuchar silencio.
Al menos está bien. Prefiero que no me extrañe, y que no llore, para que no le sea tan malo. Estaba a punto de caminar hacia mi auto cuando escuché su llanto dentro de la casa. Mi corazón se rompió en mi pecho y una lágrima bajó por mi mejilla.
"Soy una mujer independiente, y puedo controlar la situación". Me dije a mi misma, apreté mis labios intentando no rendirme. Inmediatamete llevé mi mano a mi vientre bajo justo encima de la cicatriz de mi cesárea. Ahora añoraba aun más cuando la tenía conmigo antes del parto.
Tomé la llavé y desbloqueé la puerta. Beth intentaba calmar el llanto de mi hija, la tomé en brazos y ella comenzó a cesar un poco su llanto. La abracé contra mi pecho mientras con una de mis manos sostenía su cabecita, comencé a cantarle para relajarla hasta que ella se quedó en silencio. Cuando creía que estaba dormida, me dí cuenta de que estaba equivocada. Me senté en el sofa y bajé mi torso hasta quedar frente a frente a frente con ella. Ella acarició mis mejillas de forma torpe, como sólo ella puede mientras reía.
No. No puedo hacer eso. Puto instinto maternal. Sequé mis lágrimas con mis manos de forma brusca. Ignoré el llanto de mi hija dentró de mi casa y me subí al auto. Saqué el freno de mano y comencé a manejar hacia mi trabajo. No podía parar de llorar. El hecho de dejar a Selene sola y hecha un mar de lagrimas me rompía el alma, pero debía hacerlo.
Antes de entrar, tomé el espejo en mi bolso y me observé en él, sonreí y puse mi mejor cara.
-Bienvenida de nuevo, Jauregui.
-Gracias, Tom.
-Hola, Laur-Ashley, mi secretaria se me acercó.
-Hola, Ash.
-¿Estás bien?-Tragué en seco.
-No.
-Cuéntame.
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Recuérdame [CAMREN]
FanficCamila Cabello y Lauren Jauregui son una pareja casada la cual tiene un accidente de auto bastante fuerte. Gracias a esto una de ellas cae en coma, al despertar ya no es la misma. Para ambas será difícil volver a que las cosas sean como antes. Hay q...