La letrista {Rayxtú}

XXVIII

Encontramos padres para Norman. Sé que es repentino, pero se va mañana del hogar.

Informó Isabella. Se oían los susurros sorprendidos de todos, siendo opacados por un segundo gracias al sonido de una pila de platos cayendo desde las manos de Sherry, rompiéndose en el suelo. Los niños se acercaron a felicitar a Norman, que sonreía. Te habían movido a una habitación distinta a la de Emma, probablemente una táctica de mamá para evitar que hablaran sobre el plan de escape. Pinchaste tu comida con el tenedor y te detuviste a pensar. Ahora Norman no va a tener que morir. Entonces, si todo sale bien... Te llevaste la comida a la boca, masticando rápidamente. ¡Me tengo que curar rápido!

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La mañana del día siguiente fue como cualquier otra. Desayunaron, tuvieron los exámenes. En este lugar “feliz”, tú, tus hermanos, mamá... Se comportaron como siempre. Tenías tu cabeza recostada en el hombro de Ray mientras el leía.

—No te preocupes, todo va a salir bien.— Te susurró.

Y entonces... Norman desapareció.

—Ray...— Hablaste, casi en un suspiro.

—¿Qué pasa?— Contestó.

—¿Qué crees... Que hubiera pasado si Valentino siguiera aquí?

—Estoy seguro que habría hecho todo lo posible para salvarnos, para... Salvarte.—  Te miró de reojo. —¿Aún lo extrañas?

—Sí... Bueno, no tanto como antes, pero a veces tengo la sensación de que sigue aquí, ¿Sabes..?

—Mhm...— Acarició suavemente tu cabeza, tratando de consolarte de alguna forma.

—Ray... Aún mantienes tu promesa, ¿Verdad?— El muchacho tuvo un pequeño escalofrío al oírte decir eso.

—Por supuesto.

—Bien... Bien.

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—¿Eh? ¿Dónde está?— Preguntó uno de los niños. Tomaste tu muleta y te paraste, mirando al horizonte.

—No está... Norman no está.— Confirmó Isabella, mirando a su reloj de mano. Es inútil, mamá. Ya no está su señal del rastreador. Mamá confiaba en que Norman no iba a escapar porque Emma y yo estamos quebradas. Va a entrar en pánico cuando vea su ruta de escape... Espero que Norman haya seguido el plan. Cerraste los ojos suspirando, pero cuando alzaste la mirada, viste al albino caminado hacia el grupo de niños. Acompañaron a Norman a prepararse para el despacho, y tan pronto las puertas se cerraron, Ray habló.

—¡Estúpido! ¡¿Qué estás pensando...?! Vas a morir si te quedas acá. ¡Escapá ya mismo y desaparecé!

—No, no voy a escapar.— Respondió el de ojos azules. —Tienen que escucharme, no hay tiempo. Estos son los resultados de la inspección de la ruta de escape. Hay un precipicio. Del otro lado del muro. Es demasiado alto... Para bajar saltando. Krone no nos mintió, los demonios no nos subestimaron. Así que recorrí todo el muro por el borde para ver adónde me llevaba. Tenía una bifurcación, formando ángulos de 60° exactamente.— Mientras explicaba, dibujaba el paisaje que había visto. —De un lado, estaba el precipicio. Del otro, el muro dividía el terreno de dos paisajes idénticos. Gracias a Ray, eso no me alteró. Me di cuenta de lo significaba.— Dibujó un hexágono, completando la figura. —Las plantas están la una al lado de la otra separadas por un muro. La zona que está al oeste de la tercera planta debe ser la central... Lo digo porque aunque la figura estaba completamente rodeada por un precipicio, solamente de este lado había un puente. Para escapar, tiene que ser por ahí.— Tocaron la puerta, y momentos después la cabecita de Phil asomó.

—Mamá te llama, Norman.— Informó.

—Decile que ya voy.— Contestó el mencionado. El pequeño asintió con la cabeza antes de cerrar la puerta e irse. Norman se puso y saco y cerró su valija, casi vacía. Luego, te entregó el aparato para desactivar los rastreadores.

—Les devuelvo esto, no lo usé. Así que todavía pueden sacarle provecho, cuando logren escapar.

—Entoces es cierto.— Respondiste. —Ya sospechaba yo... Norman, vos siempre tuviste la intención de volver. El precipicio no tiene nada que ver con que hayas vuelto, podrías habernos contado mientras estabas escondido. Cuando dijiste que íbamos a escapar todos juntos, sentí... Como si volviera a despedir a Valentino. Entonces me dí cuenta, por más que lo dijiste, nunca tuviste la intención de seguir el plan, ¿O me equivoco?

—No, es cierto.— Sonrió el de orbes azules. —Les mentí, perdón. No puedo permitir ningún margen de error. Lo hice para que nadie muriera. Si yo me iba, se venía abajo todo el plan y escapar iba a ser más difícil. No quiero que eso provoque mi derrota. No voy a cambiar de opinión. Hoy hice todo lo que pude, y ustedes se van a encargar del escape sea un éxito ahora.— De pronto, sentiste como Norman se abalanzaba a abrazarlos a los tres, y por poco largas en llanto. —Tanta calidez...— Susurró el chico. —Gracias por todo. Gracias a ustedes, tuve una buena vida. Me divertí... La pasé bien... Fuí feliz.

—Mierda...— Oíste balbucear a Ray, con la voz quebrada. —Mierda... ¡Mierda!

—Norman... Mejor escapá ahora...— Dijo Emma, entre llantos. —Escapá y escondete en el bosque.

—No voy a cambiar de opinión, ya te lo dije.— Contestó él.

—Norman... ¿Me harías un último favor?— Susurraste.

—¿Qué cosa?

—Por favor...

Cuando llegues al cielo, saluda a Valentino de mi parte.

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Sad time mode: on

Ahre JSSKKDDK

BuenO, este es el capítulo de esta semana, espero que les haya gustado, muchas gracias por leerlo.

Sin nada más que decir,

Cambio y fuera.