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Explicación
Este sería un AU donde no hay granjas, pero cada año los humanos escogen quince chicas y quince chicos de quince años (muchos quince xdxd) de cada aldea para ofrecer a los demonios. Como podrán suponer, la rayis es elegida. Inspirada en la canción que se encuentra en multimedia.
P.D: este AU no lo ví nunca y es original mío.
¡Disfruten!
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No es nada, me dije a mí mismo. Pero en serio, esto es incluso peor de lo que creí que sería. ¿Por qué? ¿Por qué me involucré? Mamá me dijo que era peligroso, que me convenía no encariñarme. Y voy yo, como un idiota, a no sólo encariñarme, sino a enamorarme.

— ¿Ray? ¿Te sientes bien? — Ahí va otra vez. ¿Por qué? ¿Por qué tienes que ser tan perfecta? Acariciaste mi mejilla con tu mano, y apenas si logré controlarme para no llorar.

La verdad es que quiero dejar de caminar por un momento. — No tuve que decir más, lo entendiste perfectamente. Tu melancólica sonrisa me recibió con los brazos abiertos, invitando a mis lágrimas a salir. En silencio, me guiaste hasta una banca de aquel parque, que nunca se había visto tan deprimente. Las demás muchachas caminaban a paso rápido, ignorándonos o dándonos sonrisas compasivas. Me senté, pero tú no. Creí que te sentarías conmigo ignorando tu destino, pero estás adelantándote a un rápido paso, yo solo observo. Te vas en el último vuelo, dejándome atrás. Comienzo a correr, el suelo, poco a poco, se ve fuera de lugar. Las demás me miran sorprendidas, las pocas amigas que tenías me abrían el paso hacia tí. Siento los morados ojos de mi madre en mi nuca, pero sin dañarme, más bien compartiendo mi dolor, tratando de decirme que es imposible, que ella lo sabe mejor que nadie. No me importa. No debo llorar, no debo... Pero la verdad es que quiero decirlo.

¡No te vayas! — Puedo ver como tu espalda se tensa, apenas giras la cabeza mostrándome aquellos ojos que adoro rebosantes de lágrimas, tratando de decirme que me rinda. Sé perfectamente que no quieres hacerme sufrir por tu inevitable partida. Y sabes perfectamente que haré hasta lo imposible para evitar que te alejes de mi lado cuando en realidad no es lo que quieres.

— Ray... — El sonido de tu hermosa voz opaca la multitud, los gritos de los supervisores diciendo que me calle, las excusas de mi madre tratando de darme algo más de tiempo para despedirme. Puedo ver como tus puños se cierran, haciendo que tus nudillos se vuelvan blancos. A lo lejos te desvaneces, dejándome atrás. No podré verte nunca más, la noche se cae a pedazos. No debo llorar, no debo... Pero la verdad es que quiero decirlo.

¡No te vayas! — Mi grito se oye en la multitud, haciendo que detengas tu caminar. Tu rostro está húmedo y no puedo evitar sentirme algo culpable por eso. Veo como pateas el suelo, frustrada, y corres hacia mí, estirando tus brazos lo más que puedes para tratar de alcanzarme. Te atrapo en mis brazos, con la esperanza de tenerte así para siempre.

— Ray... ¿Por qué haces esto? — Tus palabras eran filosas, tratando de hacer que me retracte. Pero no me importa. Lo que sea que digas, lo soportaré, porque sé perfectamente que lo dices para que te deje ir y que no sufra tu partida. — ¿Por qué? ¡Siempre supiste que esto iba a suceder! — Aunque tu voz era fría y arisca, te aferrabas a mí con desesperación. — Te dije... Que no te enamoraras. Te dije que yo no valía la pena... ¡Ahora voy a morir, Ray! ¿¡Tienes idea de cómo me siento dejándote aquí solo de esta manera!? — Te apreté más contra mi pecho, tratando de tranquilizar tus sollozos.

— Huyamos, _____. Mi madre nos cubrirá. Por favor, huye conmigo... — Susurré en tu oído. Escondiste tu cara en la unión de mi hombro y mi cuello, sollozando más fuerte.

— ¿Y qué pasará con Valentino? ¿Qué pasará con Emma, con Norman? — Lentamente, sentí como tus brazos se salían del abrazo. — No puedo hacerles eso. No soy capaz, Ray. Ni siquiera... Puedo irme con una sonrisa... Ray... Déjame ir...

“Cuando termine el festival todo será igual que siempre.” ¿Es eso lo que quieres hacerme creer? ¿Crees que mi vida será igual sin tí? Sabía que una noche irremplazable cómo esta llegaría, pero aún así duele. — Hice una amarga sonrisa. — Incluso ahora te ves mucho más atractiva de lo habitual. — Como esperaba, este último comentario hizo que tus mejillas se tornaran de un hermoso color rojizo, un color rojizo que adoro.

— Tenemos quince años. Tienes toda la vida por delante... Me olvidarás, conocerás una linda chica que te trate bien y no muera pronto y tendrás una familia. Yo lo sé. Ahora crees que se acaba el mundo, pero no es tan así.

— ¡Sí lo es! ¿¡En serio no te das cuenta!? ¡Tú eres mi mundo! — Tus brazos estaban apoyados en mi pecho, empujándome levemente. Te abracé con más fuerza. — No sé que haría sin tí, _____... Te necesito... No me abandones...

— Ray... — Tu voz estaba quebrada, las lágrimas ocupaban cada parte de rostro, haciéndolo brillar. — Déjame ir. — Te separas de mí, y yo solamente observo. Acaricias mi mejilla para después besarla, haciendo que revoloteen mariposas en mi estómago, que fueron congeladas por el dolor de tu partida. Lo único que avanza es el tiempo, y me arrastra con él. 

El camino a casa es oscuro... — Dijiste, viendo al horizonte.

“Pero creo que estaré bien solo”. — Completé tu oración, con un sarcástico tono. — ¿En serio crees eso? Porque yo no. — Las luces de la calle me alumbran y nacen sombras, mientras veo como te alejas de mi lado. Estoy solo. A lo lejos te desvaneces, dejándome atrás, y ahora la noche se difumina de igual manera. Las lágrimas se deslizan desde mis ojos y caen de mi mentón hacia mi ropa. No debo llorar, no debo... Pero la verdad es que quiero decirlo.

¡No te vayas! — Te tomo de la muñeca, obligándome a mirarme. — No debo llorar, no debo... Pero la verdad es que quiero decirlo. — Te tomo del otro brazo con delicadeza, apoyando mí frente con la tuya. — No te vayas... — De pronto, te lanzas a mis brazos con desesperación, llorando desconsolada. Te abrazo apegándote más a mí cuerpo.

— No me quiero ir, Ray... No quiero morir... — Tu voz sonaba ahogada, siendo difícil incluso para mí oírte con claridad.

— Huye conmigo, _____. Por favor... Huye conmigo. Podemos traer a Valentino, Norman y Emma si quieres... Pero por favor huye conmigo. No quiero... Perderte... — De  reojo, veo a dos adultas acercándose a nosotros. Tomo tu brazo y corro hacia el bosque, mirando a mi madre por última vez. Me sonríe, y sé que me desea lo mejor. Veo lágrimas caer de sus ojos, pero no interviene. Corremos entre los árboles siendo perseguidos por los supervisores, pero de alguna manera no nos alcanzan y logramos perderlos.

— ¿Qué será de nosotros ahora, Ray? Ya no podremos volver a la aldea nunca más... Puede que hayamos condenado todo el sistema pacífico que teníamos los humanos... — Tu rostro está pálido de terror. Te apego más a mi cuerpo sin dejar de correr.

— Me importa dos cominos. Podemos volver a la aldea a escondidas... Y siempre supimos que tarde o temprano iba haber otra guerra, sólo aceleramos las cosas. No te sientas mal. — Entrelazas tu mano con la mía, buscando tranquilizarse. Acerco tu mano hacia mi boca y beso tus nudillos, haciendo que tu rostro se torne colorado. — Estaremos bien, _____. Te lo prometo. — Y sin decir más, corremos lejos del poblado, en la oscuridad de la noche.

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¡Hola! anonnimousAngels reportándose. ¿Les gustó el especial? Yo realmente disfruté escribirlo un montón, incluso lloré un poquito. Espero que no lo hayan sufrido mucho jaja. Las partes en negrita son la letra de la canción, esta es una de mis canciones favoritas y amo como la canta Soraru.

Tal vez haga segunda parte cuando lleguemos a los 2k de visitas, tal vez haga otra cosa. ¿Que les gustaría que pasara? Sin nada más que decir,

Cambio y fuera.

La letrista {Rayxtú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora