XLI

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Decime... Señorita Demonio.

—Esos pies son de demonio.— Señaló Ray. Emma tembló de horror. No me había dado cuenta... Porque su figura y su altura parecen humanas... Dijo descansen esta noche... ¿Entonces es de noche? ¿Cuánto tiempo estuve dormida? ¿Y el resto? Dijo que estaban del otro lado... Y que los preparativos para la comida estaban listos... ¿Nos van a comer? ¿Para eso nos salvaron? Entonces... Entonces los preparativos para la comida son... La sonrisa de Emma se borró por completo, aterrada por lo que les pudo llegar a pasar a los demás mientras ella no estaba conciente. Ray miraba a la chica demonio con desconfianza. —¿Por qué nos salvaron, si somos comida?

—Mujika, te pasaste...— Habló el otro demonio, apareciendo por atrás. Sostenía una enorme lanza que apoyaba en su hombro. —Te volviste a equivocar de camino...— El azabache se dió vuelta, dudando del demonio.

—¿Por eso me viniste a buscar?— Habló la chica. —Pero fue justo en el peor momento...— El demonio se agachó para mirar a los dos menores más de cerca.

—¿Qué les pasa a estos? Están pálidos.

—¿Por qué... Nos...?— Balbuceó Ray.

—Porque viniste con eso en la mano, Sonju. Están asustados.

—No digas tonterías, los otros chiquitos están del otro lado. ¡No podía dejarlo para que lo tocaran sin querer y se lastimaran!

—¿Por qué unos demonios salvaron...?— Trató de continuar el azabache.

—¡¿ESOS CHICOS ESTÁN BIEN?!— Exclamó Emma, con una mirada ciertamente aterrorizante. Al no obtener una respuesta inmediata, salió corriendo hacia una de las bifurcaciones. El de ojos negros trató de detenerla, pero no lo logró. Sonju rió.

—Perdón, niño.— Dijo. —¿Qué decías?

—Que porqué unos demonios salvaron a unos humanos.— Continuó el azabache.

—Demonios, eh... En una época nos llamaban así.— Emma seguía corriendo, tratando de encontrar alguna señal. No... ¡No! ¡Chicos! Perdón por desmayarme, perdón por quedarme dormida. Por favor, por favor... ¡Por favor, estén bien! Llegó a un lugar redondo en el que se unían varios caminos, encontrándose allí a todos.

—¡Emma!— Gritaron, antes de tirarse encima de la mencionada para abrazarla.  —¡Menos mal, Emma, estás curada!

—Ey, todavía no está curada, con cuidado.— Señalaste.

—¿Están... Todos bien?— Preguntó Emma.

—Sí, estamos todos bien.— Le sonreíste.

—Perdón por asustarte.— Habló la chica demonio, quitándose la capucha. —Pero no queríamos preocuparlos de más. Yo soy Mujika...— Señaló al demonio mayor, que también se quitó la capucha. —Y él es Sonju. No comemos humanos. Así que tranquila, no tenemos pensado devorarlos.— Ray apareció por detrás de Sonju, algo incómodo. Pero cuando su mirada se cruzó con la tuya, por un segundo todo pareció desaparecer. Se acercó corriendo a tí y te abrazó, entre preocupado y aliviado.

—¿Estás bien?— Murmuró.

—Sí, estoy bien.— Respondiste. Escondió su rostro en tu cuello, suspirando. Acariciaste su espalda por un rato antes de separarte. —Es hora de comer. Ven a sentarte.— Todos los niños se sentaron al rededor de una olla con una especial de guiso, entregándose tazones entre sí y sonriendo. Le alcanzaste a Ray un tazón hecho a mano, lleno de guiso. —Lo hizo Sonju para vos, ya que rompiste tu taza. Es tuyo.— Lo tomó dudoso.

—Están todos demasiado acostumbrados... ¿Qué está pasando, _______? ¿Los estuvieron tratando bien hasta ahora...?— Te preguntó. Emma se asomó para oír tu respuesta.

—No pasó nada cuando comimos el almuerzo.— Explicaste. —Si quisieran hacernos algo, ya lo habrían hecho. Además, gracias a ellos ustedes dos están bien... Creamos en quienes nos salvaron. El que podamos estar así ahora...— Desviaste tu mirada cuando Sonju y Mujika se prepararon para agradecer por los alimentos.

—En esta ocasión de júbilo por estos alimentos puros...— Empezó el demonio, tapándose la cara con la mano izquierda y alzando la derecha al cielo. —Con los que estamos bendecidos, agradecemos a la tierra y al cielo... Gracias por la comida.

—Gracias por la comida.— Dijeron todos los niños al mismo tiempo. Emma repitió, dudosa, antes de alzar la cuchara hacia su boca. Al probar, sonrió.

—Está rico...

{~°~}

—Vamos.— Dijo Ray. Ya era tarde y ambos estaban esperando a Emma en el pasillo.

—¿Pudiste averiguar algo, _______?— Preguntó ella. Negaste con la cabeza.

—Preferí a esperar a que ustedes estuvieran despiertos.— Empezaron a caminar hacia el lugar donde habían cenado, dejando la parte de los dormitorios atrás. Sonju estaba sentado, preparando una especie de té.

—¿Siguen despiertos?— Preguntó, apenas girando la cabeza.

—¿Es un mal momento?— Dudó Emma.

—No, adelante.— Los tres se sentaron a un costado de la sala. —Ayer estuvieron toda la noche despiertos corriendo, ¿No? Deberían descansar mientras puedan.

—Sí, en un rato volvemos a dormir.— Contestaste.

—Gracias.— Empezó Emma. —Y además, perdón por dudar de ustedes... Aunque nos habían salvado... Para mí, todos los demonios son son nuestros enemigos... No se me había ocurrido que podía haber demonios que no comen humanos.

—No te preocupes, nunca está de más ser precavidos.—  Aceptó Sonju. —Para los “demonios” la carne humana es especial, sobre todo los cerebros. Pocos son como nosotros. La mayoría de los “demonios” babean con solo ver un humano... Hacen bien en pensar que todos son enemigos.

—¿Entonces por qué ustedes no comen humanos...?— Inquirió Ray.

—Por razones religiosas.— Respondió el demonio mientras se servía té. —Decidimos no comer humanos por cuestiones de fé. Pero solamente humanos. Comemos cualquier cosa que no sea humana. Somos renegados para la sociedad. No me importan en lo más mínimo los dueños de las granjas. Ni su ideología, ni sus ganancias, ni su autoridad, ni nada. Los salvé solo porque me interesaba. Tenía ganas de hablar así con un humano después de tanto tiempo. Es extraño... Hoy en día es imposible encontrar humanos vivos que no estén dentro de una granja. ¿Es eso, no? ¿Era eso lo que querían saber?— Les alcanzó una taza de té a cada uno, sin parar de hablar.

—¿Nos podés contar...?— Preguntaste. —¿Qué les pasó a los humanos hace treinta años?

¿Cómo es el mundo ahora?

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AnonnimousAngels reportándose:

Y así termina la maratón de una semana aaaa, volvemos a las capítulos semanales.

Espero que lo hayan disfrutado 💖

Sin nada más que decir,

Cambio y fuera.

—7/7

La letrista {Rayxtú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora