La letrista {Rayxtú}

LXV

Dejanos acá, Lucas.

— ¿Dejarlos... Acá?— Lucas parecía profundamente horrorizado. —¿Qué querés decir, Oliver?

—Exactamente lo que dije, dejá acá a los siete heridos de gravedad sin contar a ___________... Todo se resuelve haciendo eso. Primero...— Giró la cabeza para ver al señor y a Ray. —Esos dos llevan a __________ por el camino más corto. Y el resto vuelve más seguro por el camino de tres semanas por el que viniste vos, Lucas... Si nosotros no estuviéramos, Nigel y Violet podrían... Podrían avanzar protegiendo al resto aunque sean solo dos...

—¡Tonto!— Lucas parecía desesperado, completamente en negación a todo lo que decía el chico.

—Ya es... Suficiente, Lucas.— Susurró. —Nos salvaste... Nos diste conocimientos, habilidades, una meta por la cual vivir... Una familia... Escuchaste nuestros deseos caprichosos y luchaste con nosotros... Es imposible saber hasta qué punto nos salvaste. Tener un padre... ¿Sería así?— El adulto abrió mucho los ojos, pero no pudo decir ni una palabra. —Lucas, para nosotros... Sos nuestro querido salvador, maestro, hermano... Padre.

—Sí, por eso... Ya lo habíamos decidido.— Continuó Gillian sonriendo. Ella también estaba en la camilla, con la espalda vendada y manchada de sangre. —Desde... Desde el principio. Obviamente la idea era sobrevivir todos, pero si se complicaba, como ahora... Decidimos que Lucas y el resto salgan de acá. Nosotros somos los responsables de esta batalla. Ya estábamos preparados. No queremos ser una carga. Para que vos, __________, Emma y el resto... Sobrevivan, tienen que dejarnos acá.

—No... No puedo dejarlos. Nunca podría...— Balbuceó Lucas.

—No vamos a dejar a nadie atrás.— Habló Emma, decidida.

—Vamos a salvar a _____________ y volver todos juntos.— Continuó Ray.

—Sí, ____________ no lo aceptaría de ninguna otra forma.— Dijo el señor. Tu novio tomó aire.

—Yo... Yo voy a ir con ustedes.

—¿Eh?

—Nigel, Violet y yo...— Explicó. —Vamos a llevarlos a todos sanos y salvos al refugio.

—Pero entonces _________...— Empezó Nigel, pero el azabache lo interrumpió.

—Viejo.— Una mirada seria se posó sobre el adulto, que guardaba silencio. —¿Puedo encargarte a _____________?— Por un tenso segundo, la atmósfera se ahogó en un denso silencio. Al final, el mayor sonrió.

—Yo me ocupo, Ray. Voy a llevar a tu novia a casa y la vamos a salvar.— Tu pareja te miró en silencio y suspiró, con un dejo claro de preocupación.

—No, esperen...— Interrumpió Oliver. —Pero igual es peligroso... Además no podemos movernos... Y el viaje es de tres semanas...

—¡Pero todavía están vivos, ¿O no?!— Exclamó Theo. —¡Mientras sigan vivos, no podemos rendirnos! ¡Voy a hacer todo lo que pueda!

—¡Eso!— Más chicos se paraban, apoyando la moción. —¡Incluso nosotros podemos caminar cargándolos!

—Perdón, Oliver.— Dijo Nigel, con una pequeña sonrisa. —¡Yo tampoco quiero seguir viviendo gracias al sacrificio de otros!