LXXVI

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¡Tenemos que traerlos ya mismo!

Empezaron a salir del agujero del bosque, uno a uno, con precaución. Pero la diminuta paz que quedaba despareció con el sonido de dos disparos. Emma se giró para mirarte

—Eso de recién... ¡¿Fueron disparos?!— Parecía aterrada, temblando de la rabia.

—Sí.— Empezaste a correr en la dirección del sonido.

—¡Mierda! ¡Rápido!— Exclamó Ray, acomodando el arma entre sus manos para correr más cómodamente.

—¡Estamos cerca! ¡Debe ser por acá!— Dijo uno de los chicos que se les había unido. Vieron a Dominic, de pie y temblando, con sudor frío bajando por su frente y el rostro pálido.

—¡Dominic! ¡Estás bien!— Uno de los chicos trató de acercarse, sonriendo. Pero el niño empezó a balbucear.

—Escapen... ¡ESCAPEN! ¡NO SE ACERQUEN!— Exclamó. Una bala dió de lleno en el rostro de uno de los chicos, que cayó como peso muerto. El otro en un rápido reflejo de ocultó detrás de un árbol. El menor trató de correr, pero un segundo disparo hacia su pierna lo hizo tropezar. Chilló, agonizante.

—Ahí están.— Dijo una voz, proveniente de un hombre armado que salía de la oscuridad. La mitad de su rostro izquierdo carecía de piel y los músculos latentes trataban sin éxito de funcionar correctamente, perdiendo sangre a través de la exuberante herida. Su ojo se inclinaba hacia sus gafas, dando la impresión de que en cualquier momento saltaría de su lugar. Con un brazo sostenía a Alicia, y con el otro, apuntaba el arma hacia la cabeza de la niña. —Los encontré... Los encontré, chicos ganado...— Balbuceaba, incapaz de mover correctamente su mandíbula. ¿Qué es eso...? ¿Es... Aquél hombre que nos amenazó en el refugio? No puede ser que siga vivo... Hasta se le ven los huesos. ¿Es el único enemigo? ¿Y qué pasó con el resto? Pero antes de eso... Si el enemigo está acá, entonces Yugo y Lucas... —¡¿QUÉ ESTÁN ESPERANDO?! ¡ARRODÍLLENSE!— Exclamó, apretando el arma contra la sien de la pequeña. Todos cayeron la suelo, haciendo caso a sus palabras. Ray te hizo una imperceptible seña, indicándote que te mantuvieras tranquila. Tragaste saliva, intentando controlar tu corazón. Tenemos que salvar a Dominic y a Alicia cueste lo que cueste. Ese hombre... No es normal. —Los voy a... Eliminar a todos. Los voy a poner a dormir...— Para este punto, sus palabras parecían delirantes. Tenemos que encontrar una oportunidad para poder dispararle... —Los voy a aniquilar. Los voy a...— De pronto, alzó su pistola y disparó hacia un punto específico del bosque. Zack logró correrse del camino de milagro. Todos temblaron de miedo. —¡Impertinentes! ¡Se creen que son capaces de lograr algo! Son mierda, mierda, mierda. ¡SI NO SON MÁS QUE COMIDA! ¡SON SOLAMENTE GANADO! ¡LES DIJE QUE SE ARRODILLARAN, CHANCHOS...!— Levantó una pierna y la bajó con fuerza sobre la espalda de Dominic, pisoteándolo. El pobre niño gritó de dolor. Emma se avanzó en busca de su arma, y todos rápidamente imitaron su acción, rodeando a Andrew. —Ja... ¿Me vas a disparar, Emma? No, vos no vas a poder.— La de cabellos naranjas parpadeó, sorprendida. —Sos Emma, ¿No? Phil me contó de vos.

—¡¿QUÉ LE HICISTE A PHIL?!— Gritó Don. El adulto le disparó en el hombro apenas el chico hizo un ademán de acercarse.

—Vos, ustedes, piensan en su familia.— Habló, reacomodando el arma para apuntar a la pequeña en sus brazos. —Y en “Ser amables”. Son todos iguales, unos idiotas. ¿Saben cómo murieron los otros tres que estaban con estos enanos? No pudieron dispararme. Dudaron en dispararle a un humano. Yo estoy herido... Tenían todas las ventajas y oportunidades, pero... Fue muy fácil matarlos. “Es humano como nosotros”, “Sufre como nosotros”. “Si lo matamos, su vida se pierde para siempre”. Supongo que pensaron cosas por el estilo. Por favor. Son tan idiotas que me hacen reír. Esos dos también fueron idiotas. Los sobrevivientes de Glory Bell.— De pronto, todo el grupo se puso tenso y sostuvieron las armas más fuerte. —Están muertos. Eran fuertes esos dos. Me sorprendieron. Pero uno cubrió al otro de un ataque nuestro. Y el segundo resultó herido por no dejar al primero. Al final, murieron al intentar matarnos con una explosión. Pero... Como ven, yo sobreviví. ¡Los idiotas hicieron de todo pero no pudieron matarme!— Empezó a reírse como desquiciado. —Los defendieron tanto que hasta nos declararon la guerra y se convirtieron en blancos de ataque. ¡Siguieron peleando aunque arrastraban las piernas, se les salían las tripas y estaban llenos de balazos! ¡Pero el cielo está de mi lado!— Volvió a reír, cosa que te dió un escalofrío de rabia e impotencia. Lo apuntaste. —No vas a disparar.— Dirigió su mirada hacia tí. —Tú debes ser _____________.— Apretaste los labios, tratando de no mostrar sorpresa o debilidad. —Ah, el caso de tu hermano fue tan extraño. Una verdadera lástima que de la noche a la mañana haya cambiado... Pudo haber ido a Lambda y ser mejor alimento, si no fuera porque era un estúpido.— Ahora, todo tu cuerpo temblaba.

—¡¿Y QUÉ SABRÁS TÚ DE MI HERMANO?!— Ray te miró de reojo, preocupado. —¡POR CULPA SUYA, DL MURIÓ!— Andrew volvió a reír.

—¿Fue así? De todas formas, era su destino. Pero ¿Segura que fue así?— No contestaste. —Ah... Entonces probablemente también lo sabes, ¿No? Y sabiendo, aún eres un chancho estúpido. No me vas a disparar. Soy un humano... Y si llegas a disparar, mato a esta mocosa. No tienen opciones. Van a ir todos juntitos al otro lado.— Miraste hacia el blanco, temblando. —¡VAMOS!— Y se oyó el sonido estridente de un disparo. La niña cayó al suelo, y el hombre miraba a su alrededor. El disparo de Oliver había pasado a través de la articulación de su hombro y la de su muñeca certeramente.

—¡Alicia, acá!— Zack salió de su escondite en búsqueda de la niña, que corrió llorando hacia el chico. Emma corrió hacia Dominic, que trataba de arrastrarse lejos del hombre.

—¡TE VOY A MATAR DE UN PISOTÓN!— Gritó el adulto, corriendo también hacia el niño en el suelo. Ray levantó su arma, y por un momento, pasó por tu cabeza la forma en la que Yugo los miró cuando dijo “Unos chicos como ustedes no se tienen que hacer cargo de estas cosas”. Pero de pronto, tu pareja se quedó quieta en su lugar. —¡MUERAN, CHANCHOS! ¡GANADO DE MIERDA!

Y entonces, el demonio a sus espaldas lo devoró.

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Hola! AnonymousAnngels reportándose.

Me declaro firme Andrew hater gracias.

Aunque ahora se empiezan a ver las verdades del despacho de Valentino y eso me emociona jddkfk.

Sin nada más que decir,

Cambio y fuera.

La letrista {Rayxtú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora