LXXXVIII

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¿La "doncella de la sangre maldita" sigue con vida?

—¿La "Doncella de la sangre maldita"?— Preguntaste. —¿La conoces, Norman?

—Solo sé de su existencia por relatos.— Contestó el mencionado. —"Es un demonio que no comió carne humana ni una vez desde que nació. Es un individuo particularmente único que pude conservar su inteligencia y forma sin alimentarse de humanos." Fecha y lugar de nacimiento, desconocidos.  Según los registros, su existencia se confirmó por primera vez hace setecientos años. Después de la promesa, pero antes de que el sistema de granjas estuviera establecido. La primera vez que apareció fue como la salvadora de una aldea con hambruna.

—¿La salvadora?— Inquirió Emma.

—Con unas pocas gotas de sangre, puede transferirles ese poder a otros. Ya no tenían que comer brazos y piernas, y ni hablar de cerebros. Con un solo trago. Con beber un solo trago de su sangre... Esos demonios obtuvieron las mismas características que ella. 

—¡Pero entonces...!— Te levantaste de tu asiento, invadida por la sorpresa. —¿Entonces los demonios que tomaron la sangre de Mujika son demonios que no necesitan comer humanos?

—Sí, y además... Con esa sangre también obtienen la habilidad de hacer más demonios iguales.

—Los demonios que recibieron la sangre de Mujika...— Habló la de cabellos anaranjados. —¡Pueden crear más demonios que no involucionan si no comen carne humana!

—Después de eso, el asentamiento en el que ella repartió su poder...— Continuó el albino. —Evitó la hambruna y escapó de la aniquilación. Eventualmente, un rumor sobre eso llegó a la realeza y a la nobleza, quienes hicieron una investigación. Entonces, la familiar real y las cinco familias Regentes los buscaron y capturaron a todos... Y comieron a todos los que tenían esa sangre. 

—¿Eh...? ¿Por qué...?— Balbuceó Emma.

—Porque les tenían miedo.— Aclaró el albino. Te volviste a sentar en tu lugar, abatida por la información recibida. El chico continuó. —Pero entiendo... Según los registros, ella había sido devorada en ese momento... Pero resulta que escapó y sigue viva... E incluso ahora sigue siendo perseguida por la familia real y las cinco familias regentes. 

—Eso quiere decir que Sonju no era originalmente un demonio que no necesitaba comer humanos, sino que evitó la involución con la sangre de Mujika y sobrevivió.— Mencionó Ray.

—Y además, la familia real y las cinco familias nobles también son excepciones como Sonju Y Mujika.— Agregaste. 

—Exactamente.— Afirmó el falso Minerva. —Geelan lo sabe, y pretende matar y comerse a la familiar real y a las cinco familias regentes. Por eso es que quiere exterminar a la realeza y a la nobleza. Así que sí, la familia real y las cinco familias regentes son "excepciones"... Pero eso no presenta ningún obstáculo para el plan. Son pocos, así que pueden ser eliminados directamente, sin hacerlos involucionar por la falta de alimento. Por lo tanto, el plan no se caería por la razón que temen ustedes. Lo que sí resulta peligroso es...

—¡Esperen un momento!— Interrumpió tu amiga. —¡No estoy entendiendo bien! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué la realeza y la nobleza se comió a los compañeros de Mujika?! ¿No podía ser la solución a la hambruna? No había nada que temer. Con el poder de Mujika, se podrían haber salvado a más demonios. Si se utilizara esa sangre de la forma correcta... No haría demonios con miedo a involucionar ahora. Ya no tendrían razones para comer humanos...

—Porque resultaba un estorbo.— Le contestó tu pareja.

—¿Eh...?

—Pensalo desde el punto de vista de la realeza.— Trataste de empezar a explicar. —Ellos tienen el control sobre la distribución de la carne mediante las granjas. Y con eso fomentan las desigualdades sociales a voluntad según cuánta carne y cuánto se otorga. De esta manera, pueden controlar el mundo a su gusto. Para la realeza, entonces, el poder de Mujika que elimina la necesidad de las granjas es un estorbo. Y para monopolizarlo, los capturaron y los mataron. Algo así fue, ¿O me equivoco?

—Entonces puede ser que la promesa misma fuera para beneficiarlos a ellos.— Agregó el azabache. —Al no haber guerra con los humanos, ellos pasan a tener el control sobre la carne humana y así pueden modificar la sociedad a su voluntad.

—No puede ser...— La chica no parecía encontrar la forma de entender las razones que le presentaban, así que se sentó para pensarlo mejor.

—Emma, no debería sorprenderte.— Habló Norman. —Todos se mueven para beneficiarse a sí mismos, obviamente hay unas pocas excepciones, pero así es el mundo. No todos son tan amables como vos, Emma.— La muchacha pareció incapaz de decir algo, por lo que el albino continuó. —Pero de lo que deberíamos cuidarnos... Es de ese tal "Sonju" y esa tal "Mujika". Están bajo la lupa de la realeza y la nobleza, así que no creo que puedan acercarse libremente a la gente común, pero tienen la habilidad de devolverle forma humana a los demonios que involucionaron. No sabemos qué harán sobre nuestra rebelión. No nos convendría que el clan Ratri los atapara antes... Es un factor extremadamente peligroso para nuestra seguridad. 

—¿Norman?— Balbuceó Emma, horrorizada por lo que oía.

—Tenemos que buscarlos y matarlos. 

—¡Esperá!— La de cabellos naranjas se puso de pie, espantada. —¡Sonju y Mujika no son un problema! ¡Son nuestros amigos, nos salvaron la vida! ¡No podés matarlos!

—Pero ellos son demonios, ¿No, Emma?— La tomó de las manos y la miró con falsa confusión. —¿Pensás que se van a quedar callados viendo como su especie se extingue? ¿Pensás que lo van a permitir?

—¡Entonces no habría problema si no hubiera exterminio!— Gritó finalmente. —Norman, yo... No quiero exterminar a los demonios. Vinimos a consultarte sobre eso. Se puede, ¿O no? Con la sangre de Mujika... No, no hace falta buscar a Mujika, con la sangre de la realeza y la nobleza... Se puede hacer que los cuerpos de los demonios se mantengan bien sin comer humanos, ¿No? Entonces no haría falta pelear. ¡Ya no sería necesario! Si les sacamos el poder a la realeza y a la nobleza...

—Es imposible, Emma.— Refutó el de ojos azules. —Aunque no sea necesario, si nos quieren comer, nos van a atacar. Eso hicieron ambos durante siete siglos. Y Geelan es igual, ¿No son los humanos así también? Si tu comida favorita te dijera "No me comas", ¿Podrías entenderla y contenerte? Tal vez vos puedas, Emma, ¿Pero y nuestros hermanos podrían? ¿Pensás que todos los demonios se compadecerían y contendrían su apetito? ¿Por nosotros, su comida?

—¡Entonces escapemos al mundo humano! ¡Superemos los siete muros, rehagamos la promesa, y una vez que logremos que los demonios no nos persigan más, escapemos al mundo humano! ¡Les estaríamos robando los humanos a los demonios, pero es mejor que el exterminio!

—Pero no sabemos si el mundo humano nos recibiría. Emma, en este mundo no se puede tener todo lo que uno quiera.

Te lo aseguro, no existe un futuro en el que nuestra familia pueda reír sin exterminar a los demonios. 

La letrista {Rayxtú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora