XLIX

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Quiere seguir ajeno.

—Repeat... After... Me.— Dijo el adulto, muy lentamente. El grupo de niños frente a él lo miraba expectante. —No desordenar la habitación.

—No desordenar la habitación.

—No acercarse de más.

—No acercarse de más.

—No andar dando vueltas.

—No andar dando vueltas.

—Devolver las cosas a su lugar.

—A su lugar.

—Si rompen alguna de estas reglas, los mato.— Concluyó. Alicia alzó una taza de té de porcelana, sosteniéndola sobre el suelo. El adulto exclamó, temiendo que la rompiera.

{~°~}

—Ya voy entendiendo.— Dijo Ray, acomodando su flequillo. —No solo el interruptor nos sirve para amenazarlo, sino todo lo que hay en este refugio. Gracias por la información, Alicia.— Agregó, acariciando la cabeza de la mencionada.

—¡Ray! ¡¿Qué clase de experimento peligroso le hiciste hacer?!— Gritó Gilda, enojada. —¡Muy mal, Alicia!

—No pasa nada, no lo voy a volver a hacer.— La tranquilizó la niña. —Porque son cosas importantes para el señor. Y además nos está prestando atención.

—Pero es aburrido no poder explorar.— Se quejó Chris. —Nos echa de donde estamos y nos pone apodos raros... Pero si le preguntas como se llama, se enoja.

—¡Ya no se le acerquen!— Exigió la de lentes.

—Sea como sea, nos va a acompañar a buscar a Minerva.— Hablaste, ojeando un libro con velocidad. —El rescate y el escape... El objetivo es lograrlo en menos de dos años. Si vamos a sacar a todos los de Grace Field House, no los vamos a poder traer al refugio por una cuestión de capacidad. Tenemos que encontrar la forma de escapar de este mundo lo más rápido posible, y en dos años, hacer las dos cosas: el rescate y el escape. No sabemos si vamos a encontrar a Minerva... Así que no podemos perder el tiempo. No podemos hacer nada sin la experiencia de ese señor. Es completamente indispensable para lograr lo que queremos. Y además, es un ser humano que logró vivir en el exterior durante trece años... Tenemos mucho que aprender de él en ese sentido. Por donde lo mires, tenemos que ir con él. Y logramos convencerlo por suerte. 

—Pero... Igual me preocupa.— Dijo Gilda. —¿Se va a poder comportar hasta que encontremos a Minerva? No es que no pueda matarnos si se le ocurre. Puede que haya estado de acuerdo pero en realidad esté buscando la oportunidad para matarnos... 

—Sí, puede ser.— Confirmó Ray. Don hizo una expresión de confusión.— Sería natural que el viejo piense eso. También puede que planee ponernos en peligro afuera, porque somos unos mocosos odiosos.

—No...— Balbuceó Don.

—No importa.— Continuó el azabache. —Alcanza con que estuviera de acuerdo. Eso era lo único que podíamos hacer para que se moviera. Todavía no vimos cómo es realmente. No sabemos qué está pensando... Qué intenciones tiene, ni cómo es como persona. Ambos vamos a usar esta situación para vigilarnos mutuamente... Así va a ser este viaje.

La letrista {Rayxtú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora