Te amo.
El muchacho se quedó allí parado, tratando de procesar esas palabras. Acomodó su flequillo, tratando de ocultar el hecho de que su rostro estaba al rojo vivo antes de irse a dormir.
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—No se preocupen.— Habló Sonju. Siendo ya de mañana, el grupo desayunó y empezó a seguir su camino. Aún debajo de la tierra, Sonju y Mujika los guiaban. —No van a encontrar este camino. Es un sendero que cree uniendo caminos de árboles chupasangre muertos. El interior es un laberinto y solamente yo y Mujika conocemos las entradas.
—A veces yo también me pierdo.— Confesó la chica demonio.
—Los de la granja no conocen bien este bosque.— Continuó el mayor. —Pueden usar este camino para salir de él.
—¡Miren, anémonas de agua!— Señalaron Memima y Alicia.
—Saben muchas cosas.— Señaló el demonio.
—¿Ustedes viven en este bosque?— Preguntó uno de los niños.
—No, no vivimos acá.— Habló Mujika. —Estamos de viaje. Vamos de un lugar a otro.
—¿Por qué?— Ambos demonios guardaron silencio.
—Porqué será.— Respondió finalmente Sonju.
—Así que una “promesa” entre humanos y demonios...— Dijo Don.
—Aparecía la palabra “promesa” entre los códigos morse del señor Minerva.— Recordó Gilda.
—Probablemente trataba de hacer referencia a esta promesa.— Dijiste.
—¿Entonces estamos en la Tierra pero no es el mundo de los humanos?— Preguntó Nat.
—¿Cómo se dividió el mundo?— Inquirió Anna.
—Estábamos convencidos que algo había pasado hace treinta años. — Explicaste. —Pero el mundo es así desde hace unos mil años, nunca hubo países o ciudades humanas. El mundo se dividió en dos por la “promesa” de ese entonces... Y según la historia de Sonju, tanto el camino como la puerta entre ambos mundos están cerrados por completo. Suena como si ya no se pudiera ir a los lugares donde de podía. Así que nos quedamos en la parte del mundo de los demonios. El mundo del que leímos y estudiamos no es este, es el otro. Por eso nuestro objetivo final es escapar de este mundo, y probablemente el señor Minerva sepa cómo. Así que lo vamos a buscar y le vamos a preguntar cómo cruzar al otro mundo, y vamos a hacer todos los preparativos en menos de dos años para cruzar al mundo de los humanos con Phil y el resto. Para eso, vamos a ir a B06-32.
—Hay un mundo sin demonios.— Dijo Emma, sonriendo. —Entonces hay esperanza.
—Pero...— Dudó Nat. —¿Todo va a ser tan sencillo?
—Es verdad...— Apoyó Gilda. —¿No dijeron que era imposible? Ya no se puede cruzar, eso es parte del pacto que sellaron. Además somos bastantes los que queremos cruzar, y aunque el señor Minerva sepa algo, no creo que sea sencillo...
—Yo tampoco creo que sea sencillo.— Sonrió Emma. —Tenemos la incertidumbre de no saber cómo cruzar... Y nuestro problema principal es mantenernos con vida en este mundo. Pero ahora tenemos una nueva esperanza. Salimos de una batalla para entrar a otra, pero no pasa nada. Puedo ver el camino. No voy a dejar que nadie muera. Vamos a vivir todos juntos de nuevo, ¡Todos juntos riendo! Veo el camino para hacer esto y voy a hacer lo que haga falta. Voy a hacer hasta lo imposible, no importa qué tan peligroso sea. Vayamos todos juntos a un mundo sin demonios. Para eso, vamos a ir a B06-32, adonde está el señor Minerva.— Concluyó.
—Bien.— Suspiró la de lentes. —¿Puedo decirte algo? Tengo algo que quiero decirte desde ayer, Emma.— Tomó a la mencionada por los hombros, mirándola a los ojos. —¿Podés por favor avisar cuando te sientas mal?— La mirada que le dirigía a la de cabellos anaranjados era dura y altanera, regañándola.
—¿Gi-Gilda?— Balbuceó la chica.
—¿Sí? ¡No podés seguir guardándote todo hasta desmayarte! ¿Entendiste?
—¡Sí!— Contestó Emma, asustada.
—¡Siempre estás haciendo cosas imprudentes!— Continuó, tirando de sus mejillas. —¡Cortarte la oreja no estaba en el plan! ¡Podés ser todo lo valiente que quieras, pero no podés morirte!
—¡Perdón, pero...!— Trató de hablar la de ojos verdes.
—¡Nada de peros!
—La están retando, bien.— Dijo Ray.
—Vos también, Ray.— Dijo Chris.
—¿Eh?
—Escuché que quisiste ser la carnada.— Continuó el niño.
—¡Y que pretendías luchar con ese demonio lagarto vos solo!— Agregó Yvette.
—¿Pensás que podés librarte de los demonios como en las escondidas?— Los niños de aglomeraron para regañarlo. —¡No podés!
—En cuánto le sacas los ojos de encima, Ray hace cualquier cosa para morirse.— Habló Nat.
—¿Otra vez?— Lo respaldó Thoma.
—¡No, esperen, esperen, yo no...!— Trató de justificarse el azabache, pero lo interrumpieron.
—Pregutémosle a Sonju entonces.
—Lo más probable es que muriera.— Dijo el demonio.
—¡¿Ves?!
—¡Eeeey!— Exclamó el de ojos negros. Jemima se lanzó a abrazarlo, siendo recibida al instante. —¡Si no me morí no me morí!
—¡Mirá, la hiciste llorar!— Lo retó Thoma.
—¡Igual que a __________! ¡Cuando Ray llegó desmayado, _________ se puso a llorar!— Agregó Nat.
—¿_________ lloró?— Dudó el chico, buscándote con la mirada.
—¡Es cierto!— Lo respaldó su mejor amigo. —¡Ray es un muy mal novio, _________!
—¡¿Nov--?! ¡¿De qué están hablando?!— Interrumpiste, con tu rostro ardiendo al rojo vivo.
—¡_________ y yo no....!— Balbuceó el de ojos negros, en una situación bastante similar a la tuya. Antes de terminar su frase, dudó, buscándote. No podía negar que entre ustedes no había pasado algo, no desde de lo de la noche anterior.
—¡No mientas!— Gritó Thoma. —¡Emma nos contó cuando ustedes dos--!— La mencionada tapó la boca del niño con su mano, sonriendo nerviosa.
—Yo no dije nada, ¡Nada de nada!— Trató de defenderse.
—Me preocupé cuando llegaron desmayados...— Habló Jemima. Los demás se quedaron en silencio.
—Ustedes también se preocupan por nosotros, ¿No?— Dijo Gilda. —Esta vez nosotros nos preocupamos muchísimo por ustedes.
—Sí.— Afirmó Nat. —Gilda y Don casi se unen al llanto.
—Si necesitan ayuda, díganlo.— Continuó la de lentes. —Si se sienten mal, díganlo, no se aguanten. Nosotros también nos vamos a esforzar... Vamos a hacer lo que sea... Si es peligroso, primero intenten escapar, por favor... Por favor, cuídense a sí mismos. Me alegra que se preocupen mucho por nosotros... Pero ustedes también son nuestra preciada familia, ¿Sí? Así que... por favor...
—Sí.— Contestó Emma, abrazando a la de cabellos verdes.
Muchas gracias y perdón, chicos.
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La letrista {Rayxtú}
FanficSabías que desde niño Ray cantaba esa canción de hermosa melodía. Aunque cuando la cantaba, tenía una expresión triste, como si hiciera alusión a un recuerdo amargo. "Ray... Otra vez cantas esa canción triste. ¿Por qué la cantas si te hace sentir m...