Ese es... El perseguidor.
¡¿Le voló la cabeza?! Ray miró el cuerpo del monstruo muerto con asco. No puede ser...
—Un ser inferior...— El demonio alzó la lanza una vez más, para clavarla en el ojo central de la bestia salvaje. Ray tragó saliva. Mierda... Es el perseguidor. Justo en el peor momento... ¿Llegó por el escándalo del otro? Observó en una silenciosa frustración como el cadáver del demonio inferior cayó en la trampa de raíces. Y al final sí cayó... ¡Si tan solo no hubiera llegado el perseguidor! Para este punto debería estar volviendo con _______ y los otros... ¿Estarán bien? Ya deben estar bastante lejos... Pero no puedo saber desde acá. No tengo forma de comunicarme con ellos. ¿Qué hago? Mi única opción es escapar, pero... Hay más de un demonio... No puedo salir sin pensar... Además, recién... ¡Decapitó al otro de un solo golpe! ¡De un solo golpe! La diferencia de fuerza es demasiado grande... ¡¿Cómo debería moverme?! ¡¿Cómo huyo?! Mierda... Si al menos supiera si ______ y el resto están bien... Uno de los demonios de apariencia menos humana se acercó a la cabeza del inferior.
—¿Qué pasa?— Preguntó el de la lanza.
—Este no comió nada... No se siente olor a humano en su boca, así que sabemos que no comió ninguno. Cierto... Capaz, estos... Ray se inclinó para abrir su mochila. Si es así, entonces...
—Estás por ahí, ¿No...?— Habló el demonio, mirando hacia donde estaba el muchacho, que sostenía unas tijeras en su mano derecha. —Sal de allí. Eso estuvo cerca, pero ya estás a salvo, ya todo está bien, me ocupé del monstruo. Así que salí.— Al ver que el azabache no planeaba moverse de su lugar, el otro demonio se adelantó.
—¿Lo saco a la fuerza?
—No, quedate donde estás.— Volvió a alzar la voz, haciendo que Ray lo escuchara más claramente. —¿Estás solo? Por la altura y el color del pelo, probablemente seas el de calidad alta 16194 o el de calidad óptima, 81194. ¿Qué pasó con el resto? Ya entendiste, ¿No? Es imposible vivir afuera.— Ray comenzó a escribir en el árbol con la tijera, apenas prestando atención a lo que decía el demonio. —Vamos, volvamos a casa.— El azabache sonrió. Tenía razón. ¡_______ y el resto están bien! ¡Todavía no los encontraron! Solamente me encontraron a mí, por eso están tratando de averiguar dónde está el resto. Están observando mis reacciones e intentando que me rinda. Todavía no saben dónde están los demás y si siguen con vida. ¡Así que solo me queda una opción! Voy a atraer toda su atención... ¡Para que me persigan solamente a mí! Mi intención era cumplir mi palabra, pero... Ya no puedo volver con el resto. Si los empiezan a seguir a ellos también, es el fin. ¡Voy a correr en la dirección opuesta para alejarlos lo más que pueda! Pero... ¿Podré hacerlo? ¡No, tengo que hacerlo! Aunque pienso que morir sería más fácil... Pero no voy a morir... Prometí que no lo haría. Prometí que iba a volver, prometí que no iba a dejar sola a nuestra familia. Prometí no dejar sola a _______. Mejor que encuentren esta marca si vienen a buscarme. Terminó de escribir en el árbol, leyéndose el mensaje “Go B06-32. Pursuer.” tallado. ¡Nos vemos en B06-32, _______! El muchacho salió de detrás del árbol.
—Tardaron demasiado... Ya están todos muertos.— Bajó su bufanda, mostrando el número en su cuello. Me da igual si no creen esa mentira.
—Así que era el de calidad óptima, 81194.— Habló el demonio. Eso es, no pueden dejarme escapar.
—No tengo intenciones de volver y dejar que me coman.
—Tu opinión es irrelevante.— Indicó el demonio. —¡Atrápenlo!— Ray corrió, siendo perseguido por los otros tres demonios. Giraste tu cabeza, oyendo un ruido en la lejanía.
—¿Qué fue eso?— Preguntó Emma.
—¡¿Viene alguna otra cosa rara?!— Inquirió horrorizado Nat. Los niños se quedaron en grupo, guardando silencio, esperando escuchar alguna otra cosa.
—Parece que no era nada...— Habló Gilda.
—¿No creen que Ray ya está tardando demasiado?— Preguntaste. —Ya debería estar acá...
—¿Le habrá pasado algo?— Murmuró Anna.
—No se preocupen.— Pidió Emma. —Ray está bien... Tiene que estar bien. Lo prometió.
—Además, ¿Algo como qué le podría pasar?— Dudó Don.
—Como que se haya encontrado con un... Perseguidor.— Susurró uno de los niños. La sola idea de aterrorizó.
—_______, Emma, ¿Están bien?— Preguntó Gilda.— Están muy pálidas.
—Estoy bien.— Hablaste, luego de tomar aire.
—Sí, estamos bien.— Apoyó Emma.
—No se preocupen. Voy a ver qué está pasando.— Hablaste. —Ustedes sigan la dirección del viento.
—Está bien.— Asintió Emma, aún pálida. Suspiraste. Ray no debería tener problemas con ese demonio salvaje... Pero si mientras estaba en eso se encontró con los perseguidores... Te giraste, a punto de despedirte, cuando Emma cayó desmayada al suelo. —¡¿Emma?!— Exclamaste. Rápidamente te arrodillaste y la tomaste en tu regazo. —Tiene sangre... Se le abrió la herida de la oreja. Y está volando en fiebre. ¿Desde cuándo? ¿Estuvo corriendo todo este tiempo estando así de mal?
—¿Qué hacemos, _______?— Preguntó Gilda. Abriste la boca para decir algo, pero fuiste interrumpida.
—Por acá.— Una figura encapuchada que parecía una mujer salió de entre los árboles y les señaló hacia cierta parte del bosque.
—¿Eh?
Por acá.
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AnonnimousAngels reportándose: oficialmente terminamos con el quinto manga AAAAAAAA
—5/7
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La letrista {Rayxtú}
FanfictionSabías que desde niño Ray cantaba esa canción de hermosa melodía. Aunque cuando la cantaba, tenía una expresión triste, como si hiciera alusión a un recuerdo amargo. "Ray... Otra vez cantas esa canción triste. ¿Por qué la cantas si te hace sentir m...