¡Junto con Norman!
—El festival... Ya empezó.— Hablaste, sacándote por un momento la falsa máscara del disfraz de demonio.
—Sí, llegamos mucho más justo de lo que esperaba.— Suspiró Ray.
—¿El grupo de Oliver estará bien?— Preguntó Emma.
—Solo podemos confiar.— Contestaste.
—Norman probablemente esté en el lugar del Tifari...— Miraste hacia arriba, siguiendo las altas torres de aquella imponente edificación en el centro de la ciudad. —En ese castillo.
—Tenemos que apurarnos... Antes de que Norman mate a la realeza y a la nobleza de los demonios y sus familias. Tenemos que encontrarlo y convencerlo de que detenga por completo el ataque.— Apenas la de cabellos anaranjados terminó de decir esto, se oyó una fuerte explosión proveniente de una de las calles. Por la fuerza fueron despedidos hacia atrás y cuando te levantaste del suelo comenzaste a oír los gritos, las preguntas, el llanto de los niños. Esa escena te puso la piel de gallina.
—Ya empezó... ¡El ataque de Norman ya empezó!— Exclamó el azabache.
—¡¿Emma?! ¡¿Ray, ______?!— Oyeron a sus espaldas. Se dieron la vuelta y vieron, sorprendidos, a Don Gilda. Ambos menores saltaron a abrazarlos. —¡Menos mal! ¡Pudieron volver sanos y salvos los tres!
—Hayato también está con ustedes.— Señaló tu amiga.
—Y ella es Ayshe.— La presentó la de lentes. —Y después...— Se hizo para un lado, y entonces notaste la alta figura de Sonju, y a su lado, Mujika.
—¡Sonju, Mujika!— Exclamó tu pareja. Te acercaste corriendo a los dos demonios, dándoles un fuerte abrazo. Emma se quedó de pie, y por un segundo tuvo una expresión de tristeza. Pero cuando alzaste la cabeza y sus ojos se encontraron con los tuyos pareció que sus dudas se desvanecieron, y se acercó también a abrazar a Mujika. La demonio las rodeó a ambas con sus brazos, sonriendo serenamente.
—Está bien.— Murmuró, para que nadie más las escuchara. —Está bien, gracias, lo hicieron por nosotros, por el bien de los demonios...— La de ojos verdes afianzó su agarre, para luego separarse.
—¡Menos mal que estás bien!— Dijo, finalmente.
—Ustedes también.
—Tenemos que detener a Norman.— Confirmó Emma, tomando las manos de la de piel violácea.
—Esperen, si ustedes están acá eso quiere decir... ¡¿Qué lo lograron?!— Exclamó Don.
—Sí, ya la hicimos a la promesa con ⸷ⵥᕒᖭᘠ.— Afirmaste. Los dos chicos festejaron, acercándose a ustedes. —Pero todavía no entró en vigencia.— Avisaste.
—Sí, como lo planeamos, ¿No?— Sonrió Gilda.
—¿Y Oliver y el resto? Dijiste que los trajeron a caballo, pero... ¿Volvieron todos?
—Algo así...— Suspiraste. —Cuando estábamos viniendo por acá, nos encontramos con soldados... Que estaban buscando el escondite. Entonces dijimos que volvieran para avisar y preparase por las dudas en caso de un ataque, así que volvieron a mitad de camino, y nosotros seguimos a pie. Acabamos de llegar acá. Pero salió todo bien, pudimos encontrarnos con ustedes...
—Aunque hay otro problema.— Advirtió tu pareja, sacando una hoja de papel.
—¿Qué es esta nota...? Tiene la letra de Norman.
—Es la receta de un veneno que Norman creó.— Continuó el azabache. —Por lo que veo, impide el ciclo de división celular regular de los demonios, destruyendo su habilidad para mantener esa forma, dicho en términos simples, es un veneno que provoca la degeneración. Probablemente, Norman quiera usarlo para la gente que está fuera del castillo. Es decir que primero quiere exterminar a todos los demonios de la capital. Todavía no pasó nada, pero conociéndolo, seguro hay algún mecanismo. Si pasa algo antes de que volvamos, quiero que traten de reducir las víctimas al mínimo posible. Especialmente ahora que Sonju y Mujika están acá, es mucho más probable que pase. Hasta donde investigaron Lanni y el resto, no había instalaciones para producir este veneno en grandes cantidades en el escondite. Es probable que todavía no pueden generar un número significativo. Entonces el principal objetivo de Norman al diseminar este veneno fuera del castillo es producir caos.
—¿Dónde crearía un gran caos con poco veneno fuera del castillo?— Inquirió Don, mirando a su alrededor.
—Eso es fácil.— Habló Sonju. —Es muy probable que sea en la plaza central.
—Obviamente, prioricen su vidas, si se pone peligroso, escapen.— Agregaste.
—________, extendé la mano.— Pidió Sonju. Hiciste tal como te pidió y dejó caer un pequeño dispositivo en tu palma.
—¿Qué es esto?— Preguntaste.
—Un transmisor.— Aclaró el demonio. Señaló a Hayato. —Se lo saqué a este y sus amigos. Si necesitan ayuda después de entrar al castillo, llámennos con esto. Vamos a ir inmediatamente. Si aprietan ese botón, hace un sonido y nos transmite su ubicación. Te lo doy a vos porque sos la más responsable y la que tiene menos chances de sacrificarse si la cosa se pone fea.— Tus otros dos acompañantes protestaron, lo que hizo que el demonio sonría.
—Está bien.— Aceptaste. Miraste a Don.— Si pasa algo, les aviso por código morse.
—Ocúpense del castillo.— Sonrió Mujika. —Pero avísennos si están en problemas.
—Gracias. ¡Nos vamos!— Se acomodaron las máscaras y empezaron a alejarse del grupo, rumbo al castillo. Gilda los detuvo por una última vez.
—Ah, Emma, una cosa...
{~°~}
Mientras se dirigían hacia aquel gran palacio, vieron todo tipo de calamidades en el camino, causado por las explosiones que Norman había planificado. Llegaron, eventualmente, a una sala redonda que tenía tres pasillos, todos igualmente de cerrados.
—Volvamos y busquemos otra entrada.— Habló Ray, dándose la vuelta.
—Esperen, ¿Y si entramos por ahí?— Emma señaló a una pequeña entrada, por encima de las puertas, que probablemente funcionara como conducto de ventilación. Rápidamente, te colocaste cerca de este, extendiendo tus manos y formando una especie de escalón.
—¡Salta!— Le dijiste. Tu amiga tomó carrera y saltó, para luego pisar tus manos y recibiendo cierta propulsión de tu parte. Ella luego se asomó y lanzó una soga, para que ustedes subieran también. Continuaron el camino por el conducto, teniendo en mente los planos del castillo para llegar al salón principal. Una vez encontraron la salida patearon con fuerza la débil reja que los separaba del exterior y salieron. Una hilera de guardias demonio prácticamente los guiaban a aquella enorme y adornada puerta que ocultaba el salón principal, junto con Norman y la realeza y nobleza. Abrieron la puerta rápidamente.
—¡Norman!— Exclamó Emma, feliz. Su sonrisa se borró rápidamente al ver la gran masacre que se había producido en esa sala, llena de sangre, cadáveres y dolor. El albino se dió la vuelta, sonriendo.
—Es una pena.— Suspiró, mirándolos.
Llegaste tarde, Emma.

ESTÁS LEYENDO
La letrista {Rayxtú}
FanfictionSabías que desde niño Ray cantaba esa canción de hermosa melodía. Aunque cuando la cantaba, tenía una expresión triste, como si hiciera alusión a un recuerdo amargo. "Ray... Otra vez cantas esa canción triste. ¿Por qué la cantas si te hace sentir m...