Vamos a estar bien.
—Ya llevamos ocho días de viaje... No creo que lleguemos al objetivo en diez.— Dijiste, mientras te unías a la patrulla de Ray y Emma.
—Sí... Pero por lo menos estamos todos vivos y a salvo.— Mencionó Emma. —Solamente Chris y Dominic... Todavía me preocupan sus heridas...
—A mí también...— Suspiraste. —Pero hasta ahora no nos encontramos con demonios. Y también parece que pudimos evitar al clan Ratri. A este ritmo, aunque sea imposible en diez días, con uno o dos más podríamos llegar a nuestro destino. Si les soy honesta, yo... Estaba muy nerviosa. Ustedes también, ¿No?— Ellos te miraron y asintieron en silencio. —Perdimos el refugio, a los ayudantes, a Yugo y a Lucas. Tenía dudas sobre si en serio íbamos a estar bien. Y cuando Andrew habló de Phil... ¿Estará bien? ¿En serio nos quedan dos meses? ¿No deberíamos ir a rescatarlos ahora mismo, mientras podamos? Mientras más lo pensaba, más nerviosa me ponía. Pero esos chicos... Me hicieron darme cuenta. Es ahora, en estos momentos, en los que hay que hacer lo que tenemos delante de nuestros ojos. Nada en el mundo va a cambiar solo porque me ponga nerviosa. A lo que tenemos que apuntar es a hacer una cosa a la vez, lo que se pueda y haya para hacer.
—Sí.— La de ojos verdes te sonrió. —Estoy de acuerdo. No hay que preocuparnos tanto por lo que va a venir, si no por lo que hay que hacer ahora.— Ray titubeó, como si fuera a decir algo, pero giró la cabeza de repente.
—Vamos.— Un escalofrío trepó por tu columna, y lo supiste. Sentiste la presencia de los demonios cerca.
—¡Quédense acá!— Exclamó Emma hacia el grupo. —¡No se muevan, ya volvemos!— Una vez aclarado ese asunto, se trasladaron por entre los árboles, siguiendo la presencia de los seres. Desde una pequeña colina, vieron a dos chicos ser rodeados por cuatro demonios salvajes. ¿Qué...? ¡¿Son humanos?! ¿Quiénes son? ¿Por qué están acá? No... Primero, hay que salvarlos.
—Vamos.— Dijiste. —Tenemos que ayudarlos.— La flecha de Emma pasó silbando hasta clavarse en el ojo central del demonio más alejado, que cayó tambaleándose. Antes de que los demás reaccionaran, los eliminaron de la misma manera. Los dos muchachos estaban cubriéndose el rostro con los brazos, pero al percibir el silencio abrieron los ojos con lentitud.
—¿Flechas...?— Dudó uno, de cabellos rubios. No pudo decir más, ya que sintió tu arma apoyarse en su nuca.
—No te muevas.— Le conminó tu pareja, imitando tu acción a tu lado. —¿Quiénes son ustedes y qué hacen acá?— Tomaste aire, tratando de calmarte. No siento que haya otros al rededor... Seguro son solamente estos dos. Y no parece ser una trampa del clan Ratri... ¿Pero entonces quiénes son? ¿Enemigos o aliados? De pronto, el chico se giró bruscamente sobre sus talones y cayó de frente al suelo, llorando.
—¡Muchísimas gracias! ¡Pensé que me iban a comer!— Sollozó. —¡Qué miedo! ¡Pensé que me moría! ¡En serio pensé que me comía! Se comieron el arma que tenía y la capa con la que nos escondíamos. ¡En serio, en serio! ¡Muchas, muchas gracias!— El chico saltó a tus brazos, todavía llorando.
—¡Ey, idiota!— Exclamó su compañero; un pañuelo le tapaba la mitad del rostro y su cabello era bicolor. —¡Alejate! ¡Es una falta de respeto para quienes nos salvaron!— Luego los dos se quedaron de piedra, mirándolos asombrados.
—¡¿Una humana?!— Exclamó de pronto el chico frente a tí.
—¿Qué?— Se quejó Ray, en voz baja. —¿Recién lo notan?
—¡Además es muy linda!— El rubio te observó, helado en su lugar todavía. Viste cómo Ray se movía más cerca tuyo, con el ceño fruncido. —¡Perdón! ¡Lamentamos mucho esta insolencia!— Se volvieron a hincar en el suelo, llorando.

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La letrista {Rayxtú}
FanfictionSabías que desde niño Ray cantaba esa canción de hermosa melodía. Aunque cuando la cantaba, tenía una expresión triste, como si hiciera alusión a un recuerdo amargo. "Ray... Otra vez cantas esa canción triste. ¿Por qué la cantas si te hace sentir m...