La letrista {Rayxtú}

LV

Un jardín de caza secreto.

-Cada vez que de hace la "reposición" del mes, les explicamos lo mismo.- Empezó Violet. -"No se puede salir de esta aldea. En un momento suena la música y salen los monstruos a atacarnos. Solo hay una forma de sobrevivir. Escapar hasta que la música vuelva a sonar. Créanos y escapen". Aún así, ninguno nos cree, y siempre terminamos en esta situación.- Se habían detenido en un claro para recuperar fuerzas. Emma se agachó y apoyó su oreja en el suelo, tratando de escuchar.

-No parece que nos persigan.- Dijo, al fin. Suspiraste aliviada.

-También creo eso.- Dijiste. -No siento sus presencias... Aunque parece muy extraño y oportuno... Pero hay que aprovechar. Hay que encontrar una forma de contactar a Ray... Pero antes, de escapar. Está repleto de demonios...- Violet te agarró del brazo, furiosa, y te enfrentó.

-¡Que idiotas!- Exclamó, mirándola tanto a Emma como a tí. -¡¿Están locas?! Salieron corriendo de repente... ¡¿Y para qué?! ¡Para salvar a esos chicos que ni conocen!

-Por supuesto.- Dijiste. Recién ahí caíste en la impulsividad de tus acciones.

-¡¿Sos idiota?!- Te volvió a reprochar la chica. -Y además, te encontraste con el peor de todos... Es demasiado fuerte...

-Decime...- Empezó Emma. -¿Puede ser que los demonios... Que los monstruos de este coto sean siempre los mismos?

-Sí, ¿Por?

-¿Cuántos son?

-Cinco, sin contar a los sirvientes.

-¿Cuántos humanos hay?

-En general hay un máximo de 50 personas... Ahora hay más o menos eso...

-¿Todos los días cazan?

-No, una vez cada tres días... ¡Eso no importa! ¡No tenemos tiempo para hacer preguntas y descansar! Tenemos que escapar y escondernos... Por más que ahora no nos estén siguiendo, puede que lo hagan en cualquier momento. Y también puede que nos encuentren los otros.

-¡Pero...!- Protestó la de cabellos naranjas.

-!Vayan...!- Pidió el niño, con una sonrisa forzada. -Nosotros estamos bien, ¡Así que vayan! Gracias. A ustedes tres. Arriesgaron sus vidas para salvarnos... En ese momento... No lo creí... Esta vez sí vamos a escapar, no sé preocupen, cuando descansemos un poco vamos a escapar, así que...- Compartiste una mirada con tu amiga antes de sonreírle al niño.

-Está bien.- Le dijiste. -Escapemos por caminos separados.- La chica se posicionó al lado del muchacho.

-¿Pero a dónde vamos a escapar? Estás lastimado y sangrando...

-No hace falta que se apuren, vayan en la dirección del viento. Y escóndanse ahí. Si siguen el viento, ellos no van a poder encontrarlos por el ruido o por el olor a la sangre. No dejen huellas en la medida de lo posible. Y si encuentran huellas del enemigo, escapen antes de que los encuentren.- Cortaste un pedazo de la campera que tenía puesto el chico y la ataste, deteniendo un poco el sangrado. -Pero sí igual los encuentran y los están por matar... Digánles a los demonios que me cacen a mí.

-O a mí.- También dijo Emma.

-Sí, a ambas.- Acordaste.

-¡¿Qué...?!- Dudó el pequeño.

-"Esas son de Grace Field House... El que llega primero gana, ¿Entienden?" Si dicen eso, no van a tener problemas. Yo me llamo __________, y ella es Emma. ¿Y ustedes?

-Yo soy Theo.- Contestó el chico. Señaló al chico mayor y a la chica que lo acompañaban. -Ellos son Jake y Mónica.

-Bien, entonces nos vemos después.- Te despediste. Está bien. Hay cinco demonios principales y cincuenta humanos. La "reposición" es una vez al mes. La "caza" es aproximadamente cada tres días. Eso quiere decir que hay un límite de la cantidad de humanos muertos por cada caza, por lo cual no van a matar a muchos. Además como los de Grace Field somos un plato tan exclusivo, se van a desesperar por cazarme a mí y a Emma. ¡Tenemos que usar nuestro valor!

-No tengo intención de morir.- Dijo Emma. -No tenemos intenciones de morir. No podemos morir. Pero tampoco podemos no hacer nada. ¡No vamos a permitir que asesinen a gente que está en desventaja!- Violet se quedó en silencio por un rato.

-Pero aceptaron muy rápido que se fueran pro otro lado.- Inquirió.

-Fue por varias razones...- Le explicaste. -Como que los seis llamaríamos demasiado la atención, además de que Theo estaba sangrado... Pero, principalmente, porque sería muy peligroso estar conmigo y con Emma. Pensé que esos dos demonios nos atacarían a nosotras y principalmente a mí, ya que le lancé esa hacha.

-Ya entiendo, puede que sea lo más sensato.- Concordó la de cabellos violáceos.

-Por eso vos también estás en peligro si seguís con nosotras.- Agregó Emma.

-Que molestas. Sería un problema para mí si murieran. ¿Entienden? Lo importante es el tiempo. Solamente tenemos que escapar hasta que vuelva a sonar la música.

-Pero hay algo que quiero hacer mientras escapamos.- Dijo la de ojos verdes. Se detuvo, viendo las huellas de demonio en el suelo. -Los demonios cazadores ni siquiera están tratando e ocultar sus huellas. Aunque son inteligentes.

-Lo más probable es que estén relajados por la diferencia de fuerza...- Mencionaste. -O tal vez disfrutan que sepamos dónde están.

-Lo importante es que los humanos podemos también buscarlos.- Continuó. -Quiero escapar mientras ayudo a los chicos asustados que están cerca de los demonios sin que se den cuenta. Puede que sea poco lo que logre. Pero quiero ayudar a escapar a aunque sea solo uno.

-¿Porque "no podés no hacer nada?"- Preguntó su guía.

-¡Sí!

-Uf... Que problemáticas que son, eh.

-Nos lo dicen seguido.- Sonreíste.

-Está bien. Pero si considero que están en peligro, las voy a arrastrar a la fuerza. - No mucho tiempo después se encontraron con un grupo de niños, a los que guiaron a un lugar seguro, vendaron sus heridas e indicaron cómo escapar y qué hacer si los encuentran. Hicieron esto repetidas veces, con distintos niños. De pronto, tuviste un escalofrío.

-¿Estás bien, _________?- Preguntó la de cabellos anaranjados.

-Sí, solo tuve... Un escalofrío.- Contestaste. Aunque tuviste un mal presentimiento, negaste con la cabeza. -Hay que ayudarlos a escapar de los demonios... Aunque sea un solo niño. No vamos a dejar que los maten.

Voy a proteger... A todos los humanos que tenga a mi alcance.