LXXIV

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¡Tenemos que escapar de acá!

Se mantuvieron en silencio, siguiendo las órdenes sin chistar.

Si nos encuentran, nos matan. Tenemos que salir de acá, pero... ¿Cómo? Mientras seguimos acá, nos rodean más y más. Si seguimos así vamos a morir todos... No quiero eso. ¿Qué hacemos? ¿Cómo escapamos? ¿Cómo nos movemos? Realmente... ¿La única forma será matándolos? Si seguimos así, nos van a asesinar ellos. Superar el bloqueo y escabullirnos hacia la salida... Con la cantidad que somos, es imposible poder lograrlo sin que lo noten. Y aunque pudiéramos dejarlos atrás, nos perseguirían... Si queremos proteger a todos, tenemos que sacarlos del camino de alguna forma. Pero matarlos... Ellos son humanos también. Estaríamos matando a personas... No sé si podría hacerlo. Tal vez Yugo y Lucas, pero la gran mayoría no podría siquiera pensarlo. Además, estamos en una clara desventaja. Ellos tienen chalecos antibalas y probablemente también miras nocturnas. Y también tiraron gas... Somos sesenta, no podemos movernos tan ágilmente. Ellos tienen mucha más movilidad. Si usan más gas estamos perdidos, y si los atacamos de frente va a morir gente. No podemos hacer eso. No voy a permitir que muera nadie más, tenemos que escapar rápido. ¿Para dónde y cómo? Tengo que pensar, tengo que encontrar la forma... Un error y podemos morir todos. No sabemos cuántos son ni por dónde nos pueden atacar. Tengo que pensar...

—_________.— Sentiste una mano apoyarse en tu hombro y diste un pequeño salto. Ray se las ingenió para sonreírte. —Estás muy tensa. Todo va a salir bien. Confía en mí.— Tu sonrisa titubeó cuando lo viste sostener su arma con más fuerza.

—¡Emma, Ray, _______!— Llamó de pronto Oliver antes de que pudieras decirle nada a tu pareja. Llevaba en sus brazos a Rossi. La de cabellos anaranjados corrió a recibirlo.

—¡¿Estás bien?! ¡¿Cómo está Lucas?!— Preguntó.

—Está bien. Ya viene después.— Contestó el niño. —Está rompiendo los monitores y se encargó de uno de los que nos quieren matar. Me mandó para darles esto.— Alzó el cumunicador y Ray lo tomó.

—¿Un transmisor del enemigo?— Inquirió.

—Yo lo escuché. Dieron varias órdenes mientras venía. Recuerdo que dijo “Soy yo. ¿Me escuchan todos? El objetivo está retrodeciendo hacia el este desde la primera salida de emergencia. Equipo de la superficie, mantené la posición en la segunda salida de emergencia. Pasillos norte, sur y centro del extremo oeste, muévanse. Vamos a rodearlos”.

—Osea que ya conocemos la posición actual de nuestro enemigo.— Resumiste. —Podemos hacerlo.

—¡Muy bien, Rossi!— Felicitó el pelinegro al menor. El niño parecía encantado —¡Excelente trabajo!

—Si el único que nos bloquea el camino hacia el frente está en el pasillo norte...— Continuaste. —Solamente este lo conecta con el camino donde estamos. Vamos a avanzar más antes de que bajen a este camino. Así no podrán rodearnos.— Suspiraste, aliviada de encontrar una escapatoria. —¿Pero porqué nos dejaron ese hueco?

—Lucas dijo...— Habló Rossi. —Que puede ser que no conozcan  sobre la habitación secreta del teléfono y el depósito de armas bajo el comedor... Tal vez por eso...

—¿Dónde está Lucas ahora?— Preguntó Emma.

—Cuando termine con los monitores, dijo que iba a usar la salida de siempre...

La letrista {Rayxtú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora