XLVI

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Bienvenidos al refugio B06-32.

Hay una persona... Es un humano, ¡Un humano! Pensaste. Pero... Este señor es muy maleducado. ¿Esa taza de té no está rota? ¿Qué, acaso toma té de aire? Su ropa también es muy... Rara, digamos. Esta persona es muy diferente a lo que imaginaba.

—¿Ustedes es el señor Minerva?— Preguntó Emma. 

—No.— Contestó. —Lamentablemente, yo no soy William Minerva. 

—Entonces trae a Minerva, vinimos hasta acá para verlo.— Reclamó Ray.

—No está.— Habló con la boca llena. —Lo lamento por ustedes, pero Minerva no está acá.— Alicia y Chris se abrazaron, indignados. 

—¡Entonces sí nos mintió!— Exclamaron.

—Cálmense.— Pidió el azabache. Se volteó hacia el hombre. —Evidentemente sabes quién es Minerva, así que te hago una pregunta... ¿Dónde está Minerva ahora?

—Ni idea.— Se inclinó en la silla y tomó otra galleta. 

—¿Y vos quién sos? ¿Qué hacés acá...?

—¿Que quién soy?— Se acomodó, sacando una pluma idéntica a la que tenían del bolsillo de su chaleco. —Soy alguien más experimentado. 

—¡Es la misma pluma!— Exclamó Yvette.

—¿Alguien más experimentado...?— Dudaste. 

—Sí. pero yo no vengo de Grace Field House.— Se levantó  la camisa, mostrando el código "EXTR3M8". —Hace trece años escapé de una granja llamada Glory Bell, junto con todos mis amigos. 

—Como nosotros... Es lo mismo que hicimos...— Empezaron a murmurar los niños.

—Exactamente.— Se paró en la mesa, acomodando su camisa y guardando su pluma. —Al igual que ustedes... Vinimos acá buscando a Minerva.— Lo miraste con mucha atención, con una emoción camuflada. Entonces hay otros humanos como nosotros... Que escaparon. Hay humanos en el exterior. —Pero... Cuando llegamos, Minerva no estaba. Vivimos acá esperándolo, pero nunca apareció. Pensábamos que era un mentiroso.  Pero le estoy muy agradecido por este refugio. Hay agua, comida, electricidad, camas... Todo lo necesario. Hay información y recursos sobre el mundo exterior. ¡Viva Minerva!— Sonrió, y dudaste. ¿No apareció durante trece años...?

—¿Y dónde están tus amigos ahora?— Preguntó un niño. El hombre se agachó.

—Muertos, todos. Ahora estoy solo.— Notó las caras de tristeza del grupo y sacudió las manos. —Vamos, vamos, no se depriman, ya todo está en el pasado. Hace ya siglos que dejé de buscar a Minerva, y ahora vivo feliz. 

—¿Que dejaste de buscarlo?— preguntó Chris.

—¿Y ustedes? ¿Quiénes son ustedes?— Esquivó el mayor.

—Ah, nosotros...— Empezó Don.

—Esperen— Interrumpió el señor. —Nacidos en Grace Field House, ustedes quince escaparon hace siete días... No hace falta que me digan eso. Lo sé. Con solo verlos, ya sé todo. Lo que quiero saber... Es cómo quince mocosos principiantes como ustedes... Pudieron sobrevivir sin que muriera ni uno. 

—¿Eh?— Balbuceó Emma.

—¿Entienden? Este es un refugio para humanos. Como les dije, Hay agua, comida, habitaciones y todo lo que se pueda necesitar. Pero son recursos limitados. No quiero que haya menos para mí, ni siquiera un poco. Yo tengo más antigüedad, acá es por orden de llegada. Esta es mi casa y solamente mía. Además, ustedes van a morir. De algún modo, eventualmente y con certeza, van a morir, porque son débiles. 

La letrista {Rayxtú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora