V

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Los cuatro niños mayores de encontraban el la biblioteca, casa uno haciendo cosas distintas pero con el mismo objetivo: descubrir como es el mundo ahora.

- Este mapa es de 2010... - Dijo la ojiverde, de pie mirando un mapamundi que estaba colgado en la pared. - Ahora que lo pienso... - Mencionó, dando la vuelta para mirar a sus acompañantes. - Ni siquiera sabemos bien dónde está ubicada la casa.

- El sol sale más cerca del Sur, por lo que estamos en el hemisferio norte. - Dijiste, sin despegar la vista del libro que estabas leyendo. El azabache que estaba a tu lado continuó.

- Y hay cuatro estaciones, entonces debemos estar en la zona templada.

- Y no podemos saber más... - Sentenció Emma, con una mirada triste pero determinada.

- Ya buscamos cámaras y micrófonos ocultos... Vimos que hay más allá de la valla... Y conseguimos sogas. - Enumeró Ray. - Por ahora todo bien. ¿Qué sigue?

- ¡Ray, _____, Norman, Emma! - Escucharon a la distancia.

- ¡Mamá nos llama! - Dijo la pelinaranja, mirando a sus espaldas. Guardaron los libros y salieron a la biblioteca, para encontrarse con Don y Gilda.

- ¿Podrían... - Mencionó Isabella, con una voz pacífica. - Ayudarme?

{~°~}

Ya pasaron tres días... Era el pensamiento que rondaba por tu mente, mientras acomodabas una de las camas de la habitación.

- Esto es malo. - Decía la pelinaranja, asustada. - ¡¿Duda de nosotros?! ¿Descubrió algo?

- Calmate, ponente en su lugar. - Dijo Ray, mirándola algo fastidiado.

- ¿En su lugar? - preguntó la ojiverde.

- Ninguno de aquí hizo ningún movimiento sospechoso, así que obviamente iba a dudar primero de nosotros, porque somos los más grandes. - Le explicaste, poniendo una mano en su hombro amistosamente mientras el pelinegro asentía con la cabeza.

- No hay de qué asustarse. - Comentó.

- Aún así, no nos podemos descuidar y hay que estar atentos... - Mencionó Norman, con una pequeña sonrisa. - Tranquila, no descubrió nada. No entremos en pánico, eso es lo que quiere mamá. - Se dió vuelta lentamente, pero sin dejar de mirar a Emma. Ray comenzó a caminar y vos ya estabas esperando en la puerta. - Vamos.

- Igual es muy molesto. - Dijo el azabache con un tono fastidiado, mientras se apoyaba levemente en la escoba que tenía en la mano. - Ya pasaron tres días. Organizamos la despensa... Revisamos la ropa de cama... Ordenamos las habitaciones vacías. - Enumeró, mientras volvía a barrer. Nos da cualquier tarea para que no tengamos tiempo libre. ¿Quiere que nos descuidemos y develemos el plan? No, es distinto, pasa algo más... ¡Pero por suerte agarramos los manteles! ¡Si hubiésemos elegido camisas o sábanas nos habría descubierto! Distintas teorías del posible plan de mamá pasa por sus mentes. Algo no estaba bien, y lo sabían. Tenías el ceño levemente fruncido por la frustración de no entender que pasaba realmente.

- ¡WAAAAAAAH, QUIERO JUGAAAAAR! - El grito de Don te sacó de tus pensamientos bruscamente, y pegaste un pequeño saltito de la sorpresa. - ¡¿POR QUÉ SOLAMENTE NOSOTROS ESTAMOS ACÁ?! - Ray estaba claramente molesto por la dramática reacción del moreno, mientras que Norman lo miraba algo asustado y sorprendido. - ¿Por qué estemos castigados? ¡No hicimos nada malo! - Emma tenía un pequeño rastro de culpa en su rostro, mientras Gilda estrujaba la ropa en silencio, analizando la molesta situación. Acomodaste tu pelo en una coleta baja, nerviosa. Te sentías algo mal por meter a esos dos que no tenían nada que ver, pero estabas dispuesta a soportarlo para hacer funcionar el plan de escape.

La letrista {Rayxtú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora