Las seis en punto. El sonido de la campana marca el inicio de un nuevo día en el orfanato.
Te despertaste de tu encantador sueño cuando sentiste a cierta niña rubia junto con su conejo de peluche subirse encima de tu cama.
—¡_____, _____, ya sonaron las campanas! ¡Levántate!— Dijo la niña, sonriendo. Arriba de tu mesita de luz se encontraba el libro con el que te habías desvelado leyendo anoche, y la causa de las ojeras depositadas debajo de tus ojos. Hiciste un sonido con tu garganta para demostrar que ya estabas en tus cinco sentidos... Bueno, al menos un poco.
—No puedo levantarme si estás encima mío, Conny.— Respondiste con una carcajada. La rubiecita se bajó y se quedó dando saltitos al lado de tu cama mientras abrazaba cariñosamente a su conejo, "Little Bunny". Te sentaste en la cama e hiciste un estiramiento rápido, para después pararte y ayudar a los niños más pequeños a vestirse para el desayuno. Eras una de las más grandes del grupo, amante de los libros y la música. Normalmente, solías quedarte en los cuartos de los niños más pequeños para cantarle canciones de cuna que te enseñó "Mamá", quien se podría definir como la directora del orfanato. Sentiste una mano posarse en tu espalda.
—Buenos días, _____.— Dijo el pelinegro.
—Buenos días, Ray.— Respondiste con una sonrisa. El chico abrió la boca para decir algo, pero dos de los niños pequeños le tiraron de la camisa para que les ate los cordones. La cara de fastidio que puso el chico mayor por ser interrumpido te sacó algunas risas. Ray se dió vuelta a mirarte.
—¿De qué te ríes?— Preguntó, algo molesto. Le dedicaste una sonrisita.
—Lo siento, pero tu cara fue muy graciosa.— Respondiste abrazándolo por la espalda. —No te enojes, ¿Sí?— El chico solo suspiró, pasando por alto el abrazo.
—Sí, sí, como digas.— Se te quedó mirando por el rabillo del ojo, algo perdido en sus pensamientos. Tu expresión cambió a una confusa.
—¿Por qué me miras tanto? ¿Tengo algo en la cara?— Él se separó del abrazo y revolvió tu cabello con cariño.
—Nada, solo veía las ojeras que tienes~.— Respondió, en un tono burlón. Los colores subieron a tu cara.
—¡H-hey! ¡No tengo tantas ojeras!— Corriste tu vista indignada. Él rio y volvió a sacudir tu cabello.
—Solo bromeo _____, no te enojes. Pero pienso que deberías dormir más si te quedas así de cansada.— Aunque tuviera su rostro inexpresivo de siempre, pudiste notar cierta preocupación en su voz, lo que te hizo volver a abrazarlo con cariño.
—Voy a acostarme más temprano esta noche, ¿Okey?— Le dedicaste una sonrisa tierna que hizo sonrojar ligeramente al azabache, pero corrió la cara para ocultarlo.
—Bien, confío en ti. Como te encuentre leyendo esta noche me voy a enojar mucho, ¿Entendiste?— Dijo mientras caminaba contigo aún abrazada a él. Su cometario te hizo reír.
—¿Alguna vez te mentí, Ray?— Preguntaste, en un tono confiado.
—No.
—¡Entonces no te preocupes! No planeo hacerlo~.— Te separaste de sus hombros y te pusiste frente a él caminando al revés.
—Te vas a tropezar si haces eso, _____.— Dijo, metiendo las manos en sus bolsillos. En eso, un niño pasó corriendo a tu lado empujándote, haciéndote tropezar. El azabache te tomo de la cintura con calma y una sonrisa triunfadora para evitar que te cayeras, que respondiste con un puchero.
—Eso no fue mí culpa, me empujaron.— Dijiste soltandote de su agarre. El giró los ojos.
—Como digas.— Lo tomaste del brazo y empezaste a correr, arrastrándolo.
ESTÁS LEYENDO
La letrista {Rayxtú}
FanficSabías que desde niño Ray cantaba esa canción de hermosa melodía. Aunque cuando la cantaba, tenía una expresión triste, como si hiciera alusión a un recuerdo amargo. "Ray... Otra vez cantas esa canción triste. ¿Por qué la cantas si te hace sentir m...