La letrista {Rayxtú}

LIII

Yo lo voy a ayudar.

—¿Que me vas a ayudar?— Preguntó el señor.

—Sí.— Contestó Emma. —Es extraño. Cuanto más lo pienso, menos necesaria me parece esta enemistad. Somos todas personas que escaparon de las granjas. Pienso que podría entendernos e intentar colaborar. Podríamos ayudarnos mutuamente, hagamos eso. Tengamos una conversación honesta.— El hombre apretó los labios.

—Cállate.— Exclamó. —¡¿Que me vas a ayudar...?! Pero si eres solamente una mocosa. ¿Qué estás pensando...? ¡No me jodas, antena de mierda! Yo los odio, los odio a todos ustedes. No tengo la más mínima intención de tener una conversación honesta, ¡Así que cerrá la boca!

—¡No quiero!— Gritó la chica. Te recordó a una escena familiar, en la que también la chica se rehusaba a hacer lo que el contrario consideraba lógico. Compartiste una mirada con Ray mientras ella continuaba. —¡No puedo no hacer nada si nos odia y nos quiere matar! Terminemos con eso, es inútil esconderlo, no se resuelve nada solo huyendo.

—¡¿Perdón..?!

—Usted sufrió mucho, ¿No?— El adulto se quedó en silencio. —Eran una buena familia, ¿No? Sus amigos... Los amaba mucho a todos, ¿No es cierto? Cuando los perdió, fue muy triste y se llenó de odio... Sufrió muchísimo... Durante años y años, completamente solo. Cada día repetía el mismo ciclo de pensamientos oscuros, ¿No?

—¿Y vos qué podés saber?— Dijo finalmente, luego de un largo silencio. —No tenés idea...

—No lo sé, solamente me lo puedo imaginar. — Confirmó. —El sufrimiento que pasó al haber perdido a todos sus amigos... No voy a decir que “lo conozco”... Pero lo entiendo. Somos iguales, ¿No? Nosotros ahora y usted del pasado, nuestra familia y sus amigos. Por eso sufre al vernos, ¿Cierto? Por eso sufre, nos odia y nos apunta con armas, ¿Cierto? Pero en realidad, no es a nosotros a quien quiere sacar de su vista. Sino a su propio yo del pasado, ¿No es así? Eliminarnos a nosotros puede funcionar como una distracción... Pero al final, nada va a cambiar. Su sufrimiento no va a cambiar. Eso no sirve, así que conviértalo en otra cosa.

—¿Qué querés cambiar...? ¿Cómo...?— La de ojos verdes se mantuvo tensa frente al mayor. —No vas a lograr nada. Por más que me arrepienta, no puedo cambiar el pasado. No puedo recuperar a mis amigos muertos. Con una distracción me alcanza. Por eso los voy a eliminar. Esa cara me da ganas de vomitar. Sí, es como vos decís, ustedes son idénticos a como era yo. ¿“Podemos superar cualquier adversidad”? ¿“Mientras tenga a mis amigos, puedo seguir”? Voy y yo somos iguales, no tenemos salvación. No podemos cambiar esta realidad infernal. ¿Que me vas a ayudar? Qué ridiculez. ¿Qué podés hacer vos?

—Podemos vivir juntos.— Interferiste. —Vivamos juntos. En menos de dos años, vamos a volver a Grace Field House. Vamos a liberar a los más chiquitos, los de menos de cuatro, que tuvimos que dejar atrás, y al resto de los chicos criados como ganado, y todos juntos vamos a ir al mundo de los humanos. Venga con nosotros, al mundo de los humanos. ¡Veamos el mundo que sus amigos querían ver!— El hombre se quedó de piedra. —Ray, Emma y yo también perdimos a nuestros mejores amigos.— Inconcientemente, apretaste la mano de Ray, que te acarició suavemente con el pulgar. —Uno se fue demasiado pronto... Y el otro estuvo siempre con nosotros, y nadie los podría reemplazar. Creo que ellos eran los que más querían estar acá. Pero no pudieron porque los dejamos ir. A Emma le dijo que cuidara a los demás... Por eso sigue adelante por muy duro que fuera, por Norman. Nosotros vamos a ver el mundo que Norman quería ver y vamos a vivir en el mundo que él quería vivir, y yo voy a cumplir los sueños que Valentino no llegó a terminar. Así que usted también tiene que seguir adelante... Por sus amigos. El pasado no se puede cambiar, y nadie puede reemplazar a nuestros muertos. Pero igualmente... ¡Puede continuar sus sueños! Por más que esté solo, no puede parar. Sus amigos no desearían eso. ¡Usted tampoco lo desea!— El señor tragó saliva. ¿Los sueños de mis amigos...? Sobreviví yo solo. Ellos me dejaron vivir, por eso pude escapar de ese lugar. Me dejaron vivir, sobreviví. Yo solo. ¿Para qué? ¿“vivamos juntos”? No me jodas. ¿Liberar a todos los de Grace Field? Completamente imposible. Distraete, elimina todo. Deshacete de todo. Ya había decidido... Que la iba a matar a ella, la iba a matar en Goldy Pond. Vamos.

—Den la vuelta.— Dijo, con una mirada helada. —No entren a Goldy Pond.

—¿Eh?— Dudaste.

—No hay que ir a ese lugar. Lo que hay ahí... Tenemos que irnos ya, si nos vamos mañana a la mañana, “ellos”...— Se escucharon ruidos de los árboles.

—¡Emma, abajo!— Exclamó Ray. Antes de que pudieras darte cuenta, unas cuerdas tenían atada a la de cabellos naranjas de la cintura, y tú habías saltado, tomándola de su mano. Mientras subían a grandes velocidades, unas cuerdas se ataron a tu cintura también. —¡¡__________!!— Oíste gritar a tu pareja. Y fue lo último que oíste, mientras su rostro preocupado desaparecía junto con tu visión.

Y te desmayaste.