XCVII

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¡Jefe!

El demonio se tragó la parte de la pierna que había logrado arrancar de Cislo, que agonizaba en el suelo. Norman y Emma se apresuraron a realizar unos primeros auxilios, y un ruido te llamó la atención, por lo que levantaste la cabeza. Legravalima, o lo que quedaba de ella, empezó a expandirse por el lugar con una explosión.

—¡Cuidado!— Exclamaste. —¡Está comiendo todo lo que tiene a su alcance, no dejen que los atrape!

—No puede ser...— Balbuceó Vincent, horrorizado. —¡No le importa ni que sean los cadáveres envenenados!

—¡Se está haciendo cada vez más grande!— Agregó Emma.  —¡¿Esa cosa siquiera puede considerarse un demonio todavía?!

—Parece un insecto...— Balbuceaste. —¿Será que sus células están completamente alteradas por el veneno y la regeneración?

—¿Qué hacemos?— Cuestionó Ray. —No podemos dejar esto así. 

—Pero destruimos su núcleo...— Objetó Norman ante la situación que se presentaba frente a él. —¡Sin dudas lo hicimos! Yo lo vi con mis propios ojos.

—Entonces, la reina no muere aunque su núcleo sea destruido, o tal vez... El monarca o la realeza tengan más de un núcleo. Después de todo, la sangre real es excepcional.— Agregó tu pareja.  

—Vincent, llevate a Cislo y al resto y vuelvan al escondite.— Ordenó el albino, haciéndose cargo de la situación con velocidad.

—¿Y vos?— Inquirió su subordinado.

—¡Me quedo con Zazie para hacer algo y después los sigo!

—Pero entonces...

—¡Este lugar es peligroso! ¡Por favor, apurate!— Con esto, el de lentes tomó aire y guió al grupo de Lambda hacia la salida. Hurgaste tu bolsillo y sacaste el pequeño dispositivo con el botón, apretándolo un par de veces. Los brazos de la reina volvieron a extenderse, en busca de cualquier comida que haya podido quedar. Corriste para salir de su línea de alcance. 

—Emma, Norman, Ray, _______... Tanto tiempo— La voz te generó un escalofrío que escaló por tu columna, hasta que giraste la cabeza para ver, en aquella masa que se volvió la monarca de los demonios, el rostro de quien en algún momento fue hermana en la tercera granja de Grace Field House. Fuiste reconociendo más rostros, como el de Lord Geelan, niños que fueron tus hermanos en la granja y que llamaban a tu nombre y al de tus compañeros; otros demonios también, que rogaban por piedad o ver a sus familiares. ¿Estos son todos los que se comió hasta ahora...? No tengo ni idea de lo que está pasando... ¿Qué podemos hacer ahora? De pronto los rostros se empezaron a separar, y cual mariposa eclosiona de su capullo asomó la reina, con el rostro completamente liso y blanco, y sus zapatos de tacón resonando por la sala. 

—No tiene cara.— Suspiró el falso Minerva, ahogándose en sus propias palabras por un segundo. 

—Ah, qué felicidad.— Habló la demonio. —Están todos juntos. Despierto y los tengo frente a mis ojos... Los cuatro de la mejor calidad de Grace Field House. Qué alegría. Es tal y como dijo él. Los tres están vivos... Los perdono... Por atacar mi capital, a mis súbditos... Y por atacarme a mí. Así que, chicos ganado de Lambda y los fugitivos de Grace Field House, vuelvan a mi lado. Para que yo los coma a todos.— De pronto su cabeza se llenó de bocas y Zazie se encontraba entre sus manos, pero el chico reaccionó rápidamente y de un tajo de la espada la partió a la mitad, desde la punta de la cabeza hasta el abdomen. Legravalima se regeneró al instante y de un golpe en el cuello hizo que el niño cayera, desvanecido. Lo lanzó a una de las paredes y Norman se acercó a socorrerlo. Alzaste la pistola, al igual que Emma y Ray. —¿Vas a disparar, 63194?— Preguntó, mirando a tu amiga. —Y ustedes dos.— De un golpe inhabilitó a Zazie... Incluso después de haber luchado contra el grupo de Geelan se regeneró por completo, e incluso habiendo partido su cabeza sigue como si nada. Preocupa más el hecho de que tenía la cabeza completamente vacía, sin cerebro, sin núcleo, sin nada... ¿No tiene ni cara ni ojos ni órganos internos entonces? Pará, no tengo que desesperarme... Porque recién, nos pudo diferenciar a los tres. Entonces es posible que su núcleo se mueva, lo tenga escondido o lo tenga en algún otro lugar. Puede que dispararle no sirva de nada, pero... Si nos da alguna pista, con eso alcanza. De la nada la figura de la reina se hacía cada vez más grande, pero el miedo te paralizaba y temblabas con el arma en tus manos. Dejaste de escuchar a tu alrededor, y lo único que ocupaba tu visión era la mano de la reina, que se acercaba progresivamente. ¿Qué es esto? ¿Por qué no me puedo mover? He tenido más miedo antes... ¡Movete! ¡Movete!

¡Movete, hermana!

Alcanzaste a dar un paso hacia atrás, pero dos largas lanzas atravesaron el cuerpo de la reina. Giraste la cabeza para conocer su procedencia, y la lágrima que se había asomado voló por el aire. Desde un agujero en la pared, Sonju y Mujika se asomaban, sonrientes. 

—Disculpen la tardanza.— Habló el más alto.

—¿Están bien los tres? ¿Están heridos?— Preguntó la Doncella de la sangre maldita, una vez que bajaron. 

—Estamos bien, me alegra que hayan recibido la señal.— Suspiraste, sonriendo apenas. 

—Nos salvaron.— Agradeció el azabache. Emma también saltó a los brazos de su amiga en forma de agradecimiento. 

—Ya casi está todo en orden afuera.— Informó la mujer, sonriendo. —El pueblo puede ocuparse del resto. 

—También les señalamos una salida a Don y Gilda.— Agregó su protector. —Así que tranquilos, hace rato salieron de la capital.— Volvieron a agradecer, y Norman los miraba sorprendidos. Se quedó de piedra al recibir la sonrisa de Mujika. —Entonces solo queda esto.— Miraron a la reina, que se empezaba a deshacer de las lanzas. —Esa forma... Así que ya sos un monstruo por dentro y por fuera. Emma, Ray, _______, ya está. No se puede ni hablar con ella, mucho menos de paz. 

—¿Las cinco familias regentes están muertas?— Preguntó la de cabellos violáceos. Al recibir la confirmación, se quedó callada.

—Pero miren quién llegó... Sonju. Así que te aliaste con la carne... ¿Qué te trae por acá?— Habló la monarca. —Aunque da igual. Voy a ponerle fin a la sangre maldita y recuperar a los fugitivos, es mi día de suerte.

—Sí.— Suspiró el pelirrojo. —Nosotros también vinimos a terminar con todo. Mujika tomó aire, decidida.

—Terminemos con esto. 

—Su majestad, hoy te voy a matar.— Habló el demonio. La reina rió.

—¿Matar? ¿Vos? ¿A mí?— Extendió sus dedos, preparándose para el ataque.

Tengo un hermano menor muy idiota.

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Hola! AnonymousAnngels reportándose.

Estuve viendo el panorama de este fanfic y creo poder decir que ¡Este año se termina!

Escribirlo es una montaña rusa de emociones, y leer los capítulos viejos me hace sentir que crecí como persona y escritora, que creció la comunidad de la gente que lee esto y de quienes me siguen.

No quiero decir mucho ahora, puesto que ese día no quiero quedarme sin cosas para decir, pero estoy eternamente agradecida por todo el apoyo que me dan. Sus palabras y comentarios, aunque tal vez no lo crean, realmente me llegan al corazón. Gracias<3

Una vez terminado este fanfic probablemente me tome unos meses, para luego meterme de lleno en el fanfic de Oliver y, si Dios está de mi lado, con mi historia original y otros proyectos que quiero poner en marcha.

Gracias a los que están del principio, y gracias a los que se unieron en el camino.

Gracias a los que comentan, votan y siguen, y gracias también a los que no, porque su sola presencia me da fuerzas, viendo que alguien aún lee lo que publico.

Gracias, gracias, muchísimas gracias.

Sin nada más que decir,

Cambio y fuera.

La letrista {Rayxtú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora