La letrista {Rayxtú}

XIII

Los dos chicos de once años oían el sonido del reloj, que no era lo suficientemente fuerte para tapar las palabras del albino.

- El informante... Sos vos, Ray. - Dijo Norman. El acusado primero mostró un semblante de sorpresa, para luego sonreír.

- ¿Qué pasa, Norman...? ¿Qué decís? - Preguntó mientras abría los brazos, como si mostrara que no tiene nada que ocultar.

- Ya entendés lo que pasó, ¿No? - Interrumpió el de ojos azules, sin cambiar su neutra expresión. - La trampa que puse era para cuatro personas. "A Don le dije que estaba detrás de mi cama, y a Gilda que estaba en el techo del baño de la planta alta." Eso dije en frente de Emma, _____ y vos, aunque a ______ después le dije que era en otro lado después. Pero en realidad a Don le dije que estaba en el comedor... Y a Gilda que estaba en la biblioteca. Recién recuperé todo. - Mientras hablaba, el chico vació la bolsa de tela, haciendo que las improvisadas sogas cayeran sobre la cama. - Lo único que desapareció fue lo que estaba atrás de mi cama. Eso quiere decir que a Don lo incriminaron. Vos sos el informante, Ray. - El azabache se dejó caer a la cama de espaldas, sorprendiendo al otro chico.

- Ugh... - Balbuceó, para empezar a reír. - Y yo que pensé que me estaba yendo bien. Pensé que te iba a poder engañar a vos que sos bastante buenito, pero en realidad te diste cuenta bastante rápido. - Continuó, sentándose en la cama. - Así es. Yo soy el espía de mamá. ¿Cuándo empezaste a sospechar? - Preguntó.

- Cuando la hermana Krone llegó al hogar.

- Desde esa noche...

- Al principio me sentí asqueado de mí mismo... - Dijo el albino, con una sonrisa. - Por dudar de vos, Ray, aunque sos mi amigo. También dudé de _____, pero solo hice la prueba por precaución. Su reacción fue muy real. Lo peor que nos podía pasar es que fueras un traidor... Por eso, para nuestro adversario, sería lo mejor. Vos podrías influir en nuestros planes, sería perfecto si lo que buscan es controlarnos. No hay nadie mejor para el trabajo, ¿No?

- Por eso empezaste a dudar. - Sentenció el de ojos negros, con una sonrisa.

- Esperaba haberme equivocado... Era la peor situación posible. - Continuó Norman. - Incluso... Llevás bastante tiempo siendo el informante de mamá. Mamá nunca confiaría en un informante repentino. Por lo menos ya eras espía desde ese día... Mamá ya había decidido infiltrarte para identificarnos. ¿Cuánto tiempo llevás siendo el espía de mamá?

- Desde siempre. - Contestó simplemente el acusado.

- No sólo eras espía, sino que siempre fuiste tu subordinado. Vigilancia... Seguridad... El crecimiento de la mercadería... Mamá siempre pudo controlarnos, pero contigo además podía tener influencia desde adentro.

- Sí. - Confirmó Ray. - Podríamos decir que siempre fui el perro del pastor. Norman estaba perplejo. Actuando como si nada... Simuló ser uno de nosotros. Por muchos años... ¿Desde siempre?

- Sos el único espía, ¿No?

- Sí.

- ¿Ayudaste a mamá aunque sabías todo?

- Sí.

- ¿Todo fue mentira? Tengo muchas cosas que quiero preguntarte, pero... ¿Qué le dijiste a mamá? ¿Podés romper los rastreadores o no?