La letrista {Rayxtú}

XLVII

Bueno, vamos a encontrar el archivo.

Emma entró a la habitación donde habían pasado la noche golpeando una cacerola con una cuchara. Los más pequeños se levantaron, sonriendo.

—¡Las camas son lo mejor!— Gritó Jemima.

—¡Dormí tan, tan, tan bien!— Exclamó Alicia. Ray levantó la cabeza, pasándose una mano por el rostro.

—Ah, que bueno...—Balbuceó. Acariciaste su cabeza, bostezando. 

—Buenos días, Ray.— Dijiste.

—Buenos días, ________.— Respondió.

—¿Las almohadas siempre fueron así de esponjosas?— Preguntó Chris, frotando su cara contra la almohada.

—¡Sí! ¡Son lo mejor!— Dijo Dominic, levantándose con apuro. Se acercó a la de cabellos naranjas, emocionado. Las camas ya se encontraban tendidas, o al menos la gran mayoría. —¡Emma! ¡Ya ordenamos todo! ¿Podemos ir? ¿Podemos?— La mayor suspiró sonriendo.

—Está bien, vayan. Desde antes de dormir que querían ir, ¿No?— El niño saltó de felicidad, liderando un grupo con la mayoría de los varones.

—¡Siiiii!— Exclamaron.

—Ey, contrólense.— Ordenó Ray.

—¡Bueno!— Contestaron. Don se levantó, siguiendo al grupo hacia el baño. Cuando terminaron de ordenar las camas, prepararon las mudas de ropa para que los más pequeños se cambiaran. 

—Hay más mudas de ropa para cambiarse y también dónde lavarla.— Informó Gilda.

—Por fin vamos a poder lavar todo.— Dijo Anna, llenando una canasta con la ropa sucia. Chris pasó a tu lado riendo.

—¡Mira, ________, esta camisa me queda enorme!— Se carcajeó.

—Y ese es el talle más chico...— Suspiraste. —Después nos las arreglamos para ajustarlos. Nat entró a la habitación, caminando entre los más pequeños.

—Ray dice que la comida ya está lista.— Anunció. Los niños corrieron hacia el comedor, riendo. Se sentaron en la mesa y unieron sus manos para agradecer por la comida. Una vez hecho eso, empezaron a comer. 

—Este refugio es increíble.— Dijo el azabache a tu lado. —Tiene un baño completo y una cocina. Incluso tiene huertas, supera lo que había pensado. El agua viene de napa subterránea. Se usa energía geotérmica y desechos orgánicos para generar electricidad... También hay un generador que usa otro tipo de energía en caso de que no sea suficiente. 

—¿Qué desechos orgánicos?— Preguntó Don. Ray le susurró algo al oído, haciendo que el muchacho por poco se atragantara. 

—¡¿Eh?! ¡¿Caca?! ¡¿En serio?!— Exclamó, recibiendo una seña para que se hiciese silencio de parte del de ojos negros. 

—¡También te dije que basura orgánica

—¡Don, Ray, estamos comiendo!— Gritó Gilda. 

—Lo que quiero decir es que si tenemos cuidado, el agua y la electricidad no nos van a faltar.— Continuó. —Y tampoco vamos a generar mucha basura.