XLIV

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Muchas gracias y perdón, chicos.

El grupo se detuvo a comer cuando ya llegaba la hora de la cena.

—Está muy rico...— Balbuceó Emma. —¿Qué es?

—Comida.— Contestó Ray.

—¡¿Pero qué?! ¡¿Cómo hiciste para que esté tan rico?!— Exclamó la muchacha.

—Nada en particular, solo hice lo que me dijo Mujika.

—¡No te creo! ¡Todo quedó demasiado bien!

—Entonces soy un genio.— Emma gruñó, frustrada.

—Y ustedes pudieron encender el fuego muy bien.— Felicitó la chica demonio a dos niños. Bajaste la vista, sonriendo con nostalgia.

—¿Que pasa?— Preguntó Ray, inclinándose a tu lado. —¿No te gustó?

—No, no, no es eso.— Negaste. —Solamente estoy feliz porque la comida es muy rica.

{~°~}

Ya pasaron tres días y avanzamos bastante, pero como es un laberinto nos tuvimos que desviar varias veces.

—Entiendo.— Dijo Sonju, señalando el mapa a sus pies. —Ustedes quieren ir al sureste... Entonces les conviene salir por el lado norte del bosque y dar la vuelta.

—¿Por qué por el norte?— Preguntaste.

—Si van directo hacia el sureste, se van a encontrar con una zona de "demonios salvajes" justo a la salida del bosque.— Explicó Mujika. —Si van por el norte, se van a encontrar con un páramo, pero no tiene "demonios salvajes".

—Salir del bosque nos va a tomar cinco días, y después tienen un día de caminata hacia su objetivo.— Concluyó el demonio. —Es poco tiempo, pero deberían aprender. Mujika y yo les vamos a enseñar. Les vamos a enseñar cómo vivir en el exterior, el conocimiento básico y la técnica indispensable...

—¡Muy bien, ________!— Exclamó Yvette, al ver como la flecha que lanzaste quedó justo en el centro.

—Nosotros no estamos ni cerca...— Balbuceó Don.

—Solo tenemos que practicar.— Te excusaste.

—Cuando salgamos a la superficie vamos a tener que cruzar un río, voy a ver cómo está la situación allá.— Dijo Sonju, acomodándose la capa.

—Ten cuidado.— Lo saludó Mujika.

—¿Vas a ir arriba, Sonju?— Preguntó Emma.

—Sí.

—Entonces llévame, por favor.— Pidió la chica. —Quiero subir arriba a ver con vos. No voy hacer nada, no voy a molestar y voy a tener cuidado.— El demonio que se parecía a un caballo se paró detrás de Sonju.

—Está bien.— Dijo, finalmente. —Pero no te alejes de mí ni de él.— La chica siguió a los dos demonios por un pasillo antes de desaparecer en la oscuridad.

La letrista {Rayxtú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora