Capítulo 1.(Corregido)

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Notas iniciales: Desconozco los nombres y apariencia de los padres de Eijirou, así que me los voy a inventar.

***
Días después de que los Bakugou enviasen la carta que contenía la propuesta de matrimonio, llegó al Palacio de los Kirishima.

Los reyes estaban junto a su hijo en la sala de recepción, cada uno en una silla y vestidos con unas de sus tantas ropas ceremoniales, pues consideraban que con su edad era momento de que comenzase a participar en los asuntos de la realeza.

Al poco de estar allí, entró un mensajero con una carta.

—Sus majestades, les traigo una carta enviada por los Bakugou.—Anunció.

Ellos se sorprendieron al saber que provenía de la familia que había sido enemiga durante generaciones, así que se mostraron desconfiados al respecto.

El rey frunció el ceño y murmuró:

—¿Qué querrán?—Jamás hemos intercambiado correspondencia alguna.

—Es extraño, sin embargo, pienso que debemos saber qué dice la carta.—Dijo la reina Hiroko.

—Lo sé.

Entonces miró al mensajero y le indicó que se acercase para que le diera la carta.

Una vez que el dom la tuvo en la mano, la abrió y la leyó detenidamente. Tras hacerlo, el pelirrojo se quedó callado.

—Mi rey, ¿qué dice la carta?—Cuestionó su esposa.

—Es una propuesta de matrimonio para nuestro hijo, ellos están ofreciendo al suyo para unir nuestras familias.—Parece que quieren una tregua...

Se hizo silencio hasta que Eijirou gritó:

—¡No! ¡Me niego!—¡No me casaré con él!

Su padre lo miró y le dijo:

—Tú harás lo que se te ordene y te digo que aceptaremos la propuesta.

El príncipe no lo podía creer.

—¡Pero padre! ¡Ellos han asesinado a gente de nuestro reino!—¡¿O es que te da igual?!

Al oír al adolescente, el rey Daiki se levantó de su trono y le dirigió una iracunda mirada.

—¡¿Cómo te atreves a hablarme así?! ¡¿Acaso se te ha olvidado quien soy?!

Todos allí se sintieron intimidados, incluso los que eran dom.

—N-no, padre.—Dijo Eijirou asustado.

Con la respuesta, sumado a una actitud más sumisa por parte del príncipe, el monarca se relajó un poco.

—En tal caso, deberías medir tus palabras y disculparte de rodillas ahora mismo ante mí.

El hecho de que un dom se arrodillarse ante otro ya era humillante de por sí pero, sin duda; ser observado por más gente lo hacía peor.

"Odio esto."—Pensaba el pelirrojo hincando sus rodillas en el suelo.

—Padre, siento mucho haberte hablado así. Merezco la pena capital por esto, lo siento.—Dijo con la cabeza agachada.

En realidad él no pensaba eso, sin embargo, era lo que se debía decir cuando se ofendía a alguien de la realeza.

A continuación, el adulto dijo:

—Estás perdonado pero que no se repita.—Puedes levantarte.

—Sí, padre.

Se levantó poco a poco y pudo observar a su padre de nuevo. Ese hombre alto, corpulento, piel ligeramente bronceada, de cabello negro y frondoso. Con unos fieros ojos rojos. Era todo un guerrero admirado y temido por todos.

Muchos subs suspiraban por él.

"En un futuro quiero ser un guerrero tan fuerte como él."—Pensó Eijirou sintiendo cierta admiración.

Poco después el rey volvió a dirigirse al mensajero.

—¿Cuánto tiempo han dicho los Bakugou que disponemos para responderles?

—Tres días, Su Majestad.

—Vale, aunque no será necesario esperar; les responderemos en este instante.—Busca al escriba.

—Como ordene, Su Majestad.—Dijo mensajero haciendo una reverencia y retirándose de allí.

En ese momento, una duda se cruzó por la mente de Eijirou: ¿Qué iba a decir su padre?

"Tengo que saberlo."

Miró a su padre y carraspeó con la finalidad de llamar la atención del rey.

—Padre, ¿qué les dirás a los Bakugou? ¿Vas a aceptar la propuesta?

El Rey Daiki le respondió afirmativamente.

—No hay otra opción, andamos escasos de soldados y no podemos perder a más gente. Suficiente hemos tenido con el condenado virus.

Al oír la respuesta de su padre, se levantó de su asiento para protestar.

—¡Pero padre! ¡Yo no lo amo y jamás lo haré! ¡Él pertenece a esa basura de familia después de todo!

El monarca miró seriamente a su único retoño y le respondió:

—Eijirou, debes crecer de una vez y entender que, perteneciendo a la realeza; jamás acabas casándote con alguien a quien amas. Sin embargo, puedes buscarte amantes si quieres. Todos los reyes lo hacemos.

Lo que decía era totalmente cierto. En la realeza siempre sería así, te casaban con alguien por interés político o económico y tenías que buscar el cariño en otros lares. De hecho, sus padres vivían de aquella manera, pues no se amaban.

—De acuerdo, eso haré...—Dijo deprimido volviendo a sentarse.

"¿Hasta cuándo debo permanecer aquí? Yo no pinto nada aquí de todos modos, mi opinión no cuenta."

El pobre príncipe estaba ahora de malhumor y deprimido al conocer su destino, algo que , su madre notó; por lo que quiso reconfortarlo acercándose a él poniendo una mano sobre uno de sus hombros.

—Hijo mío, comprendo tu sentir.—Pero no debes amargarte, todavía no conoces a ese sub. Tal vez él sea un gran chico.

—Madre, agradezco tus palabras pero no quiero darle una oportunidad a ese maldito sub.

La reina suspiró.

—Como quieras, Ei-chan.—Sólo espero que medites seriamente tu decisión y no te arrepientas.

—No lo haré.

Ella se limitó a sonreírle y a acariciar su cabello.

—Me alegra, confiaré en tu buen juicio.

Y dicho esto, Hikoro se alejó lentamente volviendo a su sitio mientras Eijirou la miraba con ternura y admiración.

"Mi madre es la sub más hermosa de todas, no comprendo por qué padre va tras esas feas concubinas."—Pensó mientras apreciaba el delgado y delicado cuerpo de su madre, cuyo cabello era pelirrojo, con ojos del mismo color y piel pálida.

Ella era definitivamente lo contrario a su padre y muchos dom apreciaban su belleza, mas Hiroko no se iba con cualquiera. Sólo había un hombre que tenía su corazón: Su fiel sirviente Hitoshi Shinsou.

"Desde luego merece al mejor hombre de todos."—Pensó por última vez antes de verse obligado a escuchar la respuesta que su padre le dictaba al escriba.

Una hora después fue libre de marcharse.

—Iré a visitar a mis amigos.—Ellos me animarán.—Se dijo así mismo saliendo de la sala en la que había permanecido toda la mañana.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!


Un matrimonio por la paz.(Kiribaku)(Dom/Subverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora