Capítulo 104.

301 42 13
                                    

***

Se dirigieron al área de entrenamiento y pudieron encontrarse con Tetsutetsu, quien estaba peleando contra otro soldado a modo de ejercicio.

Sin embargo, vio que los príncipes, dejó lo que estaba haciendo y se acercó a ellos por si necesitaban algo.

—Buenos días, sus majestades. ¿En qué puedo ayudarlos?—Dijo haciendo una reverencia al joven matrimonio.

—Tranquilo, no es nada. Solamente venimos a hablar contigo un rato, así que puedes incorporarte y relajarte un poco.—Dijo Eijirou.

El de cabello plateado obedeció y respondió:

—Como deseen, ¿sobre qué quieren hablar sus majestades?

—Ahora te decimos, pero antes vamos a un banco para conversar tranquilamente.—Dijo el dom pelirrojo.

Fueron a sentarse en un banco y, el híbrido plateado, preguntó de manera informal:

—¿Y cuál es asunto del que queréis hablar conmigo?

En esta ocasión, fue Katsuki el que habló.

—Quería saber cómo te va con Izuku.

Al mencionar aquel nombre, Tetsutetsu se ruborizó.

—N-nosotros nos mandamos cartas con frecuencia y hablamos de vernos pero todavía no podemos porque él está muy ocupado con sus labores de príncipe.

—Vale pero, ¿ninguno de los dos ha confesado sus sentimientos?—Preguntó el sub.

—No, de momento no...

—¿Por qué? ¿No se supone que la última vez Izuku te dijo que tenía un plazo de seis meses para encontrar esposo?—No deberías perder tanto el tiempo.—Dijo el rubio cenizo.

—Sí, lo dijo.—Sin embargo, no es algo tan sencillo de decir.—Se defendió Tetsutetsu.

—Ah, ¿y crees que él, siendo príncipe, va a estar sin pretendientes hasta el último día de plazo?—De hecho, lo más seguro es que le estén llegando ya pero no te habrá dicho nada para incomodarte.—Dijo el príncipe Katsuki para que el sirviente reaccionase.

El dom se sintió ansioso al pensar que otros doms podrían estar mandándole propuestas de matrimonio.

—¡Yo no quiero eso!—Pero... ¿Qué puedo hacer?

—Presentarte en su reino y confesarle tus sentimientos. Después le haces una propuesta de matrimonio.—¡Eres un dom! ¡Imponte!—Le recriminó Katsuki.

El de cabello plateado permaneció callado y llegó a la conclusión de que el príncipe tenía razón.

—Eso es cierto. Debería ir en este instante usando mi forma de dragón.—Dijo levantándose de pronto.

Eijirou estaba de acuerdo en que su sirviente debía ir a ver al Príncipe Izuku mas sentía que debía frenarlo antes de que éste hiciera alguna locura.

—¡Espera, Tetsutetsu! ¡No puedes irte ahora así de pronto!

—¿Por qué?

—Porque el reino de los Midoriya está a cinco días de distancia por mar y tú no estás al cien por cien de tu energía. Podrías morir intentando viajar en tu forma de dragón.

—¿Y qué hago entonces?

—Mañana haré que preparen un barco para ti y elegiré a dos soldados para que te acompañen, ¿no es eso mejor?

—Sí, tienes razón.—Siento haber sido tan impulsivo, no debí dejarme llevar por mis sentimientos.

—Descuida. Es culpa de mi esposo, él te dijo unas cosas extremas para hacerte reaccionar pero creo que se ha pasado un poco.

—¡Oye!—¡Ni que le hubiera dicho que fuera ya mismo!

—Eso es cierto pero has preocupado demasiado a Tetsutetsu con lo que le has dicho.

Al sub no le quedó más remedio que admitirlo.

—Tal vez me haya excedido, sin embargo, le he hecho reaccionar. ¿No es así?

—Sí, es verdad pero creo que te has pasado un poco.

—Lo siento, sólo quería ayudarlo.

—Tranquilo, está bien. Has hecho lo correcto.—Dijo para luego darle un beso en la mejilla.

El de cabello plateado sintió cierta envidia al ver así a los príncipes pero no comentó nada.

"Tal vez pronto yo también pueda ser así con Izuku..."—Pensó imaginándose siendo cariñoso y romántico con el pecoso.

***

Cuando ya consideraron que ya habían hablado con Tetsutetsu todo lo que necesitaban, Eijirou le aseguró, antes de irse con su esposo; que tendría todo preparado para el híbrido de dragón plateado a la mañana siguiente para que pudiera emprender su viaje.

—¡Muchas gracias, Príncipe Eijirou!

—¡De nada!—Ahora me iré con mi esposo a unas tareas que debemos atender.

—De acuerdo. Hasta luego, sus majestades.—Dijo levantándose para hacerles una reverencia a modo  de despedida.

El joven matrimonio se alejó del soldado y el sub le preguntó a su esposo:

—¿Qué queda por hacer ahora, Ei?

—Nada, sólo quería llevarte conmigo para que descanses.—Además, quiero darte un masaje.

—No necesito descansar, prefiero dar un paseo por el bosque.

—Mm... No sé si será buena idea, temo que nos puedan atacar si salimos.

—¿Y por qué nos iban a atacar a plena luz del día?—Sería estúpido.

—Yo no lo veo así. Más bien sería muy inteligente hacerlo porque estamos en una posición vulnerable.

—Pero... ¡Es aburrido estar siempre aquí!

—No estás siempre aquí pero tienes que entender que no es buen momento para salir por ahí.

—Hmp. ¿Entonces qué hago para no aburrirme?

—Podemos darnos un baño juntos, ¿qué te parece? 

—No me apetece bañarme ahora, mejor por la noche antes de irnos a dormir.

—Y... ¿Qué te parece un masaje?

—No. Yo quiero andar fuera de aquí. ¡Estoy desesperado!

El híbrido de dragón pelirrojo no quería ver a su esposo enfadado y le propuso lo siguiente:

—Mi marnarak, ¿qué te parece si revisamos las cuentas del mes y más tarde nos vamos a la ciudad con guardias que os escolten?

—Bueno, vale pero luego no cambies de opinión, ¿eh?

—Descuida, Mi marnarak.—Yo cumpliré mi promesa.

Seguidamente, ambos entraron de nuevo en el castillo para atender a sus tareas como príncipes. Sin saber que la tarde no iba a ser para nada tranquila.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!

Un matrimonio por la paz.(Kiribaku)(Dom/Subverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora