Capítulo 69.

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***
Tras dormir una buena siesta, Eijirou fue el primero en abrir los ojos y, lo primero que vio; fue a su esposo durmiendo con una expresión tranquila.

"Aww... Se ve tan lindo~"

El dom no podía evitar que los latidos de su corazón se acelerasen al contemplar a su sub.

Pero él no podía conformarse solamente con verlo, Eijirou quería besarle y no se contuvo.

Entonces, cuando finalmente sus labios entraron en contacto con los del contrario, el pelirrojo sintió una mano del rubio cenizo en su nuca.

"Adoro cuando Katsuki es tan receptivo conmigo."

Los dos se besaron durante un rato hasta que notaron la falta de oxígeno.

—Esa fue una buena manera de despertarme.—Dijo sonriéndole con mucho amor.

—Lo sé~—Tú también puedes despertarme así siempre que quieras.

—Hmp, claro que lo haré siempre que quiera. No necesito tu permiso de todos modos, ¿no?

—Obviamente, únicamente debes avisarme para otros asuntos.

—¿Ah, sí? ¿Qué asuntos?

—Cuando vayas a salir del castillo, si vas al pueblo, a visitar a alguien o a algún lado.—Esa clase de cosas.

Katsuki soltó una carcajada mientras se incorporaba para levantarse y dijo:

—Si tengo que salir del castillo, no te voy a dar muchas explicaciones. Simplemente te diré que me voy y ya está.

—Así que te atreves a desafiarme.

—Sí, porque te tengo en la palma de mi mano después de todo.

—Es cierto pero yo también te tengo de la misma forma, no puedes negar que me amas de igual manera.—Tú me quieres sólo para ti, ¿o me equivoco?

—Tienes toda la razón. Te amo mucho, Mi marnarak.

Se besaron de nuevo y decidieron volver al castillo de los Bakugou.

***
Llegaron un poco más pronto de lo previsto, ya que aún quedaba una hora para la cena.

—¿Quieres que te enseñe el jardín, Eijirou?

—Sí, vale.

Se tomaron de las manos y empezaron a caminar por el el lugar.

—Este es uno de mis sitios preferidos.—Dijo Katsuki mostrándole un lugar repleto de lirios, geranios, pensamientos, margaritas, rosas y otras especies exóticas que el híbrido de dragón veía por primera vez.

—Estas flores son muy bonitas, hay algunas que veo por primera vez.

—¿Ah, sí? ¿Cuáles?

—Pues por ejemplo, esas flores amarillas que están formadas por otras más pequeñas.

—Esa planta se llama Bengala.

—Bengala... ¿Por qué ese nombre?

—Porque parece una bengala al encenderse, fíjate bien.

El pelirrojo fijó su vista en la flor y, al imaginarse una bengala encendida; comprendió el por qué del significado.

—¿Lo entiendes ahora?

—Sí, ya puedo darme cuenta.—Enséñame más, Mi Katsu.

—Claro, Ei.

Katsuki le condujo por el amplio jardín, pudiendo así disfrutar de más tiempo de calidad juntos.

—Eijirou, cuando volvamos a nuestro reino, quiero que empecemos con el tratamiento para tener hijos del que me hablaste.

Al oír a su marido, Eijirou se emocionó mucho.

—¡Sí, Mi Marnarak!—Tendremos muchos hijos, yo me encargaré de que eso suceda. Además de hacerte sentir mucho placer~

—¿Muchos hijos?—No, no, no. Como máximo tres.

—Pues yo quiero tener siete hijos.

—En ese caso, a partir del tercero, puedes hacer uso de ese tratamiento tú mismo.

—No, porque no es bonito ver a un dom embarazado.

—¿Ah? ¿Y por qué razón no sería bonito?

—Porque los dom somos más dominantes y tenemos más riesgo de ser atacados que los sub.—Además, tú te verás muy lindo embarazado.—Dijo besando la oreja derecha y el cuello de Katsuki.

—I-idiota, no intentes distraerme del tema.

—No lo hago, es que me apetecía hacerte eso.

—Pero aquí no lo hagas, nos podrían ver. ¿O es que quieres eso?

—Claro que no, soy el único que te puede ver de esta manera y hacerte el amor.—Aseguró acariciando lentamente el cuerpo de su amado.

—E-Eijirou...—Dijo sintiendo que se excitaba por el contacto de su cuerpo con la mano del híbrido de dragón.

—Katsuki...—Susurró en su oído apasionadamente.

El chico de dientes afilados iba a besar, fueron interrumpidos por una sirvienta que los buscaba para avisarles de que la cena ya estaba lista.

—Sus Majestades, la cena está servida. Por favor, síganme.

El sub, un poco avergonzado; se separó de su marido y respondió:

—Como sea, vamos.

—Sí, Mi Katsuki.—Dijo Eijirou con una amplia sonrisa siguiendo a su esposo.

La sirvienta sonrió disimuladamente al ver que los dos príncipes estaban realmente enamorados.

"Parece que el Príncipe Katsuki tiene a un esposo muy devoto. ¡Qué lindos son!"

Llegaron al comedor para disfrutar de una gran cena junto a los padres de Katsuki.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!






Un matrimonio por la paz.(Kiribaku)(Dom/Subverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora