Capítulo 62.

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***

Los cuatro caminaron por el castillo, siendo los adultos y su hijo los que explicaban aquellos elementos decorativos que tenían una importancia tanto histórica como sentimental para Los Bakugou.

—¿Te está gustando mi antiguo hogar, Ei?

—¡Mucho!—La verdad es que me siento muy a gusto aquí, se nota calidez en el ambiente. Además, me agrada la historia de este lugar.

El sub sonrió por la respuesta de su amado, pues estaba encantado de que su dom  se estuviera más familiarizado  con parte de la historia de su dinastía.

"En cuanto los viejos acaben con su explicación, le enseñaré mi dormitorio."—Pensó.

Los reyes Bakugou continuaron con el tour y el pelirrojo estaba encantado.

—Mitsuki-san, Masaru-san, el cuadro que se encuentra cerca de la chimenea; ¿tiene algún valor sentimental o histórico?

Los mencionados dirigieron la mirada hacia dicho cuadro y Masaru contestó:

—Ese cuadro representa un acuerdo de paz que mis antepasados firmaron con una tribu ya extinta.—Fue un acontecimiento histórico que cesó las constantes guerras que surgían entre ellos.

—¡Eso es muy varonil!

—Sí, supongo.—Dijo el sub sonriendo a pesar de que le parecía un poco raro el comentario de  su yerno .

"Menudo idiota."—Pensó Katsuki mirando a su marido, el cual seguía atendiendo a las explicaciones de sus suegros con sumo interés.

—Y hasta aquí lo más importante de nuestra dinastía.—Dijo Mitsuki.

"¡Menos mal! ¡Es mi oportunidad!"—Pensó el rubio cenizo.

—Viejos, ahora quiero mostrarle mi antigua habitación.

El híbrido de dragón intuyó las intenciones de su esposo y dijo:

—Sí, claro. Por mí está bien.

La dom intuyó lo que tramaban y dijo:

—Pues tendréis que esperar a ver ese cuarto, ahora iremos a mostrarle la ciudad a Eijirou.

"Mierda. Seguro que se ha dado cuenta."

—¿Hay algún problema? ¿Acaso estáis cansados?—Cuestionó el de cabello castaño preocupado.

El sub iba a mentir y a responder que sí pero Eijirou se le adelantó para contestar:

—¡En absoluto!—Estoy impaciente por ver la ciudad que ha visto crecer a Mi Katsuki.

Él no lo podía creer.

"¡No! ¡Estúpido! ¡Tendrías que haberme seguido el juego!"

—¿Tú no quieres ir, Katsuki? ¿Estás cansado?—Le preguntó Eijirou.

—Sí, yo también quiero ir.

Seguidamente, Mitsuki ordenó que preparasen dos carruajes para poder bajar a la ciudad.

El de dientes afilados se sorprendió al saber que ellos tenían carruajes, pues siempre le habían dicho que los Bakugou eran unos bárbaros sin civilizar.

"Me siento avergonzado de haber creído eso."

Eijirou no quiso darle más vueltas y miró a su marido.

—¿Sucede algo, Katsuki?

El rubio cenizo lo miró fijamente y le dijo:

—Sucede que quería quedarme en casa para follar en mi dormitorio, ¡¿no te diste cuenta de lo que quería decirte?!

—¡Obvio que sí!—Es sólo que... No quería rechazarlos.

—¡Pero podrías haberlo pospuesto a esta tarde o a mañana!

—Lo sé pero... Yo quería causarles buena impresión, lo siento.

—Ya no importa. Lo haremos más tarde y no te vas a librar.

—Nunca querría librarme de hacerte el amor, así que no tengo problema con eso.

—Eso espero, porque me has dejado con la calentura.

—Lo siento, Mi Katsuki. Prometo compensarte.—Le aseguró levantándose para ir a besarlo.

—Muy bien. Ya me encargaré yo de que así sea.

El resto del trayecto fue tranquilo, pues ambos observaban a través de las ventanas del carruaje; apreciando la vista que los rodeaba.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!


Un matrimonio por la paz.(Kiribaku)(Dom/Subverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora