Capítulo 6.(corregido)

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Katsuki se quedó sin habla por unos instantes hasta que finalmente reaccionó.

—¿Ah? ¡No juegues conmigo, maldita extra!

—No estoy haciendo nada de eso, sólo quería hacerte saber mi interés hacia ti.—Realmente me pareces fascinante, ¿me darías una oportunidad?—Dijo Utsushimi alargando una mano hacia el rubio cenizo.

El sub observó a la dom, analizándola antes de decir nada.

"No me fío de ella pero, por otra parte, tengo ganas de conocerla. Tal vez sea bueno acceder sin bajar la guardia."

—De acuerdo, podemos empezar a conocernos.

Kemy sonrió ampliamente y dijo:

—Buena decisión, no te arrepentirás.—Te demostraré que soy una buena dom.—Podemos comenzar ahora mismo dando un paseo, ¿te apetece?

—Sí, vale.  Como sea.

Y dicho esto iniciaron su camino sin saber que Eijirou había mandado a uno de sus sirvientes para espiar al rubio, pues quería mantenerlo vigilado por si intentaba traicionar a su reino.

***

El pelirrojo se encontraba junto con sus padres tratando el que era el último punto del día: Aceptar intercambios comerciales con el reino de los Nubuntu.

—¿Qué opinas, hijo? ¿No crees que sería bueno para el reino aceptar?—Cuestionó el Rey Daiki mirando a su retoño.

Mas el adolescente no lo escuchaba, éste parecía estar inmerso en sus pensamientos.

"¿Qué estará haciendo Katsuki? ¿Se estará aliando con los rebeldes para destruirnos? La incertidumbre me está matando, espero que Tetsutetsu pueda averiguar algo."

De repente, sus pensamientos conspiranoicos se vieron interrumpidos por un grito de su padre:

—¡Eijirou! ¡Céntrate! ¡Estamos discutiendo asuntos de suma importancia!

El de dientes afilados dio un respingo y respondió:

—Disculpa, padre. Me distraje un momento; ¿sobre qué me estabas preguntando?

El rey se levantó muy enfadado y le contestó:

—¡¿Cómo te has atrevido a decir que sólo te habías distraído un momento?! —¡Llevamos bastante rato discutiendo sobre un trato comercial!

Eijirou se levantó e hizo una reverencia para pedir disculpas.

—Perdóneme, padre. Prometo que no volverá a suceder.

El de cabellos azabaches miró a su único hijo con dureza y le dijo:

—Bien. Pero que no se repita.

—Sí, padre.

Tras su disculpa se sentó y, tras explicarle su madre sobre qué iba el asunto, dio su punto de vista.

—Creo que no sería buena idea, padre.—Los Nubuntu son un pueblo conocido por ser ladrones y estafadores. No son gente de fiar, son muy buenos con el engaño y me temo que podrían traicionarnos en cualquier momento.

—Sé eso, al igual que se sabe que disponen de mucho oro y materia prima muy valiosa para nosotros.

—Sí, eso es cierto pero ellos no son buenos socios.

—Lo serán si actúas con cautela y tienes a gente de confianza tras ellos.—De está forma puedes hacer un tratado comercial sin llevarte sorpresas.

Un matrimonio por la paz.(Kiribaku)(Dom/Subverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora