Capítulo 11.

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***
Salieron de la taberna, con Eijirou caminando delante y Katsuki detrás, aunque a bastante distancia de éste.

El rubio cenizo miraba a su alrededor.

"¿Estará Kemy por aquí?"-Pensó ilusionado.

El sub estaba distraído pensando tanto en la rubia que no era consciente de que el pelirrojo lo miraba con rencor.

"¿A quién busca? Esto me está molestando."

Entonces paró en seco y miró a Katsuki fijamente, chocando ambos entre sí.

-¡Eh, idiota! ¡¿Por qué te has parado de repente?!

Y justo en ese instante se dio cuenta de la mirada de su esposo.

-¿Y ahora qué diablos te pasa?-Cuestionó el rubio cenizo.

El dom no respondió inmediatamente, sino que tardó unos segundos.

-¿A quién estabas buscando?

El más alto no podía creer que el híbrido de dragón le hubiera prestado atención. Le había pillado.

-A nadie, solamente miraba a mí alrededor. ¿Acaso debe haber una razón para ello?

-Tú crees que soy un estúpido, ¿no es así?

-Sí, ¿pero eso qué tiene que ver?

Su respuesta enfadó al más bajo, quien lo agarró del collar para acercarlo a él y decirle:

-Mucho cuidado con esta lengua afilada, no vaya a ser que la pierdas por tu falta de inteligencia.

Katsuki arrugó el entrecejo para después contestarle.

-¿Te piensas de verdad que tus amenazas me asustan?-Si es así, no me conoces. Porque yo no le temo a las palabras vacías.

-Oh, te aseguro que mis palabras no son vacías.-De hecho, podría ordenar; cuando lleguemos a palacio, que te corten la lengua. Pero no lo haré porque no quiero que ningún utensilio se manche con una sangre tan impura como la tuya.-Aseguró para luego soltar de sopetón a su esposo.-Ahora sigamos con nuestro camino y pon tu atención en tus propios pasos.

-Tchs, sí, cómo no.

Retomaron su caminata y, aunque el sub ya no se fijaba en su entorno, no era porque su marido se lo acababa de ordenar, sino porque se sintió desanimado al no haber podido ver a Utsushimi.

"Es igual. Mañana la veré."-Pensó al recordar que la vería al día siguiente.

***

A la mañana siguiente; Katsuki se dispuso a intentar escaparse del castillo. Sin embargo, se topó con los guardias del palacio.

-¿Qué mierda hacéis aquí? ¡Dejadme salir!

Los soldados se miraron entre sí y uno de ellos dijo:

-Lo lamentamos pero no tiene permitido salir por orden del Príncipe Eijirou.

-¿Ah? ¿Y eso por qué?-Preguntó molesto.

-Nosotros somos soldados, así que las explicaciones no nos son transmitidas.-Limítese a volver a entrar a pala-

-¡No! ¡Me niego!

Seguidamente trató de escapar mas no pudo porque los soldados eran bastantes y muy fuertes.

-¡Hijos de puta! ¡Dejadme en paz!-Gritaba inentando zafarse del agarre.

A pesar de sus gritos e improperios, ninguno de los guardias cedió ante el sub ya que todos eran doms.

"¡Mierda, mierda! ¡¿Por qué tiene que joderme así?!"-Pensó a punto de llorar por la frustración.

Katsuki acabó siendo llevado de vuelta al interior del castillo, a parte de ser llevado ante el de dientes afilados. Quien lo observó con desdén una vez que estuvo en su presencia.

-¿Qué pasa, Katsuki? ¿Dónde querías irte?

-No es de tu incumbencia.

Eijirou se cabreó y se acercó a él, acortando la distancia entre sus rostros, aunque sin llegar a besarse.

-Por supuesto que es de mi incumbencia, aunque me hago una idea de adonde querías marcharte: Ibas a buscar a esa dom llamada Utsushimi, ¿cierto?

-¿Y qué si es así?-Tengo derecho a conocer a alguien, ya que no nos gustamos.

El pelirrojo se quedó en silencio por unos segundos y dijo:

-Pues ahora no tendrás permitido conocer a alguien a mis espaldas.

Katsuki se sorprendió y cuestionó:

-¿Qué? ¿Por qué?

-Porque lo digo yo.-Respondió dándole la espalda.

A continuación, les dio a las criadas unas indicaciones y llevaron al sub al dormitorio marital para que se cambiase.

"Hijo de puta. Te odio, Eijirou Kirishima."-Pensó cuando comenzaba a ponerse la ropa que le habían preparado.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!



Un matrimonio por la paz.(Kiribaku)(Dom/Subverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora