Un matrimonio por la paz.(Kiribaku)(Dom/Subverse)

Capítulo 16.(Corregido)

***
Shōto fue tras ellos, corriendo a toda velocidad.

Minutos después los había alcanzado.

—¡Natsuo! ¡Príncipe Katsuki!—Los llamó.

Los dos se voltearon y observaron atentamente al más joven de los Todoroki. El albino frunció el ceño.

"Tenía que entrometerse, el niño mimado."—Pensó el mayor de los tres.

Sin embargo, no le insultó; sino que mantuvo la compostura.

—Shōto, ¿qué sucede?

—Nuestros padres y el Príncipe Eijirou os buscan, quieren que volváis dentro.—Dijo con tranquilidad.

—Tchs, está bien.—Dijo el rubio cenizo cambiando su dirección para dirigirse hacia el interior del palacio.

—De acuerdo.—Vamos para allá.

Su trayecto fue inicialmente silencioso, mas el de dientes afilados hizo acto de presencia.

—¡Katsuki! ¡De rodillas!

El rubio cenizo no pudo resistirse pero el ojos desiguales tampoco, pues también era un sub. Algo que había sido un secreto fuera del palacio de los Todoroki.

Eijirou se quedó sorprendido pero luego continuó regañando a su esposo.

—Katsuki. ¿Por qué has salido sin pedir permiso?—Cuestionó con seriedad.

—Porque estaba aburrido, además, ¿qué importa que esté o no?—Soy un sub y para vosotros mi opinión no tiene valor alguno para vosotros.

El pelirrojo no lo contradijo y le contestó:

—¡Eso da igual, tú tienes que estar por protocolo!—¡No puedes avergonzarme de esta manera!

Katsuki lo miró con rabia y le respondió:

—¡No estoy haciendo esto para avergonzarte! ¡Sólo quería dar un puto paseo por aquí!—¡No entiendo el jodido problema!

—¡Qué no puedes hacer lo que te venga en gana!—¡Comprende tu lugar de una vez!

Y mientras ellos continuaban discutiendo, Shōto seguía de rodillas; pues sentía demasiada vergüenza al haberse descubierto su secreto.

"Qué vergüenza. Ahora los Kirishima revelarán mi secreto a todo su reino y seguro que se acabará extendiendo por otros reinos."—Pensó apretando los puños, arrancando hierbajos.

Entonces sintió unos pasos acercarse, supuso que sería su hermano mayor. Pero se equivocaba.

—Eh, idiota. Levántate.—Le dijo Katsuki.

Al oír la voz del príncipe, el sub elevó la cabeza.

—L-lo siento.—Se disculpó incorporándose.

—No te disculpes, inútil.—Solamente quería decirte algo: Deja de acomplejarte por ser un maldito sub, porque, si continúas avergonzándote por ello; no te vas a ganar el respeto de nadie.

—Pero, ¿qué más dará eso?—Los subs nunca seremos tomados en serio.

—Con subs como tú, no me extraña.—Eres bastante patético.

—Sí, lo soy.—Todos los subs lo somos.

—No, a mí no me metas en tu mediocridad.—Yo no soy como tú.

Y después se alejó de él, siendo seguido por su marido.

***
Por fin entraron al palacio, junto con los dos hermanos; y fueron hacia donde estaban los dos reyes.

—Espero que puedan disculpar a mi esposo, él no está acostumbrado a protocolos reales debido a su cultura barbárica.—Dijo Eijirou haciendo una reverencia.

Katsuki lo miró molesto y no se calló.

—¿Barbárico?—¿Lo dices tú siendo un medio lagartija?

El pelirrojo se ofendió y le dijo con tono de advertencia:

—Katsuki.

—No. Ni Katsuki ni nada.—Tú me debes un respeto.

El de dientes afilados apretó los puños y le respondió:

—Y tú a mí, pero no lo está habiendo.

—¿Por qué?—Yo no soy el que ha insultado a una familia sin venir a cuento.

El dom ya no sabía qué excusa más decir y tuvo que rendirse.

—Tienes razón, perdóname.—Le dijo tomando la mano del contrario para besarla.—No lo volveré a hacer.

—Más te vale, idiota.—Le dijo apartando la mano bruscamente y alejándose de él.

Enji observó al sub y comentó:

—Me agradas, Príncipe Katsuki.—Eres el único sub decente que he conocido en mi vida. Siento envidia del Príncipe Eijirou.—Dijo mirando al pelirrojo.

—Jajaja. Si lo conociera de verdad no diría eso.—Argumentó el híbrido de dragón.

—No lo creo.—Ha demostrado tener carácter y que no se va a dejar pisotear.—De no ser porque está casado con usted, lo casaría con mi hijo Natsuo.

El albino sonrió y dijo:

—Eso puede tener solución, padre.

Al de dientes afilados no le estaba gustando lo que estaba escuchando e iba contestar, mas una sirvienta interrumpió para decirles que la comida estaba servida; razón por la cual ya no dijo nada.

—Perfecto. Vamos.—Dijo Enji, siendo seguido por todos.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!