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EIjirou leyó atentamente la carta y le preocupó el contenido de la misma.
—¿Cuál es tu opinión, Eijirou?—Cuestionó mirando a su esposo con cierta ansiedad.
El pelirrojo miró a su amado y, volviendo a enrollar el pergamino; le respondió:
—No te voy a mentir: Tu reino está en riesgo, porque su ejército se ha debilitado al no estar tú, sin embargo; no tienes de qué preocuparte. Porque, si fuera necesario, nosotros ayudaremos.—Los Kirishima no abandonamos a nuestros aliados.
—¿Aliados?—¿Ya podemos considerar así a nuestros reinos?
—Claro, porque nos amamos.—Aseguró tomando una de las manos del sub para besarla.
Katsuki se ruborizó un poco y le dijo:
—No me refiero a nosotros, bobo. Sino a la gente que habita en nuestros reinos.
—Ya. Supongo que para el pueblo llano será más difícil aceptar que dos reinos que se han odiado durante tanto tiempo, ahora estén en buenos términos.
—Sí, eso es.—Me preocupa que, debido a resentimientos que puedan estar presentes todavía en nuestros reinos, se produzcan revueltas y se inicie una guerra.—O que se unan a la tribu que menciona mi madre.
—Tu preocupación es comprensible pero opino que esperemos a ver cómo se desarrollan los acontecimientos, ¿no crees?—Dijo el dom.
Katsuki lo miró sorprendido, pues no podía creer lo mucho que había cambiado su marido.
—¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?
El contrario seguía sin decir nada, lo único que hizo fue acercarse al otro y tocarle la frente para comprobar su temperatura.
—¿Eh? ¿Qué haces, Katsuki?
—Parece que no tienes fiebre.
—¿Eh? Claro que no, ¿por qué tendría?
—Porque acabas de decir algo sensato e inteligente. ¿Será que has sido poseído por un ente maligno?—Bromeó.
—¡Claro que no!
—Bueno, entonces has madurado, aunque haya sido un poco.—Dijo el sub apartándose un poco de él.
—Por supuesto. Seré el próximo rey de dos países que, antaño; fueron enemigos.—Incluso nosotros nos odiábamos y ahora estamos muy enamorados; ¿no es así?—Dijo con tono juguetón tocando el cabello del más alto.
—Sí pero nosotros no somos la gente de nuestros reinos. De hecho, seguramente haya detractores de nosotros en nuestros países natales.
—Lo sé pero son grupos minoritarios.
—En principio sí pero, cuando varios grupos de poca gente se juntan, se puede formar una gran multitud.—¿Comprendes a lo que quiero llegar?
—Creo que sí.—Tú lo que quieres decirme, es que no desviemos la vista de aquellos que albergan odio y rencor hacia nosotros y estoy de acuerdo.—Aunque confío en nuestros soldados y pienso que ellos pueden cortar cualquier sublevación contra nosotros, así que no te preocupes tanto. Ya verás como al final todo volverá a la normalidad.—Le dijo sonriendo ampliamente.
—Espero que sea así, pero hoy le enviaré esta carta.
—De acuerdo, ¿ya la has terminado?
—No, estoy a medio.—Dejaré que la leas cuando la haya acabado.
—Vale. Yo estaré sentado junto a ti; Mi querido marnarak~—Le dijo abrazándolo.
Katsuki sonrió tiernamente.
"Es un jodido cursi pero así lo amo."—Pensó para luego continuar escribiendo.
***
Tiempo después, terminó de escribir la carta y se la mostró al de dientes afilados.—A ver...—Murmuró el dom agarrando el papiro.
La carta decía así:
"Hola, vieja bruja.
Me ha sorprendido tu carta, creía que te habías sentido aliviada por mi ausencia pero; extrañamente, parece que me echas de menos.
Te estás ablandando, vieja.
Hablando en serio, mi vida en este reino es muy buena. Al principio odiaba a Eijirou pero nos hemos acabado enamorando y en estos momentos me llevo muy bien con Mi lagartija y con parte de su familia, aunque he tenido un problema con uno de sus primos, pero todo está bien ahora.
Me alegra de que el viejo y tú estéis bien de salud, sin embargo, me preocupa lo que cuentas la tribu del oeste. Creo que debéis reforzar la vigilancia y reclutar más soldados.
Aunque, si fuera necesario; iría al reino junto con mi esposo y nuestro ejército.
En cuanto a lo de vernos, no sé cuándo podré visitarte porque aquí también estamos teniendo un conflicto con una tribu. Cuando todo se calme, iré con Eijirou a visitarte.
Avísame si estáis en problemas con esa tribu.
Cuidaros.
Atentamente, tu hijo Katsuki."
—Wow, me gusta tu caligrafía. Es muy clara y hermosa, se entiende a la perfección.
—Obvio. Pertenezco a una familia real, así que es lógico que pueda escribir adecuadamente.—Ahora dime, ¿qué opinas de la carta? ¿Está bien o debería cambiar algo?
El pelirrojo revisó la carta de nuevo y le respondió:
—Hay varias cosas que no me gustan.
—¿Cuáles?
—Me has llamado lagartija y le has dicho vieja bruja a tu madre, no deberías dirigirte a ella de esa manera.
—Pero he dicho que eres Mi lagartija y yo llamo de esa manera a mi madre desde siempre, así que no te preocupes por esas tonterías.
—Está bien, pero podrías haberme llamado Marnarak.
—Ella no entenderá esa palabra y no voy a rehacer la carta, voy a enviársela al mensajero.—Dijo levantándose del suelo en el que había escrito sentado de rodillas apoyado en una mesa baja.
—De acuerdo, te acompaño.
Salieron del cuarto y le entregaron la carta asegurando que era de envío urgente, así que el mensajero se subió a su caballo de inmediato para enviar la carta cuanto antes.
***
Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!
¡Espero que os haya gustado!
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Un matrimonio por la paz.(Kiribaku)(Dom/Subverse)
FanfictionDurante generaciones, hubo tensión entra dos Familias Reales: Los Kirishima (Que eran híbridos de dragón) y los Bakugou (Cazadores de dragones). En ambas habían tenido mayoritariamente Doms y por ello no pudo ser posible una tregua, sin embargo, tod...