Capítulo 102.

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***
Aquel día, a pesar del júbilo que se sentía en el palacio por haber impedido un intento de magnicidio; entre una parte de la población civil había cierto descontento por ello.

—¡Increíble!—No puede ser verdad, alguno ha de haber escapado seguro pero no lo van a decir para no hacer quedar mal a esos perros traidores a los que llaman soldados.—Dijo un súbdito del reino que se encontraba reunido en casa de un amigo junto a algunos más.

—Estoy de acuerdo y pienso que esto no debería quedar así. Creo que deberíamos unirnos todos para ir contra la Familia Real.—Comentó otro.

—¡Eso es!—Además, ¿no estáis hartos de que vivan del dinero que nos quitan por los impuestos? ¡Ellos deberían ganárselo, como nosotros!

—¡Sí!—¿Pero cómo lo haremos para reclutar gente? No podemos simplemente preguntarle a todo aquel que nos encontraremos por la calle.

—Cierto.—Supongo que deberíamos escuchar atentamente las conversaciones de la gente que pudiera tratar el tema de la monarquía o incluso podríamos hablar de ello de forma sutil.

—Es buena idea y creo que es el momento ideal para reclutar gente, pues ahora todo el mundo hablará del incidente de ayer.

Todos estuvieron de acuerdo y decidieron salir de la casa para poder entablar conversación con tanta gente como pudieran.

***

Mientras tanto, en el palacio se celebraba la condecoración a los soldados que habían defendido a la Familia Real con valentía.

El Rey Daiki le estaba colocando la medalla a cada soldado y después volvió a su trono para sentarse en su trono.

—Estamos aquí para celebrar que tenemos a los mejores soldados del reino y, como recompensa, permitiré que me expresen una petición que concederé a cada uno de ellos.

Todos los soldados jalearon de emoción al escuchar al dom, pues cada uno tenía una petición que ansiaban que fuera cumplida.

Entonces uno de los soldados dio un paso hacia delante para hacerle una reverencia al rey y decirle:

—Disculpe, Su Majestad. ¿Podría ser yo el primero en hacer una petición?

El de cabellos azabaches miró a aquel soldado, que era uno de los más veteranos, y contestó:

—Por supuesto. Adelante.

El soldado lo miró y dijo:

—Quiero dejar de pertenecer a la Guardia Real, me siento viejo para este trabajo y me gustaría pasar mis últimos años junto a mi familia.

Todos se sorprendieron por la petición mas no hicieron ningún comentario para no parecer irrespetuosos ante el rey.

—De acuerdo, lo entiendo.—Y por todos estos cuarenta años de servicio a esta familia, se te dará una elevada compensación económica.

—Muchas gracias, Su Majestad.—Dijo haciendo una reverencia mientras los otros soldados lo despidieron entre aplausos.

Luego otros soldados se dispusieron a hacer más peticiones, cosa que aburrió de sobremanera a Katsuki.

"¿En serio tengo que aguantar así hasta el final?"

Eijirou, que llevaba un rato observando a su amado, decidió hablarle.

—¿Estás aburrido, cierto?

El sub lo miró y le contestó:

—Sí, estoy jodidamente aburrido y tengo hambre.

—¿Y qué quieres comer?—Sabes que puedes pedir lo que sea.

—Quiero chocolate caliente con galletas.

El pelirrojo se sorprendió por la elección de su esposo, pues era conocido por todos el disgusto que Katsuki sentía por el dulce.

—Está bien, Mi Marnarak.—Voy a avisar a algún criado para que se lo diga a los cocineros.

Eijirou llamó a un mayordomo y le transmitió la orden.

—De acuerdo, iré a la cocina para que esté todo listo cuanto antes.

El mayordomo se fue y Eijirou volvió junto a su esposo.

—Ya he pedido lo que querías.

—Gracias, Ei.—Ahora quiero que me beses, lo necesito.

—¿A-Aquí? ¿Delante de todos?

—Sí. Quiero que todos vean que eres mío.—Dijo agarrando a marido de la camisa.

—E-Está bien.

Sin hacerse de rogar, el híbrido de dragón inició un beso con él sin importarles ser vistos.

***

Algunos de los allí presentes miraban con desagrado al joven matrimonio, pues sus muestras de cariño en público resultaban incómodas y desagradables para una parte de la gente.

—No tienen modales. Se supone que esas cosas deberían hacer en la intimidad del dormitorio.—Comentó una de las nobles que había sido invitada.

—Sí pero no lo digas muy fuerte o podrían ejecutarte aquí mismo frente a todos sin vacilar.—Le advirtió una amiga que la acompañaba.

La noble reaccionó soltando una carcajada, pues lo veía exagerado.

—Jajaja.—Por favor. No creo que nadie vaya a armar semejante escándalo por un comentario que, a todas luces, expresa una realidad. Todos aquí pensamos lo mismo, otra cosa distinta es que se atrevan a decirlo en voz alta.

En ese momento, la sub sintió que un objeto afilado rozaba su nuca, lo que hizo que sudase frío.

"¿Q-Qué es esto?"

Asustada, se volteó y se topó con Hitoshi Shinsou, el amante de la reina; que la estaba amenazando con una espada.

—Debería vigilar su sucia lengua, señorita.—Dijo con tono amenazante.

La mujer tembló y se apresuró a disculparse.

—¡L-Lo siento! ¡No me mate!

El dom de cabello índigo la miró con frialdad y le respondió:

—Ya que te has disculpado, no me molestaré en ensuciar mi espada su repugnante sangre.

Guardó la espada y se fue hacia otro lado para estar lo más cerca posible de Hiroko sin ser notado.

"Parece ser que nadie me notó."—Pensó Shinsou caminando en una dirección cercana a la de su amada sub.

***

La ceremonia de condecoración dio a su fin y Katsuki estaba disgustado por no haber podido tomar todavía el chocolate caliente con galletas.

—¡Me muero de hambre!—Se quejó.

—Tranquilo, Mi Katsuki. Enseguida tendrás lo que pediste.

—¡¿Y cuánto tiempo más tengo que esperar?!—¡Nuestros hijos quieren comer!

—Poco tiempo, ya verás.—Dijo sintiendo miedo de que su esposo estuviera de tan mal humor y tan impaciente.

"Deben ser las hormonas por el embarazo, Mi pobre Katsuki está sensible y tiene antojos inesperados."

—¿Hay algo que quieras hacer mientras esperamos?

—¿Cómo qué?

—No sé, algún juego o puedo enseñarte alguna palabra del idioma de los dragones. Hace tiempo que no te he dado clases.

Los ojos del sub parecieron iluminarse y contestó:

—¡Sí! ¡Enséñame palabras!

Viendo al rubio cenizo emocionado, el pelirrojo sonrió y procedió a enseñarle algunas palabras mientras esperaban la comida de Katsuki.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!


Un matrimonio por la paz.(Kiribaku)(Dom/Subverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora