Un matrimonio por la paz.(Kiribaku)(Dom/Subverse)

Capítulo 43.

***
Ambos se quedaron inmóviles durante unos instantes y luego Eijirou tomó la iniciativa y habló:

—¡Akemi!—¡¿Qué le estás diciendo a Mi Marnarak?! ¡Discúlpate!

—¡No! ¡Es él quien debe disculparse!

El pelirrojo lo miró con furia y se enfrentó a su primo.

—Akemi, Katsuki no es ningún mago y, aunque lo fuera; sus hechizos no me harían nada porque sé defenderme de la magia.

—¡Pero él...!—¡También me ha hechizado a mí!

El híbrido de dragón puso una cara de desconcierto y le respondió:

—¿A qué te refieres?

—A que... ¡Me hace imaginar cosas que no debería!—¡Y no ser capaz de dejar de mirarlo y buscarlo!

Al oír aquello, tanto Eijirou como Katsuki entendieron la situación: A Akemi le gustaba el rubio cenizo.

—Ya veo...—En ese caso te voy a aconsejar algo: ¡Deja a mi esposo en paz y no te acerques a él!

El chico bajó la mirada, dolido.

—Muy bien. Ojalá no te arrepientas de confiar en él.—Dijo marchándose de allí.

El sub no había dicho nada pero estaba muy satisfecho al ver que su amado era capaz de poner en su sitio a aquel molesto chiquillo.

—Ese idiota... Estoy deseando que se vaya.—Dijo Katsuki.

—Yo también, suerte que se va mañana. No puedo creer que se haya enamorado de ti, eso es malo.

El rubio cenizo lo notaba alterado, así que se aproximó al dom para calmarlo.

—Eijirou.—Lo llamó poniendo una mano en su hombro.

Captó su atención y luego lo miró.

—Katsuki, siento lo que ha pasado antes.

—No te preocupes, él solamente está confundido.—Además, sabes que yo soy únicamente tuyo.—Le dijo dándole un mordisco juguetón en la oreja.

—¡Mng!

Al escuchar su gemido reprimido, el sub sonrió.

—Oh~—¿Te gustó eso~?—Le preguntó al oído.

—Sí... Eso se sintió bien.

—Mmm~... ¿Quieres que lo vuelva a hacer?

—Sí, sí. Muy bien.—Hazlo de nuevo.

—Como quiera mi Marnarak~

No perdió el tiempo y dio un mordisco en la otra oreja.

—Ah~

—Eso me gustó~—Me has puesto caliente, ¿vamos al cuarto a hacerlo?

—L-lo siento pero no podemos, ahora mismo tenemos que irnos a la cuidad con el resto de adultos.

—Qué fastidio.—Vamos con ellos.

Se tomaron de la mano y salieron del palacio para irse al jardín a esperar a que preparasen el carruaje familiar, el  cual era un poco más grande que el resto que los que poseían.

***

En el Reino de los Bakugou, Mitsuki se asomaba por el balcón personal del dormitorio matrimonial.

La dom pensaba en su hijo, al cual echaba mucho de menos.

—Creo que debería escribirle una carta.—Hace tiempo que no sé nada de él y todo por ese maldito protocolo del Reino de los Kirishima.

La rubia caminó hacia su escritorio y agarró uno de los pergaminos y una pluma para empezar a redactar la carta.

"Querido Katsuki, hace tiempo que no sé de ti y quisiera saber qué es de tu vida.

Yo te echo de menos. Increíble; ¿cierto? Pues es así.

Quisiera verte de nuevo y que me contaras en persona cómo es tu vida allí, tu relación con el primogénito de los Kirishima, si has tenido problemas para adaptarte a su cultura...

Por mi parte, tengo que contarte que tu padre parece estar preparándose para una guerra contra una tribu salvaje del oeste que está dando demasiados problemas.

Obviamente yo también participaré si la guerra siguiera adelante.

De momento la economía va bastante bien. Ya veremos cuando comience la guerra.

Tu padre y yo estamos bien de salud.

Espero que puedas responderme pronto y decirme si hay alguna posibilidad de que nos podamos ver.

Besos de tu madre."

Volvió a enrollar el pergamino y le hizo un lazo con un cordel naranja.

—Se lo daré a mi sirviente de confianza.

Mitsuki salió de la habitación y fue en busca de Aizawa para que se lo diera al mensajero real. Cuando encontró al susodicho se lo entregó y le dijo:

—Aizawa, entréguele este pergamino al mensajero real para que lo lleve al Reino de los Kirishima y que se lo dé a mi hijo.

—Entendido. Se lo entregaré ahora mismo, Su Majestad.—Dijo Shota haciendo una reverencia.

—Gracias.—Dijo la rubia alejándose para ir donde su marido.

"Espero que el mensaje le llegue y me conteste rápido."—Pensó angustiada al sopesar, mínimamente; la posibilidad de que el pergamino no pudiera llegar a su destino.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!