Un matrimonio por la paz.(Kiribaku)(Dom/Subverse)

Capítulo 5.

***
Eijirou llevó de la mano a su ahora esposo hacia el dormitorio marital, donde se suponía que debían consumar matrimonio.

Cuando llegaron, el dom cerró la puerta de golpe y desde allí miró al sub.

—Mira, yo no quiero esto.—E imagino que tú tampoco.

—Estás en lo cierto.

—Bien.—En ese caso; vamos a acordar un plan para fingir que lo hemos hecho.

—Vale. Corta un trozo de sábana y lo manchamos con sangre.—Dijo Katsuki.

—Buena idea.

El príncipe Eijirou hizo que la mitad de su mano se  tornara como la garra de un dragón y cortó un trozo. Después, estando en esa forma, se arañó el otro brazo lo suficientemente fuerte como para sangrar.

—Es mejor que sea yo el que se hiera, porque los de mi especie sanamos pronto.—Dijo dejando el trozo de la sábana manchado sobre uno de los muebles.

—Pues muy bien. ¿Ya me puedo ir?—Preguntó el rubio cenizo.

—No. Pues, por desgracia, debemos dormir juntos por esta noche.—Pero a partir de mañana podrás elegir otro dormitorio en el que estar.

—Joder—Bueno como sea, sólo no me molestes. Me voy a dormir.

—Haz lo que quieras.—Le respondió molesto el híbrido de dragón.

El sub se acercó a la cama y vio que era lo suficientemente grande como para que los dos pudieran estar tan separados como quisieran.

"Al menos he tenido suerte en algo."

Se quitó la ropa de la boda y se puso uno de los pijamas que había sobre la cama para luego meterse en la cama y dormir.

Eijirou había estado observando a su esposo en todo momento, cosa que durante su ceremonia de boda no había hecho; y se sorprendió al fijarse  en el físico del contrario, el cual estaba bastante trabajado para ser un sub.

"Creía que a los subs no les interesaban esas cosas. Katsuki es un tipo extraño."—Pensó el híbrido de dragón sin dejar de mirar a Katsuki.

Poco después apartó la mirada y permaneció cerca de la puerta durante unos minutos hasta que sintió cansancio y decidió irse a la cama.

"Mañana acordaremos tener vidas separadas."—Pensó cerrando los ojos poco a poco hasta quedarse totalmente dormido.

***
A la mañana siguiente, unos golpes sonaron en la puerta.

—¿Quién es?—Cuestionó el dom, quien había sido el primero en despertar.

>Buenos días, Príncipe Eijirou. Somos las sirvientas y venimos a traerles el desayuno.

—De acuerdo, entrad.—Entonces desvió la mirada hacia Katsuki y notó que éste ya estaba despierto, mas no había pronunciado palabra alguna.

Sin darse cuenta, su mirada había chocado con la de su esposo.

"Ugh. Espero que no crea que tengo interés en él."—Pensó apartando la mirada.

Al rubio cenizo le había tomado por sorpresa la mirada del dom, algo que le había generado cierta incomodidad en él.

"¿Por qué me estaba mirando? ¿Acaso quiere algo de mí?"

Entonces las puertas del dormitorio, se abrieron y las sirvientas se acercaron para acercarles los desayunos.

—Tengan un buen provecho.—Dijo una de ellas cuando ya los hubieron entregado.

Finalmente, se despidieron de ellos haciendo una reverencia y se marcharon dejando a los recién casados solos.