Un matrimonio por la paz.(Kiribaku)(Dom/Subverse)

Capítulo 68.

***
Más tarde, Katsuki avisó a sus padres de que llevaría a su esposo a un lugar muy especial.

—¿Adónde?—Preguntó Mitsuki.

—A la Cueva de las luces.

—¡Ese lugar es hermoso! ¡A Eijirou le encantará!

—Lo sé, por eso quiero que lo vea.

—Es una buena idea, lo apruebo.

—Vale.—Iré a decirle que nos vamos. Volveremos para la cena.

El sub volvió al dormitorio para informar al pelirrojo de su excursión, cosa que le hizo mucha ilusión.

—¡Por supuesto que quiero ir!—¿Iremos tú y yo solos?

—Sí, tú y yo, Mi lagartija~

Su marido le sonrió y le acercó a besarlo.

—Te quiero, Katsuki.

—Y yo a ti.—¿Quieres que vayamos ahora al lugar?

—Sí.

Seguidamente, salieron del cuarto del rubio cenizo para despedirse de los adultos y luego salir del castillo.

—¿Quieres que me convierta en dragón para que lleguemos antes?

—De acuerdo, yo te indicaré.

El dom asintió y se transformó en dragón.

***
Una vez que Katsuki se montó en él, emprendió el vuelo.

—Sigue todo recto, Ei.

El híbrido de dragón obedeció y continuó por la ruta.

"Ojalá Katsuki recuerde bien el camino porque estoy deseando ver el sitio del que me ha hablado Mi Katsuki. Seguro que es genial."

Más adelante, su esposo le indicó que debía girar a la izquierda y, cuando llegaron por un valle, hacia la derecha para luego descender.

Cuando aterrizaron, el dom se volvió humano de nuevo e iniciaron su camino hacia la cueva.

—¿Ahora qué vas mostrarme?

—Uno de los sitios más bonitos de mi reino, tú sígueme y lo podrás comprobar por ti mismo.—Afirmó tomando la mano de su amado.

—Está bien.

Entonces se dejó llevar por el rubio cenizo lleno de curiosidad y no dijo nada en todo el camino hasta que llegaron a la cueva mencionada anteriormente.

—Wow... Esta cueva es preciosa...—Comentó maravillado por la luminosidad que los minerales de color blanco daban a la cueva al reflejarse en ellos levemente la luz del sol.

—¿Verdad que sí?—Esta cueva no es conocida fuera de este reino pero, como te amo, quiero compartir el secreto de mi país contigo.

El chico de dientes afilados lo miró con ternura y le agradeció.

—Aww... ¡Eres tan tierno!—Dijo acercándose a él para abrazarlo y darle varios besos.

—Tks, p-para. Eres jodidamente empalagoso.

—No puedes decirme eso después de haber tenido un gesto tan lindo conmigo.—¡Eres el mejor esposo del mundo!

Katsuki sonrió por el halago del híbrido de dragón debido a que su naturaleza de sub necesitaba cierta dosis de cariño.

—Esta parte es muy bonita pero, cuanto más te adentras, más lo es.—¿Quieres que avancemos más?

—Sí, claro.

Se adentraron todavía más en la cueva, teniendo así Eijirou la oportunidad de explorar aquella zona privilegiada.

***
Conforme avanzaban, más bella era la cueva y se podían ver otros tipos de minerales como el topacio y el cuarzo rosa.

—¿Sabes, Ei? Esta cueva es llamada la "Cueva de las luces."

—No es de extrañar, debe ser la cueva  más luminosa del mundo.

—Seguramente, pero te pido que no lo cuentes en tu reino. Este debe ser nuestro secreto, ¿de acuerdo?

—No pensaba decir nada desde el primer momento en el que has dicho que esta cueva no es conocida fuera de aquí. ¿O es que no confías en mí?

—¡Obvio que sí confío, tonto!—Simplemente quería asegurarme de que lo entendías.

—Vale, pues te aseguro que lo entiendo perfectamente.

—Bien, sólo quería asegurarme.

—Por cierto, Katsuki; ¿queda mucha profundidad para alcanzar el final de la cueva?

—Unos dos kilómetros.

—No es mucho, ¿o estás cansado?

—Estoy perfectamente, ¿qué hay de ti? ¿No estás cansado?

—¡Para nada!—Quiero andar un poco más.

—En ese caso, continuemos.

Ambos llegaron hasta el final de la cueva y pudieron ver diamantes, jades, amatistas, etc. Estuvieron allí explorando la zona y después se fueron. Eijirou quedó encantado con la Cueva de las luces, pues no esperaba ver algo así.

—Gracias por haber compartido esto conmigo, ¡amé esta cueva!—Dijo al salir de dicha cueva.

—De nada. Tenía muchas ganas de compartir este secreto contigo.

—Y me alegra que lo hayas hecho.—Le dijo con una sonrisa.

Como al salir se sintieron cansados, decidieron tomar una siesta bajo un árbol.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!