Capítulo 32.

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***

Kemy llegó, haciendo esfuerzo, a su carruaje cuando Itsuka la vio y fue a ayudarla.

—¿Él no es el esposo de Su Majestad?

—Sí, pero es mío.

—Vale, la ayudo a subirlo.

Ambos subieron al sub con cuidado y emprendieron su camino de vuelta a la mansión de la rubia.

"¿Por qué estaba inconsciente? ¿Le habrá sucedido algo?"

La de cabello anaranjado tenía muchas preguntas en su cabeza mas sabía que Utsushimi no iba a responder a nada y simplemente la mandaría a callar, así que se limitó a conducir.

Cuando llegaron a la mansión, llevaron a Katsuki al dormitorio de la dom.

—¿Necesita algo más de mí, Mi Señora?

—No, puedes retirarte, Kendou.

La chica hizo una reverencia y se marchó.

—Katsuki...—Susurró la rubia acariciando el rostro del rubio de ojos rubí.—Despierta pronto, tengo muchas cosas planeadas~—Dijo sonriendo de manera lujuriosa.

Ella permanecería al lado del más alto hasta que despertase, con el que discutiría cómo sería su vida juntos a partir de aquel día.

***
Mientras tanto, en el castillo de los Kirishima, Eijirou estaba preocupado ante la tardanza de su esposo y su sirviente.

—Ya han pasado tres horas... No es normal, voy a ver qué sucede.

El pelirrojo salió del castillo y se convirtió en dragón para volar por la zona con el encontrarlos más rápido.

El dragón observaba atentamente el entorno, a la vez que se valía de su potente olfato; gracias al cual, tras un rato, pudo detectar el olor de Tetsutetsu mas no el de Katsuki.

"¡¿Por qué Katsuki no está con él?!"—Pensó lleno de rabia al pensar en la posibilidad de que su esposo hubiera escapado.

Así que voló hacia el de cabello plateado para despertarlo e interrogarle.

—¡Tetsutetsu! ¡Tetsutetsu!—Le gritaba  estando ya en su forma humana una y otra vez mientras lo sacudía.

El pobre sirviente se sintió aturdido al despertarse.

—¿P-Príncipe Eijirou...?

—¡Sí! ¡Soy yo!—¡¿Por qué Katsuki no está contigo?! ¡¿Qué ha pasado?!

Un poco confundido, el híbrido de dragón plateado, dijo:

—¿No está...?

—¡No! ¡Dime por qué!

En ese momento no recordaba nada, sin embargo, al echar un vistazo a su alrededor y comenzó a tener algunos recuerdos.

—Creo que comienzo a recordar.

—¡Entonces dilo!—Gritó desesperado.

—La Señora Utsushimi estuvo aquí. Ella secuestro al Príncipe Katsuki usando un humo somnífero.—No pude hacer nada ante eso, lo lamento. Sé que merezco un castigo por ello.—Se disculpó haciendo una reverencia hasta el punto de que su frente tocaba el suelo.

—Desde luego que lo mereces pero recibirás tu castigo después de que encontremos a Mi esposo.

—Sí, Príncipe.

Entonces Tetsutetsu se levantó del suelo y después ambos se convirtieron en dragones para dirigirse a la mansión de Kemy.

***
El sub se despertó y notó que estaba tumbado sobre una cama, aunque se sintió confundido al no reconocer el lugar en el que estaba.

—¿Dónde estoy...?

—En mi dormitorio.—Contestó Kemy.

Katsuki reconoció aquella voz y se incorporó.

—¿Y cómo he llegado hasta aquí?

—Yo te traje, pero tuve que usas bombas con efecto somnífero.

La respuesta enfureció al rubio  cenizo.

—¡¿Me has secuestrado?!

—Así es.—A partir de ahora estaremos juntos para siempre. Te acabo de salvar de una vida llena de infelicidad, ¿no te alegras?

—¡No me has salvado de nada, idiota!—¡Estaba bien en el castillo!

La rubia se sorprendió con la contestación del sub, pues éste jamás le había hablado de aquella manera.

—Katsuki...—Susurró ella sorprendida acercándose al chico.—¡¿Qué te han hecho los Kirishima?! ¡¿Te lavaron el cerebro?!—Gritaba ella agarrándolo de los hombros.

El sub se enfadó y la empujó.

—¡No me toques! ¡Eres una estúpida y voy a irme de aquí!—Gritó levantándose de la cama.

Kemy fue rápida y agarró una de las muñecas del rubio cenizo, impidiendo así que éste se alejase.

—¡Tú no te vas a ir!—¡Conseguiré que vuelvas a ser el de antes!

El de ojos rubí era más fuerte que ella, así que la golpeó para alejarla.

—¡A mí nadie me "lavó" el cerebro!—¡Simplemente han pasado una serie de eventos desde que me diste de lado por no querer tener sexo contigo!

Utsushimi agachó la mirada y le dijo:

—¡Lo siento!—Yo no quise... presionarte. ¡Perdóname y volvamos juntos, por favor!

—Te perdono pero no quiero volver a verte.

En esta ocasión, Katsuki echó a correr para escapar por la ventana mas la dom lo perseguía.

—¡No, Katsuki! ¡No te vayas!

Pero no pudo ni siquiera rozarlo cuando el sub saltó por la ventana.

"Espero caer de pie."—Pensó al dar el salto de manera impulsiva a la vez que cerraba los ojos.

Segundos después, notó que sus pies había caído sobre algo muy distinto al suelo.

—¿Qué mierda...?

Abrió los ojos y vio que estaba sobre un dragón color rojo.

—¿Eijirou?

El dragón se volteó y le contestó:

—¡El mismo!—¿Estás bien? ¿Te hizo algo esa zorra?

—No, nada.

Eijirou volvió a mirar hacia delante y le preguntó:

—¿Volverás con ella?

—No, ya no quiero saber nada de ella.

El dom sonrió y dijo:

—Tetsutetsu, quememos la mansión de esta zorra.

—¿Qué?—¡Pero... podríais matar a todas las personas que viven aquí!—Dijo Katsuki.

—Ellos no importan. Además, seguro que son cómplices del grave delito de secuestro de una persona que pertenece a la Familia Real.—Contestó su marido.

—¿Y no puedes quemarla simplemente a ella?

—No, todos en esta mansión son culpables.—A parte, en este reino todo el mundo sabe las consecuencias de delitos contra la Familia Real.

Entonces Katsuki se calló, pues tenía razón. Cualquier delito contra alguien de la realeza se pagaba caro.

"Supongo que ella se lo buscó"—Pensó sentándose en el lomo de su esposo convertido en dragón.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!



Un matrimonio por la paz.(Kiribaku)(Dom/Subverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora