Capítulo 117.

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***

La tensión podía cortarse con un cuchillo y todo por culpa de un dom que se estaba atreviendo a codiciar al rubio cenizo.

Eso era un suicidio, al no ser que se fuera más poderoso que la familia de los Kirishima; cosa que no era sencilla.

—¿Alguna sugerencia de cómo debemos proceder para decidir si puedo bailar a su esposo o no?—Cuestionó Yosetsu mirando al pelirrojo de forma burlona.

El híbrido de dragón le devolvió la mirada, aunque era iracunda.

"Te vas a enterar, imbécil."—Pensó Eijirou.

—He pensado que estaría bien una pelea a muerte.

—Wow, qué extremo.—¿Tantas ganas tiene de dejar viudo a su esposo siendo tan joven?

El pelirrojo no aguantó más y le respondió:

—Vamos fuera inmediatamente y comprobemos quién es el que va a morir.

—Estoy de acuerdo.—Dijo Awase siguiendo al príncipe.

No era para nada apropiado que dos personas peleasen entre sí el día de una boda de la realeza, así que Izuku intervino.

—¡Eijirou-kun, Señor Awase!—Gritó para captar la atención de ambos.

Los mencionados se voltearon y el joven de dientes afilados le preguntó:

—¿Qué sucede, Príncipe Izuku?

—Creo que no es adecuado que los dos vayan a pelearse en el día de mi boda con Tetsutetsu.—Además, las cosas pueden hablarse como personas civilizadas.—Dijo el pecoso intentado que su amigo y el chico desconocido entraran en razón.

Sin embargo, de nada sirvieron sus palabras, ellos no cedían; por lo que miró a su amigo de la infancia para que interviniera.

Katsuki entendió el mensaje que el sub de cabellos verdes y se acercó a los doms.

—Ei, no hagas esto.—Ignora al idiota ese y quédate conmigo.—Dijo poniendo una mirada que usualmente le funcionaba con su esposo.

El dom pelirrojo frunció el ceño y cerró los ojos para contestarle:

—Lo siento, Mi Katsuki.—Pero debo defender mi honor y el de mi familia. A parte, el que va a morir es él.

Al escuchar la respuesta de su rival, el joven de cabello azabache no pudo evitar soltar una carcajada.

—Parece que estás muy confiado, Príncipe Eijirou.—Pero no te lo voy a poner nada fácil.

—No te prepares mucho porque, hagas lo que hagas, no durarás demasiado.

—Sí, seguramente.—Dijo con tono irónico.

***

Entonces los dos salieron del palacio y caminaron campo a través, ya que ninguno de ellos quería ocasionar desperfectos al castillo de los Midoriya.

Una vez que estuvieron lo suficientemente alejados, cada uno se colocó en un extreml imaginario del campo y, mientras que Yosetsu se ponía en posición de combate; Eijirou se convirtió en un dragón.

—¡Oye! ¡Eso no es justo!—¡Debe haber igualdad de condiciones en una pelea!—Se quejó Awase al verlo.

No me importa.—Dijo con su profunda voz de dragón.—Porque vas a morir en este momento.

En ese instante, el otro dom sintió terror al ver que el pelirrojo se preparaba para expulsar fuego.

"¡No quiero morir!"

Tenía miedo, así que se le ocurrió echar a correr para alejarse del otro dom. Mas no le sirvió de nada porque Eijirou se dispuso a abrir sus fauces para lanzar una gran llamarada de fuego hacia el dom de cabello azabache.

—¡Aaah...!—Gritó al ser abrasado por la poderosa llama de fuego del joven de dientes afilados.

No había quedado rastro de aquel dom que había osado enfrentarlo.

"Obtuvo lo que se merecía."—Pensó volando de vuelta al castillo de los Midoriya.

***

El baile seguía su curso, casi todo el mundo tenía una pareja, excepto Katsuki; quien estaba sumamente preocupado por su marido.

"¿Va a venir ya Kirishima? ¿Estará bien?"—Pensó mirando a través de una de las ventanas.

Entonces, para felicidad y tranquilidad del sub, el pelirrojo apareció en su forma de dragón muy cerca del castillo para, inmediatamente; volverse humano.

"¡Ei!"—Pensó emocionado al ver a su par de vuelta.

Al verlo, sintió el impulso de salir corriendo a abrazarlo; cosa que hizo.

"¡Ei, Ei!"

Katsuki corría emocionado en dirección a la puerta de salida de la mansión, cuando estuvo a punto de llegar, divisó al pelirrojo; al cual abrazó nada más tenerlo cerca.

—¡Mi Marnarak!—Exclamó el rubio cenizo.

—¡Mi Katsuki~!

Ambos se abrazaron durante unos segundos y, al separarse, el rubio cenizo le preguntó:

—¿Qué ha pasado con ese idiota? 

Su amado lo miró fijamente y le contestó:

—Digamos que sufrió el mismo destino que esa zorra de Utsushimi.

El sub abrió los ojos de par en par, pues recordaba exactamente lo acontecido con aquella rubia que había sido su amante durante un breve tiempo.

"Lo ha matado..."

Se había quedado totalmente paralizado mas volvió en sí cuando vió que Eijirou tenía una expresión de tristeza en su rostro.

—¿Te doy miedo ahora, Katsuki? ¿Tienes ganas de divorciarte de mí?

Katsuki no podía imaginarse estando alejado del pelirrojo, le creaba ansiedad la palabra divorcio.

—¡No! ¡Eso nunca!—¡Jamás te tendré miedo y mucho menos me voy a divorciar de ti, idiota! ¡Eres mío por el resto de tu vida!—Le gritó agarrándolo de los hombros.

—Katsuki...—Murmuró emocionado.—Veo que te sientes igual que yo, estoy muy feliz. Te amo.—Dijo sujetando de la cintura al sub para acercarlo y darle un beso.

El sub aceptó gustoso el beso y estuvieron dándose cariño durante un rato.

—Ahora s-será mejor que volvamos con el resto de invitados.—Dijo Eijirou.

—Sí, vamos.—Dijo el sub agarrándose de la mano con su marido para volver con todos y retomar su interrumpido baile.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!


Un matrimonio por la paz.(Kiribaku)(Dom/Subverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora