Capítulo 4 Demasiadas palabras

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La primera clase y la segunda fueron un poco aburridas, los profesores eran bastante mayores y hablaban tan lento y suave que por poco me quedo dormida un par de veces, la tercera hora por suerte era pintura, lo cual me hizo dar un brinco de emoción, estaban haciendo bodegones y la verdad es que no eran los típicos de un jarrón y una manzana, no, allí los bodegones eran de verdad, grandes cestas de fruta, copas de vino, botellas tumbadas, era un autentico bodegón. Me ensimismé tanto pintando que no me di cuenta cuando la profesora se acercó a mí, ni mucho menos cuando me empezó a hablar.

-...talento.

-¿Disculpe?

-Perdona,-sonrió- te pillé muy concentrada, decía que tienes mucho talento, ¿hace mucho que pintas?

-Sí, hace años que me gusta pintar y que practico.

Me apretó cariñosamente el hombro y sentí una extraña vibración, como un sentimiento de conexión que no terminé de comprender, seguimos hablando un par de minutos más hasta que sonó el timbre, tocaba recreo, así que todos se apresuraron a recoger sus cosas.

-Alice, ¿podrías quedarte unos minutos más?

La clase se quedó vacía en apenas unos segundos, dejándonos solas.

-¿Sucede algo?

-Nada malo, quería darte la bienvenida y hablar contigo un poco, ¿qué tal llevas estar aquí?

-Es raro, para qué mentir, es raro, pero no me disgusta. Salvo el hecho de que todos me miren raro

-Es normal, no suele venir mucha gente nueva y menos a mitad de curso, dales tiempo a que se acostumbren a ti, seguro que les terminas encantando.-Hizo una pausa y me miró en silencio.-Alice, sé que no es buen momento, acabas de llegar y todo eso, pero quería decirte que siento mucho lo de tu madre y

-No querría hablar de eso, al menos no por ahora señorita Maxwell

-Oh, lo comprendo, lo comprendo, pues nada, no se habla de eso, cualquier duda que tengas puedes hablar con tu tío o con cualquier profesor, estaremos encantados de ayudarte, y bienvenida a la Institución Michaels.

Me quedé un rato en silencio, miré a la profesora y terminé por sonreír, dar las gracias e irme. Lo último que quería ahora mismo es hablar de mi madre y mucho menos revivir el maldito momento.

Mortem (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora