Capítulo 45 Y así el Dragón pudo volar

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Silencio.

Mierda, mierda, mierda, mierda. No quiere destaparse la cara, no quiere verle, no quiere ver la cara de asco, no quiere ver la decepción. Cuatro años, casi cinco que se conocen, hace un año eran mejores amigos y todo eso a la mierda, genial Max, te has lucido. Te has lucido campeón.

-¿Max?

No quiere apartar las manos, por nada del mundo quiere verle la cara, decepción, es una decepción. Siente que le coge las manos con cuidado, ¿un dragón puede ser cuidadoso? Uff, no aguanta con los nervios, quiere salir corriendo, no debía haber hecho nada, no debía haber dicho nada, estaba bien la sana distancia, encontrarse en los pasillos y saludarse de lejos, estaba bien ser colegas, poder hablar. Ahora todo se había ido al garete, por su culpa. Hace un año que se había ido al garete por su culpa, porque no aguantaba más cerca de él, porque le distanció.

-¡Max!-El lobo da un respingo y destapa los ojos.

-Theo, lo siento, yo

-¿Qué lo sientes? ¿El qué? ¿Lamentas que yo te guste?-Max se incorpora arrastrando al dragón consigo.

-¿Qué? ¡No! No me arrepiento de que me gustes, ¿por qué iba a hacerlo?

-Pues se te veía arrepentido hace un segundo.

-¡Eso es absurdo, Theo!-¿Arrepentirse? ¿Él? Pero si lo que quiere es que se le coma la tierra, que vergüenza, y todo par aque le rechacen cuando se lo cuente a los demás se van a pasar todo el curso haciéndole burla, que bochorno

-¿Entonces?

-¡¿Cómo que entonces?! Theo, me gustas de gustarme, de que me gustas en modo ya sabes pareja.

-Ya.

-¡¿Cómo que ya?! Te estoy diciendo que me gustas, que me gustaría salir contigo.

-Sí.

-¿Cómo que sí? Theo no lo entiendes.-Vuelve a taparse la cara de la vergüenza, pero Theo se la destapa.

-Lo entiendo, Max, porque tú a mí también me gustas, mucho.

-¿Te...-confuso- gusto? ¿yo?

-Claro, Max, tú, me gustas, tú me gustas.

-No.

-¿No?

-Si.

-¿Sí?-Theo agita la cabeza.-Me estás confundiendo. Te gusto, ¿no?

-Sí.-Max está tan quieto que parece casi un fantasma.

-Vale, pues tú también me gustas, Max, me gustas, mucho.

-¿Yo?

Theo pone los ojos en blanco, hastiado del tira y afloja, se agacha y le besa, un beso suave, cálido, con muchos mensajes escondidos. Max sigue de piedra, no sabe qué hacer o qué decir, se siente como si viviera en un sueño, en algo muy lejano.

-¿Ves?

-Veo.-Parece un loro, no entiende o tiene miedo a entender.-Veo, Theo, te veo.

-Mírame atentamente, solo te lo voy a explicar una única vez, ¿vale?-Max asiente mecánicamente.-Max, me gustas, me gustas mucho y yo a ti te gusto, te gusto mucho. Max nos gustamos.

-Mucho.

Antes de que el brujo se de cuenta, el lobo lo tiene aprisionado entre sus brazos.

Mortem (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora