Mortem (1)

Capítulo 62 Fin de año está cerca...

Theo se despierta cuando suena la alarma, pero la apaga de un golpe, se gira y abraza a Max, que está totalmente destapado, pero calentito, es la suerte de ser un licántropo. El brujo se pega a su cuerpo mientras Max le rodea con sus musculosos brazos. Está tan a gusto a pesar de no estar en su propia habitación no pensó jamás que el cuarto de Max fuera a ser tan limpio y ordenado, tiene libros ordenados por temáticas, un ordenador de sobre mesa en su escritorio perfectamente limpio, el suelo está limpio, es increíble lo a gusto que se está. Se acurruca de espaldas y deja que Max su novio, le abrace. Le resulta raro asimilarlo a pesar de que ya han pasado varios días juntos, pero lo cierto es que no se imagina otro día más sin él. Se lamenta de muchas cosas, pero de él no, jamás.

-Deja de pensar tanto.

Se gira para mirar su cara, la cual aún parece estar en trance de sueño y despertar.

-¿Tú no estabas dormido?

-Es que piensas muy fuerte y me despiertas.

-¿Pienso muy fuerte?

-Sí, piensas muy fuerte.-Le abraza fuerte y él se deja llevar, siempre se deja llevar por Max.

-Tú también piensas muy fuerte.

-Yo ESTOY fuerte, que es distinto, ¿vale?-Abre los ojos para mirarlo, le encanta verlo con él todas las mañanas, no quiere admitirlo, pero es bastante romántico.-Es broma, es broma. Estaba pensando en enero.

-¿Qué pasa en enero?

-Tú no te has dado cuenta porque paso contigo la mayor parte de los días, por no decir casi todo el rato¿soy un novio demasiado absorbente?

-Max, te dispersas.

-Cierto, lo siento. Verás mi musculatura ha cambiado.

-Sí, me he dado cuenta, pero no he dicho nada porque esperaba que fuera porque entrenas mucho.

-¿Cuando? Si no entreno desde que empezaron las vacaciones.-Se ríe y Theo hace un mohín.-No, es porque durante el invierno el cuerpo de los licántropos cambia bastante, en mí no se nota tanto, pero cuando empiece el curso de nuevo, verás que los de primero están bastante crecidos.

-¿Crecidos? ¿Ya maduros?

-Sí, alcanzan la madurez a los trece, catorce años, se suelen quedar con ese aspecto físico normalmente, a menos que les quede algún que otro estirón más.

-¿Y a ti cuando decías que te tocaba ese estirón?

-Imbécil

Ambos comienzan una pelea en cama, entre risas.