Capítulo 8 En el fútbol y en la guerra vale todo.

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Entramos en el inmenso pabellón de dos plantas, en la superior se impartían clases específicas, como esgrima y tiro con arco entre otros. Pero en la principal se hacían las clases de educación física. Cada uno podía llevar la ropa deportiva que quisiera, no había un estándar, no teníamos un uniforme y eso me relajaba. Vi como todos se juntaban en pequeños grupos para hablar antes de la clase, uno de los más numerosos era los de las brujas, luego licántropos, uno pequeño de lo que Max me explicó que eran duendes, ninfas, hadas y demás (aunque si no me lo dijera no lo habría creído), otro de vampiros, los cuales parecían tener mucha energía y estar entusiasmados con las clases y por último los licántropos.

-Alice quédate con nosotros si quieres, aquí eres bienvenida.-Ismael me hacía gestos con la mano para que me acercara a ellos y eso me reconfortó. Aunque no podía evitar que mucha gente allí presente me mirara con cierto recelo.

-Gracias.-Em me apretó suavemente el brazo para que me sintiera mejor.

Una mujer altisima con el cabello hasta la cintura nos saludó y se presentó como la profesora de educación física, hizo una breve presentación para mí y me comentó que sus clases eran un poco más cómodas. Por así decirlo, nos dejaba dividirnos en grupos y practicar distintos deportes siempre con la idea de que estos se rotaran todas las semanas, a los licántropos les tocó baloncesto la semana pasada, a los vampiros futbol, etc. Así que hoy se haría la rotación.

-Nos toca fútbol, genial.-Max parecía entusiasmado.

Yo no lo estaba tanto, me encantaba el deporte, pero ¿jugar con seres sobrenaturales? Respiré hondo y le di las gracias a uno de mis compañeros cuando me entregó una camiseta roja para diferenciarnos, nos subdividiríamos en dos equipos más pequeños para competir.

Por desgracia para mí, la profesora había hecho que los grupos formados por dos o tres personas se unieran a los mas grandes, por lo que las hadas, ninfas y demás terminaron juntándose a nosotros. Sentía su animadversión por mí, pero no quería ceder, no estaba dispuesta; me puse la camiseta, respiré hondo y me infundí ánimos.

Pensé que sería un partido normal, un partido tranquilo entre compañeros, hasta que vi como un aura extraña brotaba de una de las ninfas y como los ojos de uno de los lobos cambiaba.

-Max

-Dime.

-¿Están usando poderes para jugar?

Él se rió a carcajadas.

-Nena, en el futbol y en la guerra vale todo, y esto va a ser una batalla campal.

Ay, creo que no saldré viva de mi primer día.

Mortem (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora