Capítulo 19 El mundo se está derrumbando.

58 6 0
                                    

Releo tres o cuatro veces el mismo párrafo, sin apartar la vista ni un momento, se consideran peligrosos una especie que hay que tratar con más cuidado que las demás, peligroso. Siento un nudo en la garganta al recordar todo de golpe, mi madre gritando, mi padre intentando sacarnos de casa, intentando arreglar todo, haciendo todo por nuestro bien Empiezo a notar falta de aire otra vez, pero no creo que sea por el miembro de La Realeza que tengo detrás, sino porque estoy teniendo un ataque de pánico al recordarlo todo de golpe, levanto mis rodillas a la altura del pecho y dejo caer mi cabeza al frente, intentando que se sofoque mi ataque de ansiedad. Pero no puedo, todos los recuerdos van a tropel, todo, mi madre gritando, mi padre gritando, todo en pedazos, mis padres en pedazos. Noto como empiezo a llorar, pero no quiero que nadie lo vea, sobre todo él. Pero no se va.

-¿Qué? ¿Te has aburrido de leer? ¿O es que no soléis

-¡Largate!-Grito de pronto.-¡Déjame en paz!

Los cristales de la biblioteca comienzan a vibrar con mucha fuerza, siento como todo mi cuerpo tiene una energía que no puedo controlar, pero que necesito controlar, sobre todo en espacios cerrados, respira Alice, respira Alice, respira.

-Tienes un carácter de mierda, ¿lo sabes?

Intento no escucharle, necesito salir de allí cuanto antes. Miro los libros y rezo porque cuando vuelva sigan allí, no quiero tener que volver a empezar todo desde cero. Necesito encontrar una salida, necesito encontrar una salida y con urgencia. Rápido.

Siento que voy a perder el control, siento que no voy a ser capaz de tener el control sobre mí y que puedo hacerle daño a alguien, otra vez. Miro la salida más cercana, la puerta trasera, la del patio. Espacio abierto, perfecto. Siento que el chico me sigue, ¿por qué me sigue?

-¡Lárgate!

-¡Ni de coña! ¡¿Y si le haces daño a alguien?!

Quiero darme la vuelta, mirarle fijamente y decirle que no va a pasar porque estoy intentando justamente eso, no hacer daño a nadie, por eso estoy saliendo del edificio. Cruzo el umbral, bajo los escalones a toda prisa, siendo que todo vibra tan fuerte que no sé si seré capaz de estar lo suficientemente lejos, no esta vez.

-¡¿A dónde vas?!

-¡Lejos! ¡Pírate!

¿Qué le pasa a este tío? ¿A caso no ve que está en peligro? Quiero que se aleje antes de que esto se me vaya de las manos y termine hiriendo a alguien, de nuevo.

-¡En serio! ¡Christopher! ¡Lárgate!

Mortem (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora