Capítulo 78 La sana, pero no tan agradable, distancia.

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Con el libro en manos, descendí lentamente. Hoy no tenía a un vampiro irritable a mi alrededor, así que flotar o elevarse ya no era algo de alto riesgo. La biblioteca estaba prácticamente vacía. A excepción de Ismael y Emily, que estudiaban afanosamente el temario. Desde que habían empezado a salir, ella se había tomado mucho más en serio sus estudios y en el fondo era un alivio, temía pasar de curso y que mi amiga se quedara atrás. Cuando entregaron las notas hace unas semanas, había visto que ella tenía muchas asignaturas pendientes de recuperación, y es que con el tema de la lesión de la espalda había estado bastantes días encamada y medicada. ¿Cómo no me había dado cuenta de eso? Me sentía muy mala amiga por haberme olvidado de Emily y de Max las últimas semanas, pero el tema de el niño de primero, que todo el instituto tuviera el ojo puesto en ella y un vampiro muy enfadado e irritable que siempre discutía conmigo me había distraído. Desde hoy intentaría formar parte más a fondo de la vida de mis amigos, eso incluía a mis nuevas amistades del extraño grupo del instituto, La Realeza había resultado ser mejor gente de la que me esperaba, Theo era muy comprensivo y tenía un talento innato para el arte. Esperaba poder conocer mejor al resto cuando regresaran de sus vacaciones de navidad. En el fondo los extrañaba.

Recogí el último libro de la lista que me había dado Chris, prácticamente no me hablaba y solo me dejaba listas de ejercicios y libros para estudiar, yo a su vez le dejaba mensajes en el móvil (que él mismo había accedido a dar) sobre las dudas que tuviera, pero del resto apenas hablábamos. Cuando nos encontrábamos en los pasillos había una notable sensación de incomodidad que nos mantenía a los dos alejados. Ojalá poder cambiar las cosas, pero no se podía.

Se había negado a ir a la biblioteca, permanecía encerrado en su cuarto, con los auriculares puestos mientras leía. Le había dejado tareas y libros para leer, así que no tendría problema. Cuando los terminara se los enviaría y él los corregiría, no hacía falta estar en la biblioteca a su lado. Se recostó en la cama, lo cierto es que era un encierro autoimpuesto, fruto de la incomodidad que había esa última semana. No se entendía a si mismo ni quería hacerlo, no le interesaba si Alice necesitaba su ayuda o si por lo contrario estaba bien sin él. Bueno, eso último le molestaba un poco, pero eran tonterías que se le pasarían con los días.

A pesar de que ya llevaba cerca de un mes y medio así.

Mortem (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora