Mortem (1)

Capítulo 35 Las brujas son todas vengativas y malpensadas.

El partido comienza y me siento en mi salsa. Hoy me pondría de delantera con Max, así que sería más divertido. El primer tiempo me lo pasé regateando e intentando marcar, Max consiguió meter dos goles y eso fue divertido. En el segundo tiempo algunos de los jugadores se sentaron para dejar sitio a las brujas, que de pronto habían decidido jugar hoy, raro, porque desde que habíamos hecho los equipos no se habían mostrado para nada interesadas. Salvo Emily, que aunque no se le daba del todo bien, parecía divertirse cada vez más en cada partido.

Se hacían algunas trampas, como siempre, alguna garra salía por medio, algún conjuro sencillo y poco peligroso. Emily le lanzó un par de Confusione o Fumo, pero nada raro en un partido normal, si se le puede llamar normal a un partido entre criaturas sobrenaturales. Pero no podía dejar de sentir una vibración extraña, como un mal presagio, algo iba mal, pero no estaba segura del qué.

El partido se desarrolló con normalidad los siguientes quince minutos, bromas entre los jugadores, piques normales. Emily intentaba parar el mayor número de balones posible. Todo normal, hasta que se lanzó un balón conjurado con un Total Lapis.

-¡Em!

No me dio tiempo a apartarla y el balón la lanzó de espaldas contra el poste de la portería. Se hizo el silencio. Mi pulso iba a mil mientras me acercaba corriendo a mi amiga, todo el pabellón parecía estar pendiente de lo sucedido, la profesora no tardó en personarse en el lugar.

-¿Emily estás bien? ¡¿Quien lanzó el conjuro?!

Nadie dijo nada, cómo no. Emily se retorcía de dolor, seguramente se habría fracturado algo, no tenía buena pinta. Ismael se acercó corriendo.

-¿En qué puedo ayudar?

-Intenta moverla, pero con cuidado, no sé si tiene algo roto.

La levantó en brazos, todos estaban en silencio. La profesora, Ismael y Emily salieron por la gran puerta de metal. Estaba furibunda, todo el mundo hablaba en susurros. Dos chicas se reían por lo bajo, las escuché hablar y murmurar.

-Menuda paleta.

-Ya ves así aprenderá.

-Y que lo digas.

Me moví a tanta velocidad que aparté casi a empujones a mitad del equipo.

-Vosotras dos, ¿qué cojones os pasa?

Me miraron despectivamente, pero no estaba dispuesta a dejarlo pasar.

-¿Algún problema, Douglas?

Apretaba tanto los dientes que podía escucharlos chirriar en mi mandíbula, hacía acopio de todas mis fuerzas para no lanzarme sobre ellas.

-Muchos, entre ellos vosotras, ¿se puede saber qué os pasa? ¿tenéis algún problema?

Una de ella se rio y me miró.

-Muchos, entre ellos que tu amiguita se mete dónde no debe, avisada queda. Y tú también Douglas, como no te apartes de nuestro camino.-Me dio golpes con el indice en el pecho, no pude evitar soltar un gruñido mientras mis ansias de arrancarle la yugular se hacían mayores.

-Eh, basta, vamos Ali.-Max me sujetó del brazo y me apartó del grupo de las brujas antes de que cometiera alguna estupidez.-Y vosotras, ya basta.